Blog sobre la formas progresivas de la esclerosis múltiple, las grandes olvidadas de farmacéuticas, médicos è investigadores.
La información médica se ofrece solamente con carácter informativo y no pretende sustituir las opiniones, consejos y recomendaciones de un profesional sanitario.
Desde Septiembre de 2008 dedicado a las formas progresivas de la EM
Una investigación, en la que ha participado la Universidad
de Córdoba, ha descrito cómo la posible alteración en la flora intestinal se
relaciona directamente con el desarrollo de la esclerosis múltiple
recurrente-remitente. Para ello, han utilizado dos biomarcadores indicadores de
cambios en la microbiota, que han servido para trazar el proceso en el que la
alteración en la barrera intestinal desencadena el proceso inflamatorio que
afectará al sistema nervioso y provocará el daño neurológico
Hasta que la ciencia encuentre una respuesta definitiva al
porqué del desarrollo de la esclerosis múltiple, cualquier pista que ayude a
entender este trastorno del sistema nervioso central seguirá impactando
positivamente en la comunidad científica. Ese ha sido el caso del último
trabajo publicado en la revista Neurotherapeutics por investigadores de la
Universidad de Córdoba, dirigido por el profesor Isaac Túnez
El estudio ha logrado describir cómo la posible alteración en
la flora intestinal se relaciona directamente con el desarrollo de la
esclerosis múltiple recurrente-remitente. El equipo ha utilizado dos
biomarcadores indicadores de cambios en la microbiota.
“Estos biomarcadores han servido para trazar el proceso en el
que la alteración en la barrera intestinal desencadena el proceso inflamatorio
que alterará la barrera hematoencefálica y terminará afectando al sistema
nervioso y provocando el daño neurológico”, señalan los autores.
No hay diferencias de sexo a la hora
de desarrollar la patología
Estudios previos ya habían vindulado la flora intestinal con
la patología nerviosa, pero es la primera que se describe con ese nivel de
detalle el comportamiento de los biomarcadores elegidos: los lipopolisacáridos
de membrana bacteriana (LPS), asociado a alteraciones de la flora intestinal, y
las proteínas LBP, tanto en modelo animal como en pacientes.
De hecho, una de las innovaciones del trabajo realizado por
el equipo de la UCO –en el que también ha intervenido personal del Hospital
Universitario Reina Sofía de Córdoba y del Instituto Maimónides de
Investigación Biomédica–, es haber logrado validar el modelo experimental
habitual para el estudio de los procesos moleculares relacionados con la
esclerosis múltiple, en el que se utiliza como organismo de ensayo la rata Dark
Agouti, y confirmar que en él no se producen diferencias de sexo a la hora de
desarrollar la patología., comenta Túnez.
Para el investigador, “este trabajo no ha hecho más que
abrir una nueva puerta por la que seguir profundizando en el conocimiento de la
patología y, sobre todo, en los modelos experimentales que permiten ensayar
posibles tratamientos que mejoren la vida de los millones de personas que
padecen la enfermedad en el mundo”.
La proteína
RaB32 se encuentra en exceso en el cerebro de las personas con EM, llevando a
un mal funcionamiento de estructuras claves para la célula. Su rol parece
convertirla en una nueva diana terapéutica para la esclerosis múltiple.
Científicos británicos han identificado un mecanismo celular
defectuoso en las personas con esclerosis múltiple, que tiene potencial para
convertirse en una nueva diana a la que dirigir la creación de fármacos.
El exceso de una proteína en el cerebro de las personas con
EM lleva a un funcionamiento defectuosos de las mitocondrias, las fuentes de
energía de la célula. La EM es una de las tantas enfermedades
neurodegenerativas que se han asociado a un mal funcionamiento de estas
estructuras celulares.
Por ejemplo, se considera que la disfunción mitocondrial
está relacionada con la progresión de la enfermedad y la transición a la forma
progresiva de EM.
Los investigadores creen que el mecanismo identificado puede
estar en la génesis de la enfermedad. Los resultados de la investigación se han
publicado en la revista Journal of Neuroinflammation.
También te puede interesar leer: Fatiga EM: 20 estrategias
para ahorrar energía.
+Rab32, peor funcionamiento de las mitocondrias.
Los científicos analizaron tejido cerebral de personas
fallecidas con EM y de ratones modelos de la enfermedad. Encontraron que los
niveles de una proteína, denominada Rab32, estaban excesivamente elevados, al
contrario de lo que sucede en el cerebro de las personas sanas.
Cuando experimentalmente aumentaron los niveles de Rab32
vieron que se disparaba el estrés del retículo endoplasmático, un proceso que,
entre otras consecuencias, deriva en la muerte de mitocondrias.
Los resultados del estudio ponen a Rab32 como una diana muy
atractiva para la creación de tratamientos dirigidos a la neurodegeneración en
la EM, un proceso que, como ya explicamos en un artículo anterior, marca la
transición de EM recurrente-remitente a EM secundaria progresiva.
Según comenta Paul Eggleton, uno de los autores del estudio
citado en un comunicado de prensa de la Universidad:
(…) Nuestros emocionantes descubrimientos han abierto una
nueva vía para que los investigadores exploren. Es un paso crítico, y con el
tiempo, esperamos que pueda conducir a nuevos tratamientos efectivos para la EM
“.
Combate la hipertensión, previene el asma, reduce los casos de cáncer, frena las enfermedades autoinmunes, refuerza las defensas y aumenta la libido. Y no hay que irse muy lejos para dar con esta píldora. De hecho, la puedes conseguir con sólo salir a la calle un día soleado sin gastar ni un euro.
Como lo oyes. La luz del sol ha demostrado tener efectos tan beneficiosos para nuestra salud que los profesionales de la medicina ya equiparan su importancia con la de la dieta sana, el ejercicio físico y el descanso nocturno.
Parte de sus bondades se deben a que el sol activa en la piel humana la producción de vitamina D, un nutriente esencial que, entre otras cosas, ayuda al organismo a absorber el calcio que necesita para tener unos huesos sanos. Entre el 50 y el 90% de la vitamina D que corre por nuestras venas se genera bajo la influencia de Lorenzo. El resto procede de la yema de huevo, los pescados grasos y los productos lácteos enriquecidos de la dieta. Cuando escasea, junto a los problemas óseos aparecen la diabetes, la esquizofrenia, la fibromialgia y las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Incluso se duplica el riesgo de morir por un fallo cardíaco.
Además de que al menos 17 variedades de cáncer se asocian con esta carencia, entre ellos de sangre, mama, próstata y colon. Para rematar, sin la vitamina del sol nuestro estado de ánimo decae y el cerebro se vuelve más vulnerable a los tóxicos químicos.
Por si fuera poco, los rayos solares le cargan las pilas a tu sistema inmune. Concretamente a los linfocitos T, piezas clave del batallón que nos defiende frente a las infecciones. Un estudio de la Universidad de Georgetown (EE UU) demostró que la luz azul del sol hace que las células T se muevan más rápido y lleguen antes allí donde se necesita su intervención, como el foco de una infección.
Más aún, la luz natural se lo pone difícil a las enfermedades autoinmunes. Sobre todo a la esclerosis múltiple, una patología en la que la cubierta que protege a las neuronas se daña, causando entumecimiento, problemas para caminar y coordinar movimientos, temblor y debilidad en brazos y piernas y hasta espasmos. Con la misma eficiencia con la que aviva a las células defensoras, el sol frena a los linfocitos que, por error, han iniciado un autosabotaje y atacan al propio cuerpo. Y se traduce en que esta compleja enfermedad incurable evoluciona más despacio, tal y como sacaba a la luz una investigación de la Universidad Wisconsin-Madison (EEUU).
UN PASEO DE 15 MINUTOS
A esto se le suma que, si es hombre, basta con que dés un paseo de 15 minutos bajo el astro rey para que tus niveles de testosterona se incrementen. Con esta hormona se dispara su deseo sexual y su libido, que suelen ser más bajos en invierno precisamente por la escasez de horas de luz. Por otra parte, independientemente del género, caminar o estudiar bajo el sol es una opción interesante en época de exámenes. No sólo porque nos espabila sino porque, a nivel cerebral, cuando circula vitamina D a raudales por nuestras venas tenemos más capacidad de atención y procesamos la información más rápido, además de obtener mejores resultados en tests cognitivos.
La cosa no acaba ahí. Ahondando un poco más, científicos de la Universidad de Edimburgo (Escocia) demostraron hace poco que la luz natural aumenta la concentración de óxido nítrico que circula por la sangre. Esta molécula provoca una caída importante de la presión arterial, lo que explica la flojera que nos invade tras una hora expuestos a los rayos ultravioleta. De hecho, podemos afirmar que exponerse al sol es el modo más natural de prevenir la hipertensión, el principal factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, que son la principal causa de muerte en todo el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Si la luz natural es una panacea, la eléctrica puede resultar un auténtico azote para la salud. Para empezar porque parte de la culpa de la epidemia de michelines y lorzas que castiga al mundo en el siglo XXI la tiene un invento que data de 1879: la bombilla. Según un estudio de la Universidad de Aberdeen, en Escocia, abusar de la luz artificial desincroniza el reloj interno con respecto al ciclo natural de 24 horas, alterando los sistemas cerebrales que regulan el metabolismo y aumentando el riesgo de padecer obesidad y diabetes. Además de que la luz brillante a media tarde o por la noche aumenta los niveles de glucosa, lo que se traduce en incremento de la grasa corporal y ganancia de peso.
MENOS BOMBILLA
No es el único lastre para la salud que acarrea abusar del invento de Edison. La exposición al brillo de las pantallas del ordenador, la tableta y el teléfono móvil provoca insomnio, de acuerdo con una investigación llevada a cabo en el Instituto Politécnico Rensselaer de Nueva York. En concreto, una exposición de dos horas antes de ir a la cama mengua los niveles de la melatonina -la hormona que regula el sueño- en un 22%, reduciendo el tiempo que pasamos en brazos de Morfeo.
A esto se le suma que quienes de niños duermen con la luz encendida tienen muchas más papeletas para desarrollar miopía en la adolescencia que aquellos que descansan a oscuras. Y si al llegar a la vida adulta tu dormitorio no está completamente a oscuras, ten en cuenta que le estás allanando el camino al cáncer. Argumentos de sobra para apagar la lámpara por la noche y pasar las mañanas al sol o, al menos, cerca de una ventana.
Claro que nada de esto justifica que nos atiborremos de baños de sol. A pesar de sus ventajas, el abuso de las radiaciones ultravioletas no está exento de riesgos. En especial para la piel, que no sólo envejece cuando se expone repetidamente sin protección sino que, además, es más propensa al cáncer.
Solo se ha probado en 6 enfermos con formas progresivas de la enfermedad. Después de seis meses de iniciada la terapia no se han reportado efectos secundarios de consideración. Tres de las personas tratadas han tenido mejorías notables, según reportan los investigadores.
Investigadores australianos, pertenecientes a la Universidad
de Queensland, en Australia, han tomado células inmunológicas de pacientes con
esclerosis múltiple y las han modificado para que reconozcan más eficazmente a
otras células inmunitarias infectadas con el virus de Epstein-Barr.
Posteriormente, las células modificadas fueron devueltas
gradualmente a los pacientes. Después de seis meses no se reportaron eventos
adversos de gravedad y tres de los implicados en el estudio han tenido mejorías
en síntomas como la fatiga, la neuritis óptica o las limitaciones de la
movilidad.
Los resultados son preliminares y no han sido publicados en
ninguna revista científica. El estudio se ha hecho público en la Reunión Anual
de la Academia Americana de Neurología que se celebra estos días en Boston,
EE.UU.
El virus de Epstein-Barr en la mira
de la terapia inmunológica para la esclerosis múltiple progresiva.
Entre las múltiples causas que se manejan sobre el origen de
la esclerosis múltiple, la infección con el virus de Epstein-Barr es una de las
más populares.
Este virus es en extremo común y puede pasar desapercibido,
aunque en ocasiones provoca mononucleosis y es cuando las personas llegan a
recibir un diagnóstico que la mayoría nunca conoce.
En las personas con EM se cree que unas células del sistema
inmunitario, denominadas células T, son incapaces de reconocer y destruir a
otras células inmunitarias infectadas con el virus de Epstein-Barr, las
llamadas células B.
Las células infectadas se acumulan en el sistema nervioso,
provocando una respuesta inmune inadecuada que termina destruyendo las capas de
mielina del cuerpo de las neuronas. Sucede, en fin, que aparece la esclerosis
múltiple.
Enseñando a las células T a reconocer
el Epstein-Barr.
¿Qué tal si se “enseña” a las células T a combatir a las
células B infectadas? En ciencia las preguntas más básicas son las que llevan a
grandes soluciones.
Los investigadores extrajeron células T de los participantes
y las modificaron para que reconocieran y destruyeran las células B infectadas
con el virus. Posteriormente volvieron a inyectar las células T a los enfermos
en dosis que iban escalando cada dos semanas, hasta un total de tres sesiones.
¿Resultados? Dejemos que uno de los investigadores, el Dr.
Michael Pender, sea quién los puntualice:
“Una persona con EM secundaria progresiva mostró una mejoría
sorprendente. Este participante tuvo un aumento significativo en la
deambulación: de 100 metros con un andador al inicio del estudio (y en los
últimos cinco años) a más de un kilómetro después del estudio (…)
Otro participante experimentó alivio en los síntomas
visuales y los tres que mejor respuesta tuvieron al tratamiento, también
mejoraron de la fatiga y la capacidad para realizar actividades de la vida
diaria.
El Dr. Pender, a través de un comunicado de prensa de la
Academia Americana de Neurología, puntualiza que las mejores reacciones al
tratamiento se vieron en las personas que recibieron células T más reactivas al
virus de Epstein-Barr.
Precaución y esperanza a la par.
Las limitaciones del estudio son evidentes: con solo seis
participantes y sin grupo control es difícil llegar a conclusiones que se
puedan generalizar. Esto es algo que reconocen los propios investigadores.
Sin embargo, sí consideran que es un elemento más que apoya
el papel del virus de Epstein-Barr en la esclerosis múltiple. Algo de lo que no
está muy seguro Bruce Bebo, uno de los directivos de la organización National
Multiple Sclerosis Society, citado por el portal HealthDay.
Para Bebo, aunque sí es cierto que muchas investigaciones
apuntan a que el Epstein-Barr juega un papel importante en el inicio de la EM,
esto no es algo que se haya confirmado sin lugar a las dudas.
En contraposición cree que la terapia usada en este estudio
pudo haber resultado efectiva gracias a que remueve células B, más allá de si
están o no infectadas con Epstein-Barr.
Las células B también están involucradas en los mecanismos
de la esclerosis múltiple y son diana del recién aprobado Ocrevus, un fármaco
que saldrá el mercado en EE.UU como tratamiento de la EM primaria progresiva y
la EM recurrente-remitente.
Bebo también opina que practicar un tratamiento de esta
naturaleza es complicado. Los investigadores argumentan que ya están en
conversaciones con una biofarmacéutica estadounidense para hacer el proceso más
sencillo.
Associació La LLar de l'Afectat d'Esclerosi Múltiple - “LA
LLAR” de Barcelona.
No es nueva y viene de lejos, mi actitud crítica hacia la
dirección de la Llar, la he expresado tanto de forma pública como en privado,
no me gusta cómo se lleva la asociació ni su impacto en la sociedad, en
especial en el colectivo de afectados de Esclerosis Múltiple de Barcelona.
Hasta aquí, todo debería ser normal, sobre gustos los
colores, igual que discrepo de mucha gente, soy consciente que estas mismas
personas pueden no compartir mis planteamientos, lo importante es buscar puntos
de convergencia y respetar la diversidad de opiniones.
Las incomprensibles presiones de una trabajadora del centro
y posterior manipulación de la dirección de la entidad, llevaron a que me sintiera
acosado y ninguneado, dejando de participar en las actividades regulares de la Associació. Con inusitada rapidez me dieron de baja como socio, todo ello sin consultar al
interesado y saltándose los estatutos en los que claramente se especifica las
formas de dar de baja a uno de sus miembros, que son de forma voluntaria o por expediente
de expulsión.
Hace unos meses y después de que se me insistiera con reiteración,
cedía a las presiones familiares y me dejaba convencer para acudir de nuevo a
la “Associació Catalana de l´Afectat d´Esclerosi Múltiple – La Llar” con el
ánimo de re-incorporarme como afectado que soy con todos los derechos, a la
rutina de la entidad. No solo se me rechazó con desprecio y total
discrecionalidad, sino que también era humillado y objetivo de revancha por
parte de la Trabajadora Social del centro.
Definitivamente no se aceptan las críticas, este es un país
donde el pensamiento único está instalado de forma enfermiza. No solo es
revolucionario el discrepar, es también objeto de marginación y rechazo. Ni en
las asociaciones de enfermos nos salvamos de la represión hacia el que piensa
diferente, si eres crítico con los que mandan, el sistema te marginará y te
negará el derecho a la rehabilitación y a asociarte con los que padecen una
misma enfermedad, piensen igual o diferente, todo el mundo debería tener
derecho a ello.
Los pacientes con esclerosis múltiple pueden empezar a
mostrar un empeoramiento de salud hasta cinco años antes de que aparezca la
enfermedad, mucho antes de lo que se pensaba, según los resultados de un
análisis exhaustivo de la historia clínica de más de 14.000 afectados.
Así se desprende de los resultados del trabajo de la
Universidad British Columbia de Vancouver (Canadá) que publica en su último
número la revista 'Lancet Neurology', que es un primer paso para ayudar a los
profesionales a adelantar el diagnóstico de la enfermedad e incluso encontrar
las causas que la originan, aún desconocidas.
"La prueba de que las personas con esclerosis múltiple
ya han cambiado su conducta cinco años antes del diagnóstico más precoz es muy
importante porque significa que hay que estudiar ese periodo para entender su
origen", según Helen Tremlett, investigadora del Centro de Salud Cerebral
Djavad Mowafaghian que ha participado en el estudio.
Esta enfermedad se define como autoinmune porque el sistema
inmunitario confunde el tejido propio como ajeno atacando la mielina que
protege a las neuronas. Cuando una persona es diagnosticada los médicos tratan
de determinar con precisión la aparición de la enfermedad, que suele
considerarse a partir del primer evento desmilienizante, que puede incluir
problemas de visión o de la función motora.
Los investigadores examinaron el historial clínico de miles
de pacientes de las regiones de Columbia Británica, Saskatchewan, Manitoba y
Nueva Escocia durante unos 20 años, comparándolos con datos de unos 72.000
personas sin la enfermedad.
Los autores buscaban un pródromo o síntoma precursor que
señalara el inicio de la enfermedad, algo que ya se ha detectado en otras
enfermedades neurológicas como el Alzheimer o el Parkinson, ya que esto resulta
clave para saber cómo debuta una patología.
De este modo, vieron que hay una fase en la que los
pacientes comienzan a mostrar síntomas o un empeoramiento de salud antes de que
clínicamente esté diagnosticada. En ese periodo, los pacientes suelen acudir a
su médico e incluso son ingresados, y consumen más medicamentos que la
población general.
"Hay algo que hace que esta población sea única",
según José Wijnands, también autor del estudio, que a partir de esta fase
confían en concretar ahora qué circunstancias concretas son las que llevan a
los pacientes a requerir más atención sanitaria, con el objetivo de determinar
un conjunto específico de síntomas que permitan adelantar el diagnóstico.
Una familia canadiense en la que seis de sus miembros han
padecido EM desafía la creencia común de que la esclerosis múltiple no se
hereda. Eso, parece ser, depende del caso.
Cuando en TiTi hicimos nuestro artículo sobre la relación
entre esclerosis múltiple y herencia, comenzamos por un lugar común: “hasta
donde se sabe, se pueden heredar mutaciones que aumentan la susceptibilidad a
padecer la enfermedad”. Sin mojarnos, vamos.
Aunque después comentamos una investigación en la que se
había hallado una mutación en una familia que aumentaba el riesgo de la
enfermedad entre 60% y 70%. Si eso no es heredar la EM, dime tú qué será.
Ahora, el mismo grupo de investigación de la Universidad de
Columbia Británica ha descubierto dos mutaciones genéticas presentes en una
familia en la que seis de sus miembros padecen EM. Con tal número de afectados
una lógica algo elemental diría que solo era cuestión de tiempo hallar una
causa en los genes.
7 de 10, las posibilidades de
desarrollar la enfermedad si tienes las dos mutaciones.
En un individuo medio el riesgo de desarrollar EM es de 1
entre mil. En la familia canadiense estudiada, en los portadores de la doble
mutación, esa cifra es de 7 entre 10. Para los investigadores, lo que se ha
encontrado puede hacer ver que al menos algunos casos de EM, muy raros, son
hereditarios.
Una de las mutaciones identificadas interfiere con el
funcionamiento del sistema inmunitario, algo esperable en una enfermedad
autoinmune como la esclerosis múltiple. La otra mutación está relacionada con
la fagocitosis, un proceso mediante el cual las células eliminan desechos
innecesarios.
En opinión del director de la
investigación, el Dr. Carles Vilariño-Güell:
Esta es la primera vez que problemas con la fagocitosis se
han relacionado con la EM. Ofrece a los científicos una mejor comprensión de
los orígenes de la enfermedad y dianas para el desarrollo de nuevos
tratamientos”.
Diferente tipo de EM, ¿mecanismos
biológicos diversos?
Las mutaciones identificadas se relacionan con la aparición
de EM remitente-recurrente, al contrario de la identificada en 2016, que lleva
a sus portadores a desarrollar EM progresiva primaria a una edad media de 34
años.
Esta diferencia hace pensar que biológicamente puede haber
mecanismos diferentes respondiendo por cada forma de EM, lo que explicaría,
según comentan en un comunicado de prensa de la Universidad de la Columbia Británica,
por qué los tratamientos de la EM remitente-recurrente no tienen efecto en la
EM progresiva primaria.
¿Se terminarán descubriendo nuevas mutaciones y variantes
genéticas vinculadas a la EM? La ciencia parece empeñada en decir que sí.
Esta enfermedad afecta a unas 2.000 personas en Euskadi
Durante los próximos dos años se van a recabar las muestras
necesarias para el avance de la investigación en el Hospital Universitario
Donostia, y serán procesadas y almacenadas en el Instituto Biodonostia. El
estudio se llevará a cabo por un consorcio de investigadores de Estados Unidos,
Argentina, Reino Unido, Alemania y del estado, en este caso, a través de la
Unidad de Esclerosis Múltiple del Instituto Biodonostia.
Desde hace muchos años se sabe de la influencia de la dieta
y de nuestro estomago en el bienestar de nuestro organismo, pero no es hasta la
última década que se ha empezado a estudiar con profundidad la composición de
los microorganismos que habitan en nuestro sistema digestivo (y que llamamos
microbiota intestinal) y sin los cuales no podríamos vivir.
La combinación de
los cientos de especies que conforman la microbiota es diferente en cada
individuo. Varios estudios han relacionado esta composición con diferentes
enfermedades, sin dejar claro todavía si se está ante la causa o la
consecuencia de las mismas.
La microbiota mantiene una relación con nuestro sistema
inmune, regulándolo y por lo tanto influyendo en su estado. Esto ha llevado a
pensar que las enfermedades autoinmunes pueden estar afectadas por la
microbiota.
Dentro de las enfermedades autoinmunes, la más importante
por su incidencia y gravedad es la esclerosis múltiple. Esta enfermedad afecta
a unos 2.5 millones de personas en el mundo, de las cuales unas 40.000 personas
en el estado, y alrededor de 2.000 en Euskadi.
Pese a los grandes avances que
se han hecho desde la investigación en las últimas décadas, hay aspectos de la
enfermedad que todavía no conocemos, como por ejemplo la relación entre la
microbiota y la enfermedad.
Para ello se ha creado un consorcio internacional de estudio
de la microbiota en la esclerosis múltiple en el que participa BIODONOSTIA/OSI
DONOSTIALDEA (IMSMS en sus siglas inglesas, www.imsms.org) con el objetivo de
recabar la información necesaria sobre la genética de la microbiota y sobre los
hábitos alimenticios de los pacientes. Para ello, se pretende recoger muestras
de heces y de sangre de los pacientes con esclerosis múltiple, así como
muestras de un individuo sano que conviva con el paciente. El reto del
consorcio es alcanzar la cifra de 4000 muestras de pacientes, número que
facilitará un abordaje integral que permita entender, por un lado, la relación
entre la microbiota y la enfermedad, y por otro, la detección de especies
protectoras, neutrales o de alto riesgo que conforman la microbiota.
Desde Unidad de Esclerosis Múltiple del Instituto
Biodonostia, que lleva más de diez años investigando las causas y el
funcionamiento de la Esclerosis múltiple, se señala la importancia de obtener
las muestras necesarias para el avance de la investigación, dado que es el
único grupo de investigación del estado que realiza este tipo de análisis.
Durante los próximos dos años se van a recabar muestras en
el Hospital Universitario
Donostia, donde desde enero de 2017 ya se han
reclutado 12 individuos para tal fin. Las muestras serán procesadas y
almacenadas en el Instituto Biodonostia. Durante este tiempo se realizarán,
asimismo, estudios piloto coordinados con el consorcio para ir contestando a
algunas de las preguntas sobre este complejo y apasionante tema.
El nodo del instituto Biodonostia está dirigido por la Dra
Tamara Castillo y el Dr. David Otaegui y coordinado por la Dra. Maider
Muñoz-Culla e Itziar Vergara.
La discapacidad está directamente relacionada con la neurodegeneración en la esclerosis múltiple. Este proceso marca la transición entre el tipo recurrente-remitente de la enfermedad y la forma progresiva. Por el momento no hay fármacos que puedan revertirla. Redacción TiTi19 Abril, 2017
¿Sabías que hubo una época en que muchos dudaban que la esclerosis múltiple fuese una enfermedad neurodegenerativa? No había peros a la definición de autoinmune y desmielinizante, sin embargo, añadir el adjetivo de neurodegenerativa costó un poco más de esfuerzo.
Hoy se acepta que la neurodegeneración es precisamente la causa de la discapacidad neurológica permanente que tanto teme un afectado por esclerosis múltiple.
Cuando ocurre la transición de EM recurrente-remitente a esclerosis múltiple secundaria progresiva, lo que sucede es que la neurodegeneración gana el pulso que sostiene con otros mecanismos cerebrales que intentan limitar su alcance
Mucho se habla de inflamación y poco de neurodegeneración en la EM ¿Cambiamos algo este panorama? Sigue leyendo, aprenderás a reconocer la importancia de este proceso en la enfermedad.
Neurodegeneración en la esclerosis múltiple: qué significa.
En la esclerosis múltiple la neurodegeneración, que es el daño—por el momento irreparable— al tejido nervioso, se observa especialmente en la degeneración de los axones ¿Qué son los axones? Seguramente si eres una persona afectada por la EM sabes la respuesta, pero igual te doy un repaso rápido:
es la prolongación del cuerpo de la neurona que está cubierta por mielina, una sustancia que se va perdiendo a medida que la esclerosis múltiple avanza.
Pues bien, la neurodegeneración ocurre porque no solo se daña esa capa de mielina, sino también los axones y el cuerpo de las neuronas. En muchas personas con EM, particularmente aquellas con EM primaria progresiva y EM recurrente-remitente con un curso menos favorable de la enfermedad, la densidad de los axones es cada vez menor y, como consecuencia, la atrofia cerebral es mayor.
¿Cuándo comienza la neurodegeneración
en la esclerosis múltiple?
En realidad, la neurodegeneración ocurre desde el mismo
comienzo de la enfermedad, solo que en ese momento y durante algún tiempo (ese
tiempo varía en función de la evolución de cada persona y en algunos nunca
llega a notarse) el sistema nervioso aún es capaz de contenerlo.
Algunos mecanismos compensatorios hacen que los efectos más
importantes de la neurodegeneración no se noten en el día a día. Pero es como
el vaso de agua y la gota que lo desborda: llega un momento en que el daño es
demasiado, el cerebro ya no puede contenerlo y “lo deja hacer”.
Se ha encontrado que a medida que la atrofia cerebral es
mayor, las escalas que miden la discapacidad en las personas con EM también van
mostrando un cambio negativo, lo que refleja la importancia de la
neurodegeneración como conductor de la discapacidad.
¿Por qué ocurre la neurodegeneración?
Existen varias hipótesis, la primera y más evidente es que
la neurodegeneración es un efecto secundario de la pérdida de mielina. Pero
también se habla de que es el resultado de un mecanismo inmunitario más
directo, tal como ocurre en el párkinson o en el alzhéimer.
Para algunos investigadores es, incluso, el desencadenante
primario de la enfermedad, siendo la desmielinización una consecuencia (Trapp y
Nave, 2008). Pero a conclusiones definitivas no se ha llegado todavía, un
escenario muy común dentro del campo de la neurodegeneración.
¿Tiene tratamiento la
neurodegeneración en la EM?
Los tratamientos actuales para le EM van dirigidos a
controlar los episodios de neuroinflamación, no a la neurodegeneración. Esa es
una de las razones fundamentales de por qué apenas hay opciones terapéuticas
para personas con formas progresivas de EM. Una vez las células nerviosas son
dañadas, revertir esa lesión es muy difícil.
Pero las noticias no son tan negativas como parece: en
realidad los tratamientos modificadores de la enfermedad ayudan enlentecer, y
en muchos casos prevenir, la neurodegeneración asociada a la esclerosis
múltiple. Controlar la desregulación del sistema inmunitario es la mejor vía
para mantener a raya la degeneración del tejido nervioso.
Muchos especialistas se están atreviendo a hablar sin
sonrojos de los “pacientes libres de enfermedad” gracias a los avances de las
últimas décadas en el campo farmacológico. Sin embargo, no hay que olvidar a
los miles de afectados en los cuales la neurodegeneración ha avanzado hasta un
punto en que las limitaciones físicas y cognitivas les impiden llevar una vida
autónoma.
A ellos, al igual que a millones de afectados por las
enfermedades neurodegenerativas, no hay soluciones que ofrecerles. Ocrevus, un
fármaco recientemente aprobado en EE.UU, parece enlentecer el avance de la
atrofia cerebral en las personas con EM primaria progresiva. Una excelente
noticia que, sin ser una solución, es una opción. Un mundo para muchos.
74.7 años es la
esperanza de vida las personas con esclerosis múltiple, mientras que en la
población general es de 81.8 años. Las diferencias entre los tipos de EM son
notables
Redacción TiTi 13/4/2017
74.7 años es la esperanza de vida de las personas con
esclerosis múltiple, eso sí, las personas con EM noruegas, porque la más
reciente investigación sobre este tema se basó en datos obtenidos en 1388
enfermos diagnosticados con EM en una región de este país nórdico, entre los
años 1953 y 2012.
Sin embargo, los datos pueden interesar a toda la comunidad
EM porque muchos coinciden con los resultados obtenidos por investigaciones en
otros países como España o Canadá.
La esperanza de vida en la población EM aumenta, pero sigue
estando por debajo —siete años menos— de la población general, que es de 81.8
años.
Pero ahí no queda la información que ofrece este estudio. Al
contrario, hay para mucho más. Ponte cómodo/a y entérate de cómo el género o el
tipo de EM pueden estar condicionando la esperanza de vida y el riesgo de
muerte entre las personas con esclerosis múltiple.
ESPERANZA DE VIDA DE LAS PERSONAS CON ESCLEROSIS MÚLTIPLE:
EL GÉNERO AQUÍ TAMBIÉN IMPORTA
Ya hemos hablado de las particularidades de la esclerosis
múltiple en la mujer y este artículo viene a añadir más. Por ejemplo, la
esperanza de vida de las mujeres con EM es de 77.2 años, mientras en los
hombres es de 72.2 años. Sí, ya sé, es la misma tendencia que se da en la
población general.
Sin embargo, hay un dato en relación al género que sí
destaca: la tasa de mortalidad entre las mujeres es mayor. Aunque de manera
general la tasa de mortalidad también ha mejorado, lo cual es una excelente
noticia, las mujeres tienen mayor riesgo de muerte que los hombres.
Sin poder afirmar ninguna causa, sí hipotetizan con el hecho
de que las mujeres con EM parecen ser más propensas a las enfermedades
cardiovasculares, algo que, admiten, debiera ser estudiado más a fondo. De hecho, un estudio español del año 2014
encontró lo contrario; un mayor riesgo de mortalidad entre los hombres.
EL TIPO DE ESCLEROSIS MÚLTIPLE, FACTOR CLAVE.
La estadística es lo que tiene, generaliza fenómenos que en
esencia pueden ser muy diferentes. En el caso de las personas con esclerosis
múltiple progresiva primaria, la esperanza de vida es 71.4 años, mientras que en el grupo de afectados por la
EM recurrente remitente (EMRR), es de
77.8 años.
La supervivencia después del diagnóstico, una variable que
ha mejorado espectacularmente en las últimas décadas, fue para todo el grupo
estudiado de 40.6 años (en 1969 era de 17 años), pero analizando cada tipo de
EM, las diferencias son más que notables:
8 años en la EM recurrente remitente
5 años en la EM progresiva primaria
El riesgo de muerte entre los afectados por la EM primaria
progresiva fue casi el doble que para los que padecen EMRR.
Los investigadores no pueden afirmar si estas diferencias se
deben solo a las características de la enfermedad o también influye la
disponibilidad desde la década del 90 de fármacos modificadores de la EM para
las personas con EMRR.
Afortunadamente, acaba de salir Ocrevus, el primer fármaco
con efecto sobre el curso de la esclerosis múltiple primaria progresiva ¿En
algunas décadas las estadísticas reflejarán una diferencia menos acusada?
Esperemos que sí.
Se trata de descubrir nuevas vías para ampliar las herramientas terapéuticas disponibles para combatir la esclerosis múltiple y, quizás, otras enfermedades autoinmunes.
Sin embargo, cada vez es mayor el número de estudios que apuntan a que la aparición de esta enfermedad autoinmune es una consecuencia de la combinación de distintos factores ambientales y genéticos.
Ahora, un estudio dirigido por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Texas en Galveston (EE.UU.) muestra que las personas portadoras de variantes de dos genes específicos podrían tener hasta un riesgo de tres veces mayor de sufrir esta enfermedad.
La enfermedad suele presentarse en personas con edades comprendidas entre los 20 y los 50 años. Un aspecto a tener muy en cuenta dado que aún a día de hoy no se ha encontrado una cura. De hecho, los últimos tratamientos disponibles tienen por objetivo ralentizar su progresión y paliar, en la medida de los posible, sus síntomas, caso entre otros de los problemas en la capacidad visual y musculares.
La presencia de dos variantes específicas en los genes IL7R, ya asociado en investigaciones previas a la esclerosis múltiple, y DDX39B (cuyo papel en la patología aún no había sido identificado) se asocia con un riesgo hasta tres veces mayor de desarrollar esta enfermedad autoinmune.
"Nuestro trabajo, en el que identifica la interacción entre un gen de riesgo de la esclerosis múltiple conocido y un nuevo gen candidato, desvela un mecanismo novedoso asociado al riesgo de la esclerosis múltiple y de otras enfermedades autoinmunes", comentó Simon Gregory, co-director de la investigación.
Los autores esperan que su descubrimiento pueda utilizarse para identificar a aquellos individuos que, al presentar ambas variantes genéticas en su genotipo, tienen un mayor riesgo de acabar padeciendo la enfermedad. Un aspecto crucial dado que cuanto antes se establezca el diagnóstico, antes se podrán administrar los tratamientos para frenar su progresión.
"Uno puede prever cómo este tipo de conocimiento permitirá algún día diagnosticar antes la enfermedad y, dado que ya contamos con terapias muy prometedoras, que los médicos puedan administrar los tratamientos adecuados de forma más rápida. No es descabellado pensar en un método para la detección de otras enfermedades autoinmunes como la diabetes tipo 1", comentó Mariano García-Blanco.
"En aquel momento redirigí mi labor a la esclerosis múltiple. Y ahora soy mucho más consciente de cómo del trabajo que hacemos en el laboratorio podrá ser un día utilizado para ayudar a aquellas personas que tienen que convivir con la enfermedad", apuntó el investigador.
"Podemos utilizar esta nueva información no solo para diseñar test que permitan una detección más temprana y precisa de la esclerosis múltiple, sino también para descubrir nuevas vías para ampliar las herramientas terapéuticas disponibles para combatir la esclerosis múltiple y, quizás, otras enfermedades autoinmunes", concluyó.