Fuente: MS Trust
Fecha de publicación: 14/04/2016
La falta de deseo sexual o la dificultad para tener erecciones son problemas comunes entre los hombres afectados por esclerosis múltiple. Entre el 50 y el 90% de ellos se verán afectados por algún problema sexual en algún momento de su vida.
Antes de presentar los aspectos más significativos de la guía, cabe destacar que la persona con EM puede sufrir otros problemas sexuales que no estén relacionados con esta condición.
Los problemas sexuales provienen de una combinación de factores físicos, psicológicos, emocionales y sociales. Pueden resultar de daños provocados por la EM en las vías nerviosas del cerebro o de la médula espinal que procesan los estímulos eróticos, los sentimientos sexuales y las respuestas; proceder indirectamente de síntomas de la EM, tales como la pérdida de la sensibilidad o espasmos; o derivar de consecuencias más amplias de la EM, tales como las preocupaciones económicas o laborales o una baja autoestima.
Disminución del deseo sexual
Convivir con la EM puede afectar profundamente el deseo sexual, minando la propia autoestima, la identidad sexual, el placer y la confianza como pareja sexual o como potencial pareja. Algunos pueden tener episodios temporales en los que es difícil estar motivado o interesado en el sexo, otros, en cambio, pueden sufrir una disminución duradera del deseo sexual.
A continuación, se presentan algunas ideas para hacer frente a estos efectos emocionales que provocan la disminución del deseo sexual:
Ser positivo. Los pensamientos negativos sobre uno mismo como pareja sexual pueden conducir a un círculo vicioso en el que estos pensamientos se retroalimentan y se dilatan. Tomar decisiones y buscar soluciones para combatir estos pensamientos requiere tiempo y esfuerzo. La terapia cognitivo-conductual puede ayudar a gestionar los pensamientos negativos.
Cuidarse. Aunque despertarse, vestirse y arreglarse puede ser difícil, el esfuerzo para verse bien merece la pena para combatir los sentimientos negativos de la falta de confianza en uno mismo.
Mantener la vida social. Si la EM está minando la autoestima, puede resultar tentador apartarse del mundo. Conocer a otras personas y mantener el contacto con los amigos, en persona, por teléfono u online, ayuda a relativizar las dificultades. Si el círculo de amigos se ha reducido, existen maneras de conocer nuevas personas como, por ejemplo, cursos para adultos, voluntariados o páginas de contactos.
Mantenerse activo. Mantenerse tan activo como sea posible es esencial para la salud y tiene un papel importante en la reducción del estrés y en contrarrestar los efectos de la fatiga. Aunque puede ser positivo, no es necesario seguir una rutina de ejercicios o empezar a practicar un deporte, existen actividades como la jardinería, la fotografía o la pesca que permiten salir y sentirse bien.
Recordar los puntos fuertes. Reconocer cuáles son los puntos fuertes de uno mismo ayuda a construir la propia confianza. Algunos pueden haber surgido de la convivencia con la EM, tales como la resiliencia, la adaptabilidad o el sentido del humor. Sexualmente es importante, pues lo fundamental no es lo que se hace sino cómo se hace. Si algunas posturas han dejado de ser placenteras, es importante encontrar nuevas que funcionan y concentrarse en éstas teniendo en cuenta las necesidades de la pareja.
No se trata sólo del orgasmo. Expresar amor, afecto, intimidad y sensualidad no depende de la penetración y de la incesante búsqueda del orgasmo. Es esencial disfrutar del proceso, explorando la sensualidad, sin distraerse por la necesidad de llegar al orgasmo. Esto es aplicable tanto si se tiene pareja como si no.
Disfunción eréctil
La disfunción eréctil, también llamada impotencia, es la incapacidad de lograr o mantener una erección. Se estima que uno de cada cinco hombres de la población general se ve afectado en algún momento. Sin embargo, la prevalencia es mayor entre los hombres con EM. Las investigaciones apuntan que uno de cada cuatro o dos de cada tres de ellos están afectados. Las causas son diversas: daño nervioso a causa de la EM, síntomas de la EM (dolor, entumecimiento en el área genital, depresión, ansiedad) y factores emocionales o psicológicos (falta de autoestima).
A pesar de que existe medicación para recuperar la capacidad de tener una erección, para tratar la disfunción eréctil eficazmente es necesaria una evaluación total de la persona. Los tratamientos deben ser parte del tratamiento de los síntomas, no una solución completa por sí misma. En primer lugar, la disfunción eréctil puede tratarse con medicación. Los medicamentos más utilizados son los llamados inhibidores de la PDE5 (Viagra, Levitra y Cialis). Contrariamente a la creencia popular, el uso de estas pastillas sin estimulación sexual no causa una erección. En segundo lugar, los dispositivos de constricción por vacío funcionan reteniendo la sangre en el pene. Para algunos este método resulta intrusivo, otros, en cambio, lo incorporan como parte de su relación sexual. Finalmente, las prótesis pueden ayudar mecánicamente con las erecciones y se consideran como opción únicamente cuando ninguno de los métodos anteriores ha resultado efectivo.
Orgasmos retardados o ausentes y eyaculación
Las dificultades en la eyaculación afectan a uno de cada tres hombres en algún punto de su vida, con frecuencia por eyaculación prematura. Los hombres con EM son más proclives a sufrir problemas o incapacidad para alcanzar el clímax, incluso si la erección no está afectada. Entender cómo los síntomas afectan al sexo puede ayudar a combatirlos. Por ejemplo, planear tener relaciones en aquellos momentos del día cuando la fatiga es un problema menor o investigar posturas menos dolorosas. La eyaculación retardada puede deberse también a problemas psicológicos relacionados con la EM y su efecto en la autoestima. Considerar el sexo como una experiencia sensual y placentera y no como un proceso funcional basado en la penetración y en el orgasmo puede ayudar a reducir la ansiedad.
Entre los métodos para tratar este problema, cabe destacar la masturbación. Algunos hombres consiguen llegar al orgasmo más fácilmente con la masturbación, solos o con la pareja. Sin embargo, algunos han comprobado que reduciendo la masturbación entre encuentros sexuales puede ayudarles a alcanzar el orgasmo con una pareja. Para algunos hombres, los juguetes sexuales y los vibradores son de gran ayuda aunque a otros les resultan dolorosos o desagradables. La estimulación anal facilita también el orgasmo. La midrodina y la yohimbina han demostrado tener un efecto positivo sobre la eyaculación.
Otros síntomas de la EM
Existen otros síntomas de la EM que pueden afectar a los hombres en sus relaciones sexuales. A continuación, se presentan los más frecuentes y se indican consejos sobre cómo proceder según cada síntoma:
Fatiga. La principal manera de combatir la fatiga es adoptar procesos para maximizar la energía y optimizar su gasto. Esto es aplicable tanto al sexo como a otros aspectos de la vida diaria. Por ejemplo, tomarse un descanso durante el día antes de tener relaciones sexuales y permitirse tener tiempo de recuperación después del acto puede ser muy efectivo. En el caso de tener pareja, la comunicación es importante, pues si ésta sabe cómo la fatiga afecta a la persona con EM se sentirá menos responsable si no hay respuesta sexual.
Debilidad muscular. Algunas posturas pueden resultar difíciles de mantener o de alcanzar por la fatiga que la debilidad muscular provoca. Un fisioterapeuta puede sugerir posturas que tengan en cuenta la fatiga. Experimentar con la pareja adoptando un rol más activo o dominante puede reducir el impacto de la debilidad y ser divertido a la vez.
Espasticidad y espasmos. Para algunos hombres, la actividad sexual y, especialmente, el orgasmo pueden provocar espasmos. Además de ser físicamente dolorosos, los espasmos pueden avergonzar a la persona. El miedo a que sucedan lleva a la tensión y a la precaución extrema o incluso a evitar tener relaciones. Los fármacos antiespasmódicos pueden ayudar, aunque la función sexual puede verse afectada como posible efecto secundario. También se recomienda la relajación previa al sexo, a través de técnicas de relajación, masajes o ejercicios de las extremidades que pueden incluirse como parte de la relación sexual.
Continencia. Para evitar tener problemas de incontinencia durante el acto sexual, es recomendable ir al baño previamente. En caso de necesitar autocateterismo, puede sentirse que la espontaneidad ha sido arrebatada. Saber que la vejiga se ha vaciado ayudar a relajarse y a aliviar la preocupación.
Dolor. La amplitud de sensaciones causadas por la EM puede provocar que el tacto en algunas partes del cuerpo resulte incómodo o doloroso. Cartografiar el cuerpo por cuenta propia o en pareja es una manera de reconocer dónde reside el placer y puede integrarse como parte de la relación sexual.
Estado de ánimo bajo o depresión. Los cambios de humor o la depresión son síntomas frecuentes de la EM, directamente derivados de la propia enfermedad o de lo que conlleva vivir con ella. Éstos afectan a la libido y al interés sexual, por lo que es importante tenerlos en cuenta a la hora de evaluar los problemas sexuales. Existe medicación para tratar la depresión, aunque las relaciones sexuales pueden verse afectadas como posible efecto secundario. La terapia cognitivo-conductual es también una opción a considerar.
Comunicación
La incapacidad de satisfacer las necesidades sexuales puede provocar frustración, decepción y sufrimiento. Estar dispuesto a hablar sobre los problemas sexuales que a uno lo acechan es el principal punto de partida para tratarlos. Puede ser la pareja, un amigo o un profesional médico. Si desea hacerse de manera anónima, existen chats o líneas de ayuda telefónica disponibles.
En el caso de estar en una relación, hablar con la pareja es importante para asegurar que ésta entiende que no es la fuente de problemas sexuales y puede ser de gran ayuda para ambos. Tratar el tema con un profesional puede costar, pero la sexualidad constituye una parte importante de la vida y debe tratarse seriamente como cualquier otro de los síntomas de la EM.
La perspectiva de la pareja
Ser la pareja de un hombre con EM presenta sus propios retos. Aunque los síntomas no se experimentan directamente, éstos afectan a las parejas de muchas maneras: estilo de vida, trabajo, amigos, etc. Las parejas también pueden sentir tristeza, frustración y dudas. Es importante que cuiden también de ellas mismas, manteniéndose en buena forma y tratando de sentirse bien, y sean conscientes del impacto de la EM en su propia confianza y autoestima. El hombre con EM no debe descuidar las necesidades sexuales de su pareja. Muchas personas consideran que superar las dificultades juntos puede acercarlos y estrechar su relación. Los problemas pueden considerarse oportunidades para explorar otras formas de intimidad. La ayuda de un profesional puede ser muy útil para resolver los problemas en las relaciones de pareja y poder volver a disfrutar del sexo.
Acceso al document original:
Sex and MS. A guide for men http://support.mstrust.org.uk Disponible a: http://support.mstrust.org.uk/file/sex-and-ms-men.pdf
http://observatorioesclerosismultiple.com/esp/vivir_con_la_em-sexualidad/sexo_y_esclerosis_multiple_–_una_guia_para_hombres/detalle.html#.V91b4oVOLmQ
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