Constituye la población con EM con menos opciones de
tratamiento, pero algo está cambiando. Las personas con esclerosis múltiple
primaria progresiva, paradójicamente, tienen menos lesiones cerebrales, pero
más discapacidad ¿Por qué?
Representan entre el 10% y el 20% de los casos totales de
esclerosis múltiple en el mundo, desde el inicio la discapacidad se acumula y
las opciones de tratamiento son muy escasas. Pero algo está cambiando.
En EE.UU se aprobó recientemente el primer fármaco, Ocrevus,
para tratar esta forma de EM y todos esperan que pronto también esté disponible
en Europa. Hoy construimos el cuadro de la esclerosis múltiple primaria
progresiva (EMPP).
¿Qué es la esclerosis múltiple primaria progresiva?
Se considera que una persona tiene EMPP cuando desde el
inicio de la enfermedad hay progresión y acumulación de discapacidad. En una
forma remitente-recurrente, habitualmente la persona experimenta periodos en
que los síntomas son más intensos, llamados brotes, pero después llega la
remisión y los síntomas disminuyen o desaparecen.
Por ejemplo, alguien con EMRR en un brote puede tener
alteraciones de la marcha y una vez se logra la remisión, la persona puede
caminar normalmente.
En el caso de las personas con EMPP no es así, las alteraciones
permanecen y progresan. Lo que no quita que en algunos periodos la enfermedad
se estabilice, incluso, que la persona experimente ligeras mejorías, pero la
tendencia general es hacia la progresión.
Se considera que el 50% de los afectados por EMPP necesita
algún tipo de ayuda para caminar a los 8 años de iniciada la enfermedad,
situación que, con la entrada de nuevos fármacos al mercado esperemos que
cambie.
Síntomas de esclerosis múltiple primaria progresiva.
Se considera que más del 85% de las personas con EMPP debuta
con síntomas de alteraciones de la marcha. El enfermo se suele quejar de
debilidad en las piernas o de tenerlas rígidas. Otros síntomas que pueden estar
presentes:
Problemas con la memoria, la atención y concentración
Falta de equilibrio al caminar, inestabilidad
Entumecimiento de diferentes partes del cuerpo
Sensaciones de hormigueo o quemazón
Fatiga
Mareos
Alteraciones oculares
Depresión
Disfunciones sexuales
Se considera que, en muchos enfermos, más que darse una
progresión hacia la afectación de otros sistemas funcionales, esta tiene lugar
intensificándose los síntomas y el deterioro dentro del sistema afectado desde
el inicio.
¿Existen diferentes formas de EMPP?
Es un tema controvertido. Se han hecho varias
clasificaciones que pretenden reflejar la diferente evolución que puede tener
la enfermedad. Nosotros, por su utilidad, preferimos presentarte la propuesta
que defiende la organización National Multiple Sclerosis Society.
En ella, más que de formas de EMPP, se habla de caracterizar
la enfermedad en función de cómo se está comportando en cada momento. Por
ejemplo:
Puede estar activa, lo que significa que la persona está
experimentando brotes, que son mucho menos comunes en la EMPP que en la EMRR, o
hay evidencia de actividad de la enfermedad valorado a través de una resonancia
magnética (RM).
No activa, que implicaría una situación contraria a la
anterior, donde no hay brotes ni evidencia de nuevas lesiones en la RM.
Con progresión, es decir, se constata un empeoramiento
funcional en el enfermo
Sin progresión, donde la persona está estable durante el
periodo de tiempo evaluado
En función de estos modificadores, una persona puede estar
en diferentes momentos de la enfermedad con:
EMPP activa con progresión
No activa sin progresión (estable)
No activa con progresión
Activa sin progresión
Diferencias entre esclerosis múltiple primaria progresiva y
esclerosis múltiple remitente-recurrente.
Son varias, al punto de que muchos han planteado que, más
que formas diferentes de la enfermedad, son enfermedades diferentes que
comparten un mecanismo patológico común. Entre las diferencias destaca:
En la EMPP la actividad inflamatoria (que es la que causa
los brotes) es mucho menor que en la EMRR. Por eso, paradójicamente, tienen
menos lesiones en el sistema nervioso vistas con resonancia magnética. Las
lesiones también son de menor tamaño y más abundantes en la médula espinal.
El daño a las fibras nerviosas (específicamente a los
axones) es mayor y esa es la causa de que la enfermedad progrese. Para este
tipo de daño no hay tratamiento actualmente.
Hay un equilibrio entre mujeres y hombres entre la población
afectada. En la EMRR las mujeres son mayoría, como ya mencionamos en un
artículo anterior.
La edad de comienzo de la EMPP es mayor, entre los 35 y 40
años.
La discapacidad también es más acusada en la EMPP
En el caso de la esclerosis múltiple secundaria progresiva,
una vez se establece, se considera que el curso de la enfermedad es muy
semejante al de la EMPP.
Tratamiento de la esclerosis múltiple primaria progresiva.
¿Recuerdas que antes te dije que las características de la
enfermedad son importantes para el tratamiento? Llegó el momento de aclararte
por qué.
Si existen brotes o pruebas de actividad inflamatoria,
entonces el profesional que te atiende seguramente oriente alguno de los
fármacos que hay actualmente en el mercado para regular la actividad del
sistema inmunitario en las personas con EM.
Esos compuestos han sido aprobados para la EMRR y no
modifican el curso de la enfermedad en la EMPP, pero pueden ayudar a controlar
los brotes, que responden a la actividad anómala del sistema inmunitario.
¿Que por qué no modifican el curso de la EMPP? Porque ya te
hemos dicho que el gran problema de las personas con EMPP es el daño que
experimentan las fibras nerviosas, lo que se llama neurodegeneración, y para
eso no hay tratamiento actualmente.
Entre los pilares de la terapéutica de la EMPP están los
enfoques no farmacológicos, como la fisioterapia, la estimulación cognitiva o
una nutrición adecuada.