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lunes, 27 de noviembre de 2017

¿Puede curar el trasplante de heces la esclerosis múltiple?




Hay muchos ejemplos de esta técnica, desde la conducta de algunos perros y animales que comen las heces de otros, instintivamente, adquiriendo nutrientes que no tienen en su dieta hasta el comportamiento de las tropas alemanas del mariscal Rommel, en la Segunda Guerra Mundial, los “Afrika Korps” que aquejadas de disentería se curaban comiéndo materia fecal de camello inducidos por los beduinos.

Las lineas de investigación y todos estos procesos y métodos se siguen en Estados Unidos, China y Australia.

En la U.E. en el hospital gubernamental General Gartnavel de Glasgow (Reino Unido) el doctor MacConnachie ha realizado desde 2003 una veintena de trasplantes fecales.

Y todos los pacientes se han curado excepto uno.

Estos métodos se han implantado cuando no han funcionado los tratamientos y protocolos habituales.
En España este tema no está regulado y solo se permite como tratamiento alternativo o compasivo previa la autorización del comité de bioética del hospital correspondiente.

En el cuerpo humano viven millones de microbios especialmente en los intestinos, un largo tubo que empieza en la boca y termina en el recto.

La macrobiota es el conjunto de microorganismos, bacterias, virus y parásitos que conviven en nuestro cuerpo de forma habitual y tienen funciones vitales para nosotros. Sin una macrobiota sana no podemos tener buena salud.

El trasplante fecal o trasplante de macrobiota fecal consiste en obtener heces de alguien sano, preferiblemente un familiar, diluirlas e introducirlas por el recto de la persona enferma tras comprobar que no hay parásitos o microbios patógenos.

Se renueva la flora intestinal del enfermo mediante la recolonización de su intestino con flora intestinal procedente de una persona saludable.

Este método se emplea actualmente en todas las enfermedades inflamatorias intestinales desde la colitis ulcerosa hasta la enfermedad de Crohn.

La última novedad es la elaboración de unas pastillas rellenas de materia fecal en EEUU. Han sido desarrolladas por una organización Open Biome, sin ánimo de lucro en Massachusetts.

¿Cómo se relaciona todo esto con la esclerosis múltiple y el sistema inmunitario teniendo en cuenta que el estómago es llamado últimamente por los neurólogos como el “segundo” cerebro?
En el estómago existen unas 100 millones de neuronas, muchas más de las que contiene la columna vertebral.



¿Las heces curan?¿Qué relación tiene la flora intestinal o microbiota con el cerebro? Revisamos las últimas líneas de investigación teniendo en cuenta que queda un largo camino por recorrer.

Se habla de disbiosis cuando hay un desequilibrio de la microbiota intestinal.

¿Es un factor de riesgo para las enfermedades autoinmunes?

La palabra “auto” proviene del griego y quiere decir uno mismo. El sistema inmune es una compleja red de células y componentes celulares llamados moléculas que normalmente trabajan para defender al organismo y eliminar infecciones causadas por virus y otros organismos invasores.

En una persona con una enfermedad autoinmune el cuerpo ataca erróneamente a células, tejidos y órganos de su propio organismo.

Existen muchas enfermedades autoinmunes y distintas que pueden afectar al organismo de diferentes maneras. En la esclerosis múltiple la reacción autoinmune está dirigida contra el cerebro y la médula espinal.

Se habla de disbiosis cuando hay un desequilibrio de la microbiota intestinal.

¿Es un factor de riesgo para las enfermedades autoinmunes?

La palabra “auto” proviene del griego y quiere decir uno mismo. El sistema inmune es una compleja red de células y componentes celulares llamados moléculas que normalmente trabajan para defender al organismo y eliminar infecciones causadas por virus y otros organismos invasores.

En una persona con una enfermedad autoinmune el cuerpo ataca erróneamente a células, tejidos y órganos de su propio organismo.

Existen muchas enfermedades autoinmunes y distintas que pueden afectar al organismo de diferentes maneras. En la esclerosis múltiple la reacción autoinmune está dirigida contra el cerebro y la médula espinal.

Un trasplante fecal es la infusión de una suspensión de heces procedentes de un individuo sano en el tubo digestivo de un enfermo. Recibe diversas denominaciones como reconstitución de la flora fecal, transferencia de microbios intestinal, bacterioterapia fecal o repoblación fecal entre otros. Lo más adecuado sería el trasplante de microbiota fecal (TMF) pues se trata de un verdadero trasplante o injerto. Es decir, traslado e implante de un órgano o fragmento de tejido vivo de un donante a un receptor para reparar una lesión. Por cierto, hay en el año 2016 una nueva técnica inventada en España por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que se ha publicado en la revista Scientific Sports.

Este invento español permite mejorar la eficacia de la terapia. Permite separar la mayor parte de la microbiota intestinal del resto de materia fecal a través de la certificación en gradiente o variación de una magnitud con la distancia.

Antonio López San Román es el paladín del trasplante fecal en España. El jefe del Servicio de Gastroentereología del Hospital Ramón y Canal, en Madrid desde mayo del año 2015, lleva pregonando en el desierto para que se popularice un procedimiento “fácil, barato y sin apenas complicaciones”.

Este método se emplea actualmente de forma regular en este hospital, en el Bellvitge de Barcelona de y de forma esporádica en el Gregorio Marañón de Madrid. Está especialmente indicado para una vieja infección intestinal, la “Clostridium difficile”, una bacteria que produce la colitis pseudomembranosa, una infección bastante frecuente del colón.

Sin embargo, Aún está pendiente de regular por la Unión Europea.

Es complicado el desarrollo de todo este procedimiento porque no es un medicamento, las heces no son un producto farmaceútico.

Las grandes empresas del sector no intervienen y no obtienen ningún beneficio ante lo cual la investigación siempre se circunscribe a los hospitales, fundaciones y organismos públicos.

Una experta, la doctora María Vázquez Roque MD, profesora asistente en gastroentereología y hepatología de la clínica Mayo de Jacksonville (EEUU) aclaraba en 2014 que la alteración de la flora intestinal puede ser responsable de otros males tales como la obesidad, la diabetes, la arterioesclerosis, el síndrome de fatiga crónica y la esclerosis múltiple.

El equilibrio de la flora intestinal se puede alterar por el consumo de antibióticos, una dieta poco equilibrada, rica en azúcares y pobre en fibra, malos hábitos en la higiene o un estilo de vida poco saludable o sedentaria.

¿Mejorar?
Solamente hay un caso documentado, de momento, de curación de una enfermedad llamada púrpura trombocitopénica idiopática, que afecta a las plaquetas, a través del trasplante fecal. Antes del procedimiento el número de plaquetas era de 96.180 y meses después del trasplante el recuento plaquetario era de 190.000, es decir en límites normales.

Un estudio de 2017 en la revista BMJ Open

Gastroenterology ha evidenciado una disbiosis en las personas que padecen una enfermedad autoinmune. Incluso este diagnóstico puede ser un factor de riesgo para ciertas enfermedades.
Parece esencial mantener el equilibrio de la flora intestinal para mantener y reforzar el sistema inmunitario.

Para ello, aparte de una vida saludable contamos con la ayuda de los probióticos, microorganismos vivos, conocidos por su actividad inmunoestimulante.

Son compuestos que el cuerpo no puede digerir pero que tienen un efecto fisiológico en el intestino al estimular de manera selectiva el crecimiento y la actividad de las bacterias beneficiosas. Ejemplos serían el yogur o el “choucroute” o col fermentada en agua con sal.

Hay otro estudio de 2017 publicado en la revista “Proceedings of the Nacional Academy of Sciences” de la doctora Egle Cekanaviciute. El estudio de 71 enfermos de EM muestra alteraciones de la macrobiota intestinal.

Esta doctora canadiense no cree que el microbioma o flora microbiana sea el único desencadenante de la EM. Pero parece que que estos microbios podrían empeorar o mejorar la progresión de la enfermedad.
¿La microbiota de las personas con EM tiene algo de particular?

Según un estudio de 2016 de la Universidad de California en el campus de San Francisco, sí.
Analizaron la macrobiota de 71 personas con EM y de otras 71 sanas.

El resultado fué el esperado. En las personas con EM había algunas poblaciones de bacterias más elevadas y otras disminuidas en comparación con la población general.

Un resultado muy similar al que se ha encontrado en otras enfermedades como la artritis reumatoíde o Parkinson.

¿Modificar la composición de la microbiota puede tener un efecto terapeútico? ¿En el sistema inmunitario y en la EM en general?

Los investigadores hicieron dos cosas.

1. Expusieron a la influencia de las bacterias células inmunitarias humanas.

Encontraron que las bacterias con niveles elevados, la Acinetobacter y Akkermansia, estimulaban una respuesta pro-inflamatoria, mientras que las bacterias con poblaciones disminuidas, las Parabacteroides distasonis tenían una influencia positiva, estimulando la regulación de la respuesta inmune.

2.Trasplantaron materia fecal de personas con EM a ratones libres de gérmenes.

Esta introducción de microbiota de personas con esclerosis múltiple en ratones a los que se les indujo inflamación cerebral/cambio de mielina, derivo, a los 20 días, en ratones con severa inflamación cerebral.

Sin embargo en los ratones que recibieron trasplantes fecales de personas sanas
la inflamación fué mucho menos severa.

En otro estudio desarrollado en Alemania en el Instituto Más Planck en 2017, analizaron la macrobiota intestinal de 34 parejas de gemelos idénticos, en los cuales sólo uno de los dos tenía EM.
Encontraron que en los enfermos era más abundante el género Akkermansia.

Cuando transfirieron bacterias de los gemelos a ratones con predisposición genética a padecer EM, vieron que después de 12 semanas la inflamación cerebral era mucho más común en los ratones que recibieron bacterias de enfermos.

¿Puede la composición de la microbiota influir en que se desencadene la EM?

¿O esos cambios son un reflejo de la propia enfermedad? ¿Llevará está línea de investigación a la creación de nuevas terapias?

Muchas incógnitas y pocas respuestas para un campo en auge desde hace poco tiempo. Hasta el momento existen fragmentos de un cuadro que se presupone que es bastante más grande. De momento hay que esperar a que la investigación avance.

Carmen López

https://yyoconestosnervios.wordpress.com/2017/11/27/puede-curar-el-trasplante-de-heces-la-esclerosis-multiple-2/?t=1&cn=ZmxleGlibGVfcmVjc18y&refsrc=email&iid=eaf4c05479df4e4fb59f5706cf457b71&uid=216032677&nid=244+289476616




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