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miércoles, 12 de noviembre de 2014

Un fabricante de piezas para Boeing se vuelca en ayudar a parapléjicos a caminar

  • El dispositivo ha sido llamado Indego, pesa algo más de 11 kilos y funciona como un esqueleto externo.

  • La empresa fabricante quiere que sirva para los 25.000 veteranos de EEUU con lesiones en la médula espinal.

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    Lainformacion.com - M.G - 12/11/14
     
    Parker Hannifin, una compañía que suministra piezas de alta tecnología a empresas como Caterpillar y Boeing, se ha lanzado de cabeza a un sector muy alejado del que han pisado en sus cerca de 100 años de vida.

    Esta firma tecnológica, que trabaja en sistemas de movimiento y control, además de suministrar soluciones de ingeniería de precisión a fabricantes industriales y aerospaciales, está usando su experiencia para ayudar a personas con discapacidad.

    Según cuenta The Wall Street Journal, su propuesta es un sistema robótico motorizado, destinado a aquellos que no pueden caminar por su cuenta debido a lesiones de la médula espinal, esclerosis múltiple o accidentes cerebrovasculares, lo hagan de nuevo.

    Gracias al uso del dispositivo que han creado, que ha sido bautizado como Indego, ya han logrado que David Carter, un parapléjico de 28 años de edad, haya dado sus primeros pasos después de años confinado a una silla de ruedas.

    El dispositivo Indego, que pesa algo más de 11 kilos y funciona como un esqueleto externo, podría beneficiar a cerca de 1,7 millones de personas sólo en EEUU, entre los que su fabricante destaca a los 25.000 veteranos de guerra que sufren lesiones en la médula espinal.


    Pero a Indego le falta todavía recibir luz verde de la Food and Drug Administration (FDA) de EEUU, ya que hoy día solo el dispositivo de la empresa ReWalk ha sido aprobado por la FDA para su uso en hogares de personas con paraplejia.

    Además de esta empresa, otras pocas compañías tienen dispositivos similares en uso en hospitales y centros de rehabilitación dirigidos por el U.S. Department of Veterans Affairs.

    En estos momentos, y como novatos en el sector de la salud, los responsables del Indego se enfrenta al largo y costoso proceso para obtener la aprobación de la FDA y después comercializarlo. 

    La compañía, que tiene su sede en Cleveland, comenzó recientemente los ensayos del dispositivo con 40 personas en cinco centros de rehabilitación en los EEUU y espera lograr la aprobación en el año 2015.

    Después tendrá por delante la tarea de convencer a las aseguradoras para que cubran el coste del ingenio, que se calcula entre 55.700 euros y 80.000 euros.

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