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martes, 21 de agosto de 2018

Incontinencia urinaria en pacientes con esclerosis múltiple: el BOTOX a dosis bajas podría ser efectivo


Dunia Chappotin  2018-08-17

Más del 50% de los pacientes tratados con inyecciones de toxina botulínica tipo A de 100 unidades (comercializada bajo la marca BOTOX) lograron controlar completamente la incontinencia urinaria.

Según reflejan los resultados de un ensayo clínico de fase III, las inyecciones de toxina botulínica tipo A (BOTOX) de 100 unidades pueden ser un tratamiento efectivo y bien tolerado en pacientes con EM con incontinencia urinaria debido a hiperactividad neurogénica del detrusor que no usan sondas vesicales.

En la actualidad el tratamiento con BOTOX se administra a aquellos pacientes que no han respondido bien a otras medidas terapéuticas, como el tratamiento con fármacos anticolinérgicos o las modificaciones en los hábitos de vida.

La dosis de 200 unidades es sobre las que se tienen datos de eficacia en la población con EM, pero los resultados de este ensayo clínico, publicados en Neurology, sugieren que la dosis de 100 unidades puede ser igual de efectiva y que, además, se asocia a menos complicaciones.
 
Más del 50% de los pacientes logró estar libre de incontinencia urinaria

En el ensayo clínico participaron 144 pacientes con EM que padecían incontinencia urinaria como consecuencia de la hiperactividad neurogénica del detrusor, una alteración que frecuentemente es el resultado de las lesiones en la médula espinal que experimentan los enfermos.

Además de incontinencia, los pacientes con hiperactividad neurogénica del detrusor pueden experimentar urgencia urinaria y aumento de la frecuencia de micción.

En el ensayo 66 pacientes recibieron el tratamiento con BOTOX, mientras que a 78 se les trató con una sustancia placebo.

Los investigadores observaron que en el grupo al que se administró BOTOX, 53,0% de los pacientes logró estar libre de incontinencia a la sexta semana después de haberse aplicado el tratamiento, cifra que solo llegaba al 10.3% entre los que recibieron el placebo.

Además, también se reportaron mejorías en relación a la urgencia urinaria en el grupo tratado con BOTOX.

Hablemos de eventos adversos

Aunque en más de la mitad de los pacientes el tratamiento fue muy efectivo, este no estuvo libre de eventos adversos.

El más común fue la infección del tracto urinario, seguido de la necesidad de realizar sondaje vesical intermitente limpio debido a la retención de orina en 15.2 % de los pacientes tratados con BOTOX.

Esta última cifra, que a primera vista es un resultado negativo, en realidad representa la principal ventaja de la toxina botulínica tipo A de 100 unidades.

En un ensayo clínico en el que se evaluó el efecto de la toxina botulínica tipo A de 200 unidades, 31.4% de los pacientes terminó realizando sondaje vesical intermitente.

Eso sí, los investigadores advierten de que con los datos actuales no se pueden realizar juicios concluyentes sobre las posibles ventajas y desventajas de una u otra dosis, debido a que no han sido evaluados en un mismo ensayo clínico.


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