La técnica de estimulación percutánea del nervio tibial está indicada para pacientes con incontinencia urinaria, urgencia miccional, dolor pélvico crónico o incontinencia fecal
Más de tres de cada cuatro pacientes con incontinencia urinaria logran mejorar su enfermedad tras un año de tratamiento con la técnica de estimulación percutánea del nervio tibial, según un estudio coordinado por el doctor Manuel Fernández Arjona, jefe del Servicio de Urología del Hospital Universitario del Henares y urólogo del Instituto de Medicina Sexual (IMS).
En el análisis participaron 153 pacientes, más de la mitad mujeres y la mayoría con vejiga hiperactiva (incontinencia). Se trata de una patología que afecta a seis millones y medio de españoles según el Observatorio Nacional de la Incontinencia (ONI). Las personas sometidas a esta técnica vieron una reducción de casi el 60% en el número de episodios después de doce meses.
La técnica de estimulación percutánea del nervio tibial está indicada para pacientes con incontinencia miccional o fecal o bien dolor pélvico crónico. "Consiste en colocar unos electrodos adhesivos en el talón del paciente e insertar una aguja (por encima del maléolo interno del pie) para aplicar impulsos eléctricos.
Con ello se consigue estimular las vías nerviosas responsables de la vejiga y el esfínter", explica el doctor Fernández Arjona. Los resultados obtenidos hasta el momento han permitido demostrar que los pacientes sometidos a este tratamiento "logran una clara mejoría de su enfermedad, que llega a estabilizarse, ya que disminuye las contracciones involuntarias del músculo detrusor, el responsable de expulsar la orina, así como la frecuencia miccional tanto nocturna como diurna", asegura el doctor.
También se ha confirmado su eficacia en pacientes de esclerosis múltiple. Un estudio publicado este mes en la revista European Journal of Neurology comprobó como 6 de cada diez respondieron bien al tratamiento de los síntomas del tracto urinario inferior.
El tratamiento ha sido valorado "como eficaz y seguro para tratar a los pacientes con síndrome de vejiga hiperactiva", según confirma una revisión de estudios realizada en Italia y publicada en BMC Urology en noviembre. La técnica "permite modificar de manera indirecta las funciones sensitivas, motoras o ambas, de las vías urinarias interiores", comenta el doctor Fernández Arjona.
Otras opciones de tratamiento, señala el urólogo del IMS, "son la cirugía con buenos resultados en el 80% de los casos, así como la colocación de prótesis esfinterianas que permiten cerrar o abrir el esfínter a voluntad de la mujer o prótesis vaginales colocadas en mujeres de edad avanzada y salud quebrantada", concluye.
Afecta más a las mujeres
La mayor parte de quienes sufren incontinencia urinaria son mujeres y su frecuencia aumenta con el envejecimiento", explica el doctor Fernández Arjona. Sus causas dependen del buen funcionamiento de la vejiga, la uretra, los esfínteres y los nervios correspondientes, "cualquier alteración en ellos puede causar esta patología", añade.
En el caso de las mujeres, se conoce también como incontinencia femenina de esfuerzo, que es cuando "se sufren escapes de orina involuntarios al hacer esfuerzos abdominales al toser, reír, estornudar, cambiar de postura o practicar el sexo", indica el doctor.
Otro tipo es la que sufren las personas que tienen necesidad urgente de orinar, imposible de controlar, que provoca la expulsión involuntaria de la orina. "A estas dos hay que añadir las que se producen durante el sueño, sobre todo en la infancia, o en personas mayores en cuyo caso el origen es neurológico o psicológico", expone.
Estos problemas ocasionan un problema higiénico, social y psíquico en quien lo padece, "por lo que suelen tener vergüenza a contarlo y se suele sufrir en secreto. Por eso aconsejamos siempre visitar al urólogo para poder encontrar la solución".
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