Los principales síntomas de carencia de hidratación se corresponden con sed, boca seca, micciones menos frecuentes, piel seca, mareo, confusión y fatiga, entre otros.
Estar hidratado es un axioma que se repite una y otra vez, y más aún en temporadas estivales. Pero, ¿qué es un episodio de deshidratación? ¿La población sabe realmente qué hay que hacer? ¿Hay muchos mitos? Al primer interrogante el vocal de Alimentación del COF de Salamanca, Alberto Palacios Gallego, responde que los principales síntomas de carencia de hidratación se corresponden con sed, boca seca, micciones menos frecuentes, piel seca, mareo, confusión y fatiga, entre otros. Y sobre los mitos, la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac) en su guía Consejos para prevenir y tratar la deshidratación desmonta algunos de los más extendidos. Por ejemplo, existe una tendencia en la población de utilizar bebidas isotónicas para tratar los procesos de diarrea en niños. Pues bien, Sefac apunta que las bebidas de cola, los zumos o las isotónicas "pueden empeorar el problema", llegando incluso a agravar el trastorno.
Otro mito se relaciona con si hay que beber agua del grifo o no. Sobre este asunto, Sefac defiende que "en España existen buenas redes de distribución de agua, por lo general de calidad, por lo que la decisión de tomar agua del grifo o embotellada no va a mejorar o empeorar el nivel de hidratación", sino que es una cuestión "relacionada con cuestiones relativas a su sabor".
Con respecto a la cantidad de agua que hay que beber para evitar un episodio de deshidratación, en la publicación del Observatorio de Hidratación y Salud Guía de Hidratación y Salud. Hay mil formas divertidas de hidratarte se especifica que "las necesidades de líquidos varían dependiendo de la dieta, la temperatura ambiental, humedad y demás factores por lo que no existe una medida exacta de líquido que necesita una persona para estar hidratada de forma adecuada".
Dicha estas consideraciones, para dar un dato más general las estimaciones de una ingesta adecuada oscilan entre los 3,7 litros al día (tres litros procedentes de bebidas) en hombres y 2,7 litros diarios (2,2 de bebidas) para mujeres. También hay que tener en cuenta que "los alimentos aportan entre el 20 y el 25 por ciento de la ingesta total de agua mientras que las bebidas representan entre el 75 y 80 por ciento", según el Observatorio.
Aunque las personas más vulnerables (menores, ancianos y crónicos) son las que más probabilidades tienen de sufrir un cuadro de deshidratación, quienes no forman parte de ningún grupo de riesgo no son inmunes. "Incluso cuando la persona está bien de salud debe consumir líquido suficiente todos los días y más cuando el clima es cálido o se está haciendo ejercicio", aconseja Avelino Rodríguez Hervella, vocal de Alimentación del COF de Burgos.
Un truco que ofrece la Sefac para saber si se está tomando suficiente agua es observar la orina. "Si es de color amarillo intenso con olor fuerte y en poca cantidad, se debe beber más. Por el contrario, si es de color amarillo claro y en mucha cantidad, es que se está bebiendo lo suficiente", recoge la guía.
CLASIFICACIÓN
Una vez se ha producido el cuadro de deshidratación, antes de instaurar un tratamiento se debe conocer la gravedad del paciente que se clasifica en leve, moderada o grave, basándose en el porcentaje de pérdida de peso corporal, según describe Palacios Gallego. En los episodios leves, "la aportación oral de líquidos puede ser tratamiento suficiente", apunta el experto. En su opinión, "es mejor suministrar con frecuencia pequeñas cantidades de líquido, especialmente en niños, utilizando una cuchara o una jeringa, en vez de forzar al bebé o al niño a beber una cantidad grande de líquido de una sola vez, ya que esto puede provocar vómitos".
Una vez conseguida la tolerancia, se puede ir incrementando el volumen que se administra de forma gradual. En los casos más graves, especialmente en niños, ancianos o pacientes con enfermedades crónicas, se requiere hospitalización y tratamiento con soluciones parenterales, recuerda el vocal de Alimentación del COF de Salamanca.
SOLUCIONES DE REHIDRATACIÓN
Desde el punto de vista de Palacios, "las soluciones de rehidratación oral (SRO) son la forma más adecuada, barata y sencilla de rehidratar a un paciente con deshidratación leve a moderada, independientemente del agente causante de la deshidratación, de la edad del individuo y de los niveles plasmáticos de sodio".
Las SRO son soluciones acuosas con una concentración de solutos fija y adecuada para reponer las pérdidas del organismo. Los solutos incluidos en estas SRO son tanto aquellos que se han perdido, como otros que favorecen la absorción de los electrolitos necesarios, apunta el vocal salmantino. En estos productos se puede encontrar agua, azúcares -"el más utilizado es la glucosa, que favorece la absorción de sodio"-, sodio -"cuyo uso y cantidades han sido motivo de discusión"-, potasio -"de este electrolito se puede perder cantidades importantes desde el colon"- y cloruro - "que contribuye a la óptima funcionalidad del transporte sodio-glucosa y del sodio-cloro".
http://www.correofarmaceutico.com/2015/08/10/al-dia/entorno/verdades-y-mentiras-sobre-la-deshidratacion
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