Blog sobre la formas progresivas de la esclerosis múltiple, las grandes olvidadas de farmacéuticas, médicos è investigadores. La información médica se ofrece solamente con carácter informativo y no pretende sustituir las opiniones, consejos y recomendaciones de un profesional sanitario.
jueves, 17 de julio de 2014
ESPASTICIDAD
Por Darlene Stough, RN, MSCN, CCRP
La espasticidad está provocada por daños en el cerebro y/o la medula espinal debido a EM u otras afecciones. Los reflejos se ponen hiperactivos, lo que da como resultado mayor tono muscular, rigidez y tensión muscular, calambres, espasmos, clonus (temblores involuntarios), dolor y dificultad para controlar los músculos. Algunas personas con EM informan que tienen que "luchar contra su tensión muscular" para moverse cuando tienen espasticidad. Esto se debe a que los músculos se contraen cuando no deben, y no se relajan cuando deben.
Algunas encuestas calculan que más del 80 por ciento de las personas con EM experimentarán espasticidad en algún momento, y no todas se ven afectadas de la misma manera. La espasticidad relacionada con la esclerosis múltiple parece afectar las piernas más que los brazos y las manos. Los espasmos pueden perturbar el sueño, aumentar la fatiga y la debilidad durante el día. La dificultad para mover los miembros pasivamente puede hacer que a los cuidadores les resulte más difícil realizar la higiene. Además, el malestar puede interferir con muchas actividades.
Abordar las Espasticidad con su Proveedor de Atención Médica
La espasticidad grave no tratada puede tener consecuencias negativas graves. Mencione todos los síntomas relacionados con la espasticidad a su proveedor de atención médica, incluso los más leves. No significa necesariamente que necesitará una medicación para la espasticidad, pero se pueden iniciar medidas simples para aliviar incluso el impacto más leve de espasticidad y ayudar a evitar que se convierta en un problema importante.
La evaluación de espasticidad realizada por un médico o una enfermera brinda información que ayudará a evaluar la presencia y la gravedad de la espasticidad, determinar su impacto y medir la respuesta al tratamiento. Su examinador buscará: aumento de los reflejos, resistencia al movimiento pasivo, disminución del rango de movimiento, espasmos y clonus observados, y la calidad del movimiento de los brazos o las piernas. También deben considerarse otros impedimentos que interfieren con el funcionamiento, como por ejemplo la debilidad, la pérdida de sensación o la pérdida de comunicación.
Su neurólogo estará allí evaluando sus necesidades, quizás junto a una enfermera practicante o un médico asistente; pero otros tipos de proveedores de la salud pueden ayudar con distintos aspectos para el manejo y tratamiento de su espasticidad. Estos proveedores incluyen al fisiatra, al terapeuta físico, al neurocirujano y al cirujano ortopédico.
Desarrollar un Plan de Tratamiento
Todos los tratamientos descritos son sintomáticos, es decir que no tratan la enfermedad de EM, que puede seguir progresando. Lo ideal es detectar la espasticidad antes de que provoque problemas importantes, y usar opciones de tratamiento disponibles para lograr objetivos realistas. Por ejemplo, si el objetivo es mejorar la marcha, generalmente se combinan estiramiento y medicaciones orales con terapia física, y a veces con el uso de dispositivos.
Los objetivos del manejo de la espasticidad incluyen mejorar la comodidad, la postura, el cuidado y la higiene personales, y también, ocasionalmente, mejorar el funcionamiento. Los objetivos, así como también las ventajas y desventajas de cada tratamiento, se deben discutir con su proveedor de salud, y es importante evaluar los resultados del tratamiento a fin de optimizar el plan de tratamiento.
Se pueden combinar los tratamientos para maximizar las probabilidades de éxito. El primer paso involucra eliminar antagonistas posibles, como por ejemplo infección del tracto urinario, llagas por presión, u otro estrés físico sobre el cuerpo. Cuando se resuelven estos problemas subyacentes también se puede resolver el aumento de la espasticidad.
Los cambios en el estilo de vida pueden ser útiles, por ejemplo minimizar el estrés y la fatiga, estirar todos los días, practicar la relajación, yoga y realizar ejercicios. Los aparatos o las ayudas para caminar pueden aumentar la movilidad, aunque es importante observar que la espasticidad puede ser útil en algunos momentos porque puede compensar parte de la debilidad en las piernas y permitir el apoyo necesario para caminar.
Medicación y otras Opciones
La espasticidad se puede tratar con medicaciones para los síntomas como, por ejemplo, baclofen, tizanidina, gabapentina, benzodiazepinas o dantroleno. Los efectos secundarios más comunes de estas medicaciones son mareo, somnolencia y debilidad. La regla general es comenzar con una dosis baja e incrementarla lentamente hasta controlar la espasticidad o hasta que se presenten efectos secundarios.
Cuando la espasticidad se limita a unos músculos, o cuando es preferible limitar el tratamiento a unos músculos, entonces se pueden aplicar inyecciones locales para relajar esos músculos selectivamente. Los ejemplos incluyen inyecciones de fenol y toxina botulínica. Ocasionalmente, se practica una cirugía para liberar las contracturas de los tendones.
Las personas que tienen espasticidad EM grave que no tuvieron éxito con otros tratamientos pueden ser candidatos a someterse a una terapia con baclofeno intratecal (terapia BIT). Este tratamiento involucra el implante quirúrgico de una bomba de baclofeno debajo de la piel del abdomen, y la inserción de un catéter en la médula para liberar baclofen directamente en el líquido cefalorraquídeo.
El baclofeno administrado de esta manera es más efectivo y, por lo general, no causa sedación. Si embargo, debido a los riesgos que involucra, los candidatos a terapia BIT se deben seleccionar y analizar detenidamente.
Para leer más sobre el tema, puede encontrar recursos en www.wemove.org.
Darlene Stough, RN, MSCN, CCRP, ha trabajado como enfermera registrada para la clínica Cleveland Clinic durante 27 años en distintas especialidades. Darlene es enfermera certificada en EM y profesional de investigación clínica certificada. Durante los últimos ocho años ha sido coordinadora de proyectos de investigación sobre terapias sintomáticas y rehabilitación en EM en el centro Mellen Center for MS Treatment and Research en el instituto Cleveland Clinic Neurological Institute.
(Última revisión: julio de 2010)
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