Un nuevo estudio científico ha revelado que en la correcta formación de la vaina de mielina y de sus capas internas entra en juego una serie de procesos proteínicos necesarios en la fase inicial de conversión de la glucosa en ácidos grasos. Este trabajo forma parte de los proyectos comunitarios AXON SUPPORT y NEUROMICS, que cuentan con una financiación de 1,3 millones y 1 millón de euros, respectivamente. Un artículo al respecto publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) informa que mediante difracción de rayos X se pudo observar de qué manera ciertas mutaciones afectan a la estructura de la mielina, que constituye un tema de investigación fundamental para el estudio de los trastornos neurológicos.
El trabajo estuvo a cargo de investigadores del Boston College (Estados Unidos), en colaboración con científicos de Italia, Japón, Países Bajos y Suiza, quienes evaluaron el impacto de la composición de los lípidos de la mielina sobre la estructura y estabilidad de ésta última. El correcto funcionamiento del sistema nervioso depende de las vainas de mielina que envuelven los axones de las neuronas.
«La mielinización precisa un gran incremento de la síntesis de la membrana de las células gliales. Nuestro trabajo demuestra que la fase aguda de síntesis de lípidos de la mielina es regulada por la SCAP, la proteína activadora a través del clivaje de SREBP (proteína de unión al elemento de respuesta a esteroles)», explican los autores.
El profesor Daniel Kirschner del Boston College declaró: «La mielina está formada por varias membranas que aíslan el axón. Este aislamiento posibilita una rápida transmisión nerviosa. Si la mielina se deteriora, se forman agujeros en este aislante membranoso y el nervio realiza su función con menos eficacia. Y si la mielina desaparece por completo en un segmento del axón, entonces la conducción nerviosa se detiene.»
Los científicos hicieron uso de difracción de rayos X para observar el proceso de síntesis de la vaina en muestras completas de nervios obtenidas de ratones modificados para que presentaran enfermedades mielínicas. Según informó el profesor Kirschner, su equipo constató que, en comparación con otras técnicas de microscopía, la difracción de rayos X muestra con más rapidez, nitidez y claridad la integridad estructural de la mielina intermodal.
«Nos permitió apreciar que la disposición de las membranas era anómala y podría perjudicar a las propiedades electrofísicas de la mielina», afirmó este biólogo. «También nos percatamos de que la disposición de los lípidos en las bicapas mielínicas estaba más desordenada en las muestras de los ratones transgénicos que utilizamos.»
El profesor Kirschner aclaró que otras técnicas de microscopía provocan alteraciones químicas en el tejido analizado. La estructura molecular puede verse trastocada por los agentes utilizados y también por el lapso de tiempo necesario para preparar y analizar las muestras, lo cual puede ocultar las interacciones dinámicas de la mielina.
«En cambio, la difracción de rayos X no precisa ningún tratamiento químico y se puede llevar a cabo en cerca de una hora», explicó. «Las ventajas de esta técnica son que nos permite examinar y analizar muestras completas de tejido y obtener información acerca del efecto de la mutación sobre la estructura propia de la mielina y también sobre su estabilidad.»
Este equipo científico lleva cuatro años usando ratones modificados genéticamente para investigar la influencia de la degeneración mielínica en diversas enfermedades de los sistemas nerviosos central y periférico.
AXON SUPPORT («Comunicación axonuclear en la salud y la enfermedad») recibió financiación por medio del área temática «Ciencias y tecnologías nuevas y emergentes» (NEST) del Sexto Programa Marco (6PM) de la UE. Por su parte, NEUROMICS («Genómica funcional del cerebro») contó con apoyo del programa de formación en la fase inicial (EST) de las Acciones Marie Curie del 6PM.
Para más información, consulte:
PNAS:
http://www.pnas.org
El trabajo estuvo a cargo de investigadores del Boston College (Estados Unidos), en colaboración con científicos de Italia, Japón, Países Bajos y Suiza, quienes evaluaron el impacto de la composición de los lípidos de la mielina sobre la estructura y estabilidad de ésta última. El correcto funcionamiento del sistema nervioso depende de las vainas de mielina que envuelven los axones de las neuronas.
«La mielinización precisa un gran incremento de la síntesis de la membrana de las células gliales. Nuestro trabajo demuestra que la fase aguda de síntesis de lípidos de la mielina es regulada por la SCAP, la proteína activadora a través del clivaje de SREBP (proteína de unión al elemento de respuesta a esteroles)», explican los autores.
El profesor Daniel Kirschner del Boston College declaró: «La mielina está formada por varias membranas que aíslan el axón. Este aislamiento posibilita una rápida transmisión nerviosa. Si la mielina se deteriora, se forman agujeros en este aislante membranoso y el nervio realiza su función con menos eficacia. Y si la mielina desaparece por completo en un segmento del axón, entonces la conducción nerviosa se detiene.»
Los científicos hicieron uso de difracción de rayos X para observar el proceso de síntesis de la vaina en muestras completas de nervios obtenidas de ratones modificados para que presentaran enfermedades mielínicas. Según informó el profesor Kirschner, su equipo constató que, en comparación con otras técnicas de microscopía, la difracción de rayos X muestra con más rapidez, nitidez y claridad la integridad estructural de la mielina intermodal.
«Nos permitió apreciar que la disposición de las membranas era anómala y podría perjudicar a las propiedades electrofísicas de la mielina», afirmó este biólogo. «También nos percatamos de que la disposición de los lípidos en las bicapas mielínicas estaba más desordenada en las muestras de los ratones transgénicos que utilizamos.»
El profesor Kirschner aclaró que otras técnicas de microscopía provocan alteraciones químicas en el tejido analizado. La estructura molecular puede verse trastocada por los agentes utilizados y también por el lapso de tiempo necesario para preparar y analizar las muestras, lo cual puede ocultar las interacciones dinámicas de la mielina.
«En cambio, la difracción de rayos X no precisa ningún tratamiento químico y se puede llevar a cabo en cerca de una hora», explicó. «Las ventajas de esta técnica son que nos permite examinar y analizar muestras completas de tejido y obtener información acerca del efecto de la mutación sobre la estructura propia de la mielina y también sobre su estabilidad.»
Este equipo científico lleva cuatro años usando ratones modificados genéticamente para investigar la influencia de la degeneración mielínica en diversas enfermedades de los sistemas nerviosos central y periférico.
AXON SUPPORT («Comunicación axonuclear en la salud y la enfermedad») recibió financiación por medio del área temática «Ciencias y tecnologías nuevas y emergentes» (NEST) del Sexto Programa Marco (6PM) de la UE. Por su parte, NEUROMICS («Genómica funcional del cerebro») contó con apoyo del programa de formación en la fase inicial (EST) de las Acciones Marie Curie del 6PM.
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PNAS:
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