Desde Septiembre de 2008 dedicado a las formas progresivas de la EM

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jueves, 30 de agosto de 2018

Consiguen una desaceleración "sin precedentes" en la esclerosis múltiple progresiva



Un ensayo clínico ha probado un fármaco que reduce la atrofia cerebral en la esclerosis múltiple a casi la mitad

El medicamento fue aprobado en Japón en 1989 y actualmente en Estados Unidos se está estudiando

30.08.2018 | /EUROPA PRESS

Un prometedor fármaco ha reducido la atrofia cerebral en la esclerosis múltiple progresiva (EM) a casi la mitad durante un ensayo clínico de fase realizado por Cleveland Clinic en Estados Unidos. En la actualidad, existen terapias muy limitadas para esta forma incapacitante de la enfermedad.

Los resultados definitivos del ensayo, publicados en la revista New England Journal of Medicine, mostraron que el medicamento ibudilast disminuyó la progresión de la atrofia cerebral en pacientes con EM progresiva en un 48% frente a placebo. El estudio SPRINT-MS se desarrolló durante dos años y se realizó con 255 pacientes.

"Estos hallazgos son significativos para los pacientes con esclerosis múltiple progresiva. Nuestra esperanza es que el beneficio de ibudilast en la disminución de la contracción del cerebro, también se traduzca en una disminución de la progresión de las discapacidades físicas asociadas en un futuro ensayo de fase 3", ha explicado Robert Fox, investigador principal y vicepresidente de investigación en el Instituto Neurológico de la Cleveland Clinic.

La EM progresiva se asocia con el empeoramiento gradual de los síntomas y el aumento de la discapacidad. Habitualmente, se da después de la EM remitente-recidivante, para la cual existen más de una docena de tratamientos aprobados. Sin embargo, ninguna ha demostrado una eficacia consistente para desacelerar la progresión de la discapacidad en pacientes con EM progresiva, particularmente aquellos sin evidencia de inflamación activa.

Más cerca de una posible terapia

Ibudilast, un fármaco oral con actividad en varias vías biológicas, fue aprobado en Japón en 1989 para su uso en el asma y accidentes cerebrovasculares. También se está estudiando en Estados Unidos para el tratamiento potencial de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y la adicción a las drogas.

Además, el estudio SPRINT-MS demuestra la utilidad de las imágenes avanzadas en ensayos clínicos para medir el impacto de las terapias en la salud cerebral. "La posible aplicación de medidas basadas en imágenes puede extenderse más allá de la EM progresiva a otros trastornos neurodegenerativos", según señala el informe.

"Existe una necesidad significativa de nuevas opciones de tratamiento para retrasar de forma efectiva la progresión de la discapacidad en pacientes con EM progresiva. Esperamos que estos hallazgos nos ayuden a desarrollar más terapias para la esclerosis múltiple progresiva de manera más rápida y eficiente", ha aputando Fox.

La investigación, que allana el camino para las pruebas de fase 3, también determinó que el ibudilast es relativamente seguro y bien tolerado. El medicamento ha recibido la designación de vía rápida de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).

"Aunque se necesita un estudio más amplio para confirmar estos hallazgos, este prometedor estudio brinda a las personas con EM progresiva, que actualmente no tienen muchas opciones de tratamiento, una esperanza de que estemos un paso más cerca de una posible terapia", ha concluido Robin Conwit, director de programa en el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de Estados Unidos (NINDS, por sus siglas en inglés).


miércoles, 29 de agosto de 2018

Investigadores descubren un nuevo subtipo de esclerosis múltiple.



EUROPA PRESS 22.08.2018 

Presenta pérdida neuronal pero no desmielinización de la sustancia blanca del cerebro.

Investigadores de la Cleveland Clinic (Estados Unidos) han descubierto un nuevo subtipo de esclerosis múltiple (EM) que presenta pérdida neuronal pero no desmielinización de la sustancia blanca del cerebro.

La esclerosis múltiple ha caracterizado durante mucho tiempo como una enfermedad de la sustancia blanca del cerebro, donde las células inmunitarias destruyen la mielina, la cubierta protectora de grasa de las células nerviosas. Se cree que la destrucción de la mielina, llamada desmielinización, es responsable de la muerte de las neuronas que, en última instancia, conduce a una discapacidad irreversible en pacientes con esta enfermedad.

Detallado en un artículo publicado en la revista The Lancet Neurology, este nuevo suptipo de esclerosis múltiple, que los investigadores han bautizado como mielocortical (MCMS, por sus siglas en inglés), es indistinguible de la enfermedad tradicional en una imagen por resonancia magnética.

Los investigadores observaron que en MCMS parte de las neuronas se hinchan y se parecen a las lesiones típicas de la EM que indican pérdida de mielina en la materia blanca. La enfermedad solo fue diagnosticada en tejidos post-mortem.

 Los hallazgos del equipo respaldan el concepto de que la neurodegeneración y la desmielinización pueden ocurrir independientemente de la EM, y subrayan, según los investigadores, la necesidad de desarrollar técnicas de imágenes por resonancia magnética "más sensibles para evaluar la patología cerebral en tiempo real y controlar la respuesta al tratamiento en pacientes con la enfermedad".

Estudio con cien pacientes

"Este estudio abre un nuevo campo en la investigación de EM. Es el primero en proporcionar evidencia patológica de que la degeneración neuronal puede ocurrir sin pérdida de mielina en la materia blanca en los cerebros de pacientes con la enfermedad. Esta información destaca la necesidad de terapias combinadas para detener la progresión de la discapacidad en la EM", explica Bruce Trapp, presidente del departamento de Neurociencias del Instituto de Investigación Lerner de Cleveland Clinic.

En el estudio del tejido cerebral de 100 pacientes con EM que donaron sus cerebros después de la muerte, los investigadores observaron que 12 no tenían desmielinización de la materia blanca. Compararon las características del tejido microscópico de los cerebros y la médula espinal de 12 pacientes MCMS, 12 pacientes con EM tradicional y también individuos sin enfermedad neurológica. Aunque tanto MCMS como pacientes con EM tradicional tenían lesiones típicas de esclerosis múltiple en la médula espinal y la corteza cerebral, solo el último grupo tenía lesiones de EM en la sustancia blanca del cerebro.

A pesar de no tener lesiones típicas de esclerosis múltiple en la sustancia blanca, los cerebros MCMS sí tenían una densidad neuronal y un grosor cortical reducidos, que son características de la degeneración cerebral también observada en la enfermedad tradicional. Contrariamente a la creencia anterior, estas observaciones muestran que la pérdida neuronal puede ocurrir independientemente de la desmielinización de la materia blanca.

"La importancia de esta investigación es doble. La identificación de este nuevo subtipo destaca la necesidad de desarrollar estrategias más sensibles para diagnosticar y comprender correctamente la patología de MCMS. Esperamos que estos hallazgos den lugar a nuevas estrategias de tratamiento a medida para los pacientes que viven con diferentes formas de EM", concluye Daniel Ontaneda, director clínico del programa de donación cerebral en el Centro Mellen de Tratamiento e Investigación en Esclerosis Múltiple de Cleveland Clinic.




Los síntomas de la EM pueden comenzar cinco años antes del diagnóstico


Una investigación canadiense indica que las personas con EM son más propensas que el resto de la población a ir al médico o al hospital en los años previos al diagnóstico de la EM.

Last updated: 23rd August 2018

Resulta cada vez más evidente que diagnosticar y tratar la EM lo antes posible se asocia con unos mejores resultados a largo plazo para las personas con EM. Sin embargo, identificar los primeros signos de la EM puede ser muy complicado.

Normalmente, la EM se diagnostica después de sufrir al menos un episodio de síntomas neurológicos (que se conoce como un primer evento desmielinizante), junto con el resultado de una resonancia magnética que presenta lesiones nuevas y antiguas del cerebro o de la médula espinal.

Además, varios estudios recientes indican que las personas con EM pueden hacer un mayor uso de los servicios sanitarios durante los años previos a un primer episodio neurológico claramente demostrado, lo que indica que podrían existir otros signos de advertencia durante el inicio de la EM.

Ahora, los investigadores canadienses han realizado un importante estudio para demostrarlo de una forma aún más evidente y determinar los signos y síntomas que podrían estar asociados con un diagnóstico inminente de EM. Los investigadores, que trabajan en la Universidad de British Columbia y son dirigidos por la Profesora Helen Tremlett, analizaron los registros sanitarios de casi 14.000 personas con EM de cuatro provincias canadienses entre 1984 y 2014 y los compararon con los registros sanitarios de casi 67.000 personas a las que no se les había diagnosticado EM.

Los resultados, publicados recientemente en la revista Multiple Sclerosis Journal, demostraron que, durante los cinco años antes de un primer evento desmielinizante, las personas que tenían un diagnóstico de EM habían ido al hospital o al médico más frecuentemente que aquellas sin EM. Las visitas al médico/hospital se produjeron a causa de síntomas del sistema nervioso, sensorial, musculoesquelético y urinario del cuerpo humano. A estas personas les recetaron medicamentos con mayor frecuencia para tratar síntomas musculoesqueléticos, del sistema nervioso, intestinal, metabólico, genito-urinario y de las hormonas sexuales (como los anticonceptivos y los medicamentos para la fertilidad).

Las visitas al psiquiatra y los informes acerca de dolores de cabeza y sobre enfermedades mentales también fueron más frecuentes entre personas a las que les diagnosticó EM posteriormente.

Estudio del Reino Unido

Otro estudio reciente realizado en el Reino Unido, publicado en la revista Annals of Neurology, demostró que una serie de síntomas similares se producían con mayor frecuencia en personas con EM durante los 10 años previos al diagnóstico.

Con anterioridad, se ha demostrado que otras enfermedades, como la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson, presentan una serie de signos y síntomas iniciales que no necesariamente se consideran síntomas clásicos del inicio de estas enfermedades. Esta serie de síntomas se conoce como «pródromos» y ha ayudado a identificar a las personas que están en riesgo de desarrollar estas enfermedades, además de respaldar los ensayos clínicos que intentan detener el desarrollo de la enfermedad por completo.

Tradicionalmente, no se consideraba que la EM tuviera un pródromo o una serie de signos y síntomas iniciales no específicos de la EM. Sin embargo, este trabajo y otros estudios han demostrado que, analizando de forma colectiva a las personas con EM, es posible determinar indicios que pueden indicar un diagnóstico de EM.

Se necesita trabajar más en este terreno para identificar más claramente el pródromo. Sin embargo, una vez que se haya determinado con más claridad, concienciar sobre esto a médicos especialistas, no solo neurólogos, sino también urólogos, oftalmólogos y psiquiatras, podría ayudar a impulsar la realización de pruebas e investigaciones necesarias que pueden determinar si alguien tiene EM en una etapa anterior.


El riesgo de la EM primaria progresiva puede estar relacionado con genes que causan otras enfermedades cerebrales


La exploración genética de personas con EM primaria progresiva ha demostrado que cuatro cambios genéticos extraños, conocidos por causar otras enfermedades neurológicas, pueden tener un papel importante en la EM primaria progresiva.

Last updated: 23rd August 2018

La EM primaria progresiva es un tipo menos común de EM, en la que la discapacidad se acumula desde el comienzo de la enfermedad en lugar de los «ataques» puntuales que se observan en la EM remitente-recurrente. Hasta el momento, la investigación genética no ha identificado ningún cambio genético específico para este tipo de EM. Ahora, la exploración genética de personas con EM primaria progresiva ha demostrado que cuatro cambios genéticos extraños, conocidos por causar otras enfermedades neurológicas, pueden tener un papel importante en la EM primaria progresiva.

Además, los cambios genéticos relacionados con una enfermedad neurológica llamada paraplejía espástica también se observaron con más frecuencia en personas con EM progresiva. Estos nuevos descubrimientos genéticos pueden ofrecer indicios sobre por qué algunas personas desarrollan el tipo primario progresivo de la EM y los posibles tratamiento para frenar o detener la acumulación de discapacidad.

Aunque se han descubierto muchos genes que contribuyen al riesgo de desarrollar EM, la investigación aún no ha identificado los genes que se relacionan de forma específica con el riesgo de desarrollar el tipo primario progresivo de la enfermedad. Ahora, un nuevo estudio internacional ha demostrado que los cambios extraños de los genes, que causan otras enfermedades cerebrales, también pueden tener un papel importante en la EM primaria progresiva.

La EM primaria progresiva es una forma menos común de EM, en la que la discapacidad se acumula desde que comienzan los síntomas. Este tipo de EM se suele diagnosticar más tarde que la forma más común de EM remitente-recurrente. También afecta a hombres y a mujeres de la misma manera, mientras que la EM recurrente afecta dos o tres veces más a las mujeres que a los hombres. Hasta la fecha, no se sabe con certeza por qué algunas personas desarrollan los tipos progresivos de la EM.

Numerosos estudios internacionales de gran envergadura han formulado la pregunta sobre si los genes de una persona pueden influir en el riesgo de desarrollar EM y ahora se sabe que más de 200 genes participan en el riesgo de desarrollar cualquier tipo de EM. Sin embargo, aún no se han identificado los genes que se relacionan de forma específica con el riesgo de desarrollar EM primaria progresiva.

Cambios extraños

Un nuevo estudio internacional trató de identificar si los cambios extraños en los genes tienen relación con la EM primaria progresiva. Los investigadores se centraron, de forma particular, en aquellos genes conocidos por provocar otros trastornos neurológicos que tienen síntomas similares a la EM progresiva.

La primera fase del estudio incluyó la exploración de todos los genes de 38 personas con EM primaria progresiva y de 81 personas sin EM. Esta exploración identificó 15 cambios genéticos de gran importancia en relación con la EM progresiva.

Aunque existen pequeñas diferencias entre los códigos de ADN de diferentes personas, en este estudio, los investigadores descubrieron que la mayoría de las personas no presentaban cambios extraños en el ADN y, por lo tanto, dichos cambios podían dañar el funcionamiento de ciertos tipos de células. Además, se sabe que estos cambios genéticos están relacionados con otros trastornos neurológicos. Es importante señalar que las personas sin EM no presentaban estos cambios.

Estudio posterior

Para confirmar si estos cambios genéticos estaban o no relacionados de forma original con la EM primaria progresiva, los investigadores analizaron la frecuencia con la que descubrían estos cambios en un grupo más grande de personas con EM primaria progresiva y de personas sin EM. Además, observaron los cambios en un grupo de personas con tipos recurrentes de EM, con el objetivo de determinar si los cambios genéticos tenían relación específica con la EM progresiva o simplemente formaban parte de la «historia» genética de todas las personas con EM.

Los resultados indicaron que cuatro de los 15 cambios genéticos resultaron especialmente importantes para la EM primaria progresiva. Dichos cambios se asociaron con diferentes trastornos con síntomas neurológicos que empeoran gradualmente, incluida la paraplejía espástica, la leucodistrofia megalencefálica con quistes subcorticales y la esclerosis tuberosa.

Como los cambios estaban relacionados con la paraplejía espástica, los investigadores estudiaron si otros cambios genéticos relacionados con esa enfermedad son más comunes en personas con EM primaria progresiva. Analizaron 169 cambios genéticos relacionados con la paraplejía espástica y descubrieron que eran más comunes, no solo en personas con EM primaria progresiva, sino también en personas con EM secundaria progresiva. Los cambios en los genes se producían con menor frecuencia en personas con EM recurrente-remitente, lo que indica que estos cambios genéticos influyen de forma importante en el riesgo de que una persona desarrolle la enfermedad hacia la EM progresiva.

Determinar si los genes influyen en el desarrollo de la enfermedad hacia un tipo progresivo de EM es fundamental para comprender la biología de la EM progresiva y ayudará a los investigadores a descubrir nuevos tratamientos, que podrían retrasar o detener la acumulación de discapacidad en personas con EM progresiva. El siguiente paso será profundizar acerca de las funciones biológicas de estos genes e identificar de forma exacta su influencia sobre las personas para que estas sean más propensas a desarrollar EM progresiva.

Agradecimiento a MS Research Australia – proveedor principal de resúmenes de investigación en nuestro sitio web.

https://www.msif.org/news/2018/08/23/primary-progressive-ms-risk-may-be-linked-to-genes-that-cause-other-brain-diseases/?lang=es



Trastornos sexuales y espasticidad


Son muchas las consultas que nos llegan a la Asociación de personas con Espasticidad e incluso cuidadores sobre sexualidad. A través de esta entrevista al Dr. Darío Fernández intentamos dar respuesta a algunas de ellas.

¿Qué se entiende por trastorno sexual?

Simplificando mucho podríamos agrupar los problemas de la sexualidad en un ANTES-DURANTE Y AL FINALIZAR la relación sexual.

En el ANTES nos estamos refiriendo a trastornos del deseo: inapetencia sexual o hipersexualidad. En el durante, a la disfunción eréctil y la eyaculación precoz en el hombre, al vaginismo y coito doloroso en la mujer. Y al finalizar la relación, hablamos de anorgasmia, es decir, la incapacidad de alcanzar el orgasmo.

¿Qué trastornos sexuales pueden tener las personas con espasticidad?

Los derivados de tres orígenes:

–De los prejuicios que tiene la sociedad sobre su sexualidad y que estas personas han hecho suyos: son mirados como niños, carentes de sexualidad. Cuerpos asexuados y como que no pueden despertar atracción sexual nada más que con personas de su misma discapacidad.

Estas creencias son erróneas ¡Nada más lejos de la realidad!¡Una persona con discapacidad puede atraer el deseo de otra persona con o sin discapacidad! Ahora bien, esta creencia suele limitar mucho la posibilidad de tener contactos sexuales. Ni siquiera muchos de los médicos se plantean que puedan tener vida sexual y no lo preguntan en las visitas. Y no saben que las personas con espasticidad tal vez estén deseando ser preguntados, informados y asesorados sobre la sexualidad

–De la baja autoestima sexual que se tienen que les hace creerse cuerpos no deseados e incapaces de seducir a otras personas y mucho menos a los que no tienen espasticidad. Lo que les lleva a situaciones de ansiedad anticipatoria ante la posibilidad de una relación sexual, y si la llegan a tener, en lugar de “abandonarse”, concentrarse y dejarse llevar por las sensaciones placenteras, tactos, caricias, vibraciones, presiones, olores, sabores se instalan en el “rol del espectador” en el que se dedican a vigilar su “rendimiento” sexual durante el acto o si son los suficientemente  expertos  para excitar al compañero/a. Se están hipervigilando su rendimiento sexual. Y esta conducta es un gran distractor y destructor de la relación sexual satisfactoria. El fracaso anticipado y cumplido, la “autoprofecía cumplida” se concreta más adelante en conductas de evitación: evitan relacionarse, pedir citas, hacer insinuaciones … y de este modo se evitan enfrentarse al fracaso.

-De los problemas motores derivados de la misma espasticidad. La dificultad de relajar músculos abductores de las piernas que permitan abrirlas y la espasticidad de la musculatura pélvica que interfiere en el balanceo de la pelvis. La contracción involuntaria del detrusor de la vejiga que pueda  provocar escapes de orina en le cito. Oras dificultades motoras o contracturas  que dificulten a masturbación o las posturas en la cama. Y cuando el control sobre la movilidad es muy reducida, la necesidad de contar con la ayuda de otra tercera persona,

¿Cómo podemos saber si sufrimos algún tipo de trastorno de este tipo?

-Preguntándose si está bajo algún prejuicio o creencia errónea sobre el derecho a tener una vida sexual satisfactoria.

-Analizando su actitud ante el sexo: si lo evita, si se anticipa y autoconfigura el fracaso.

–Hay disfunción eréctil si no se da suficiente erección en duración y rigidez del pene como para conseguir una penetración que satisfaga al compañero/a. Por lo general la disfunción eréctil es de origen psicológico si hay erecciones nocturnas o se consigue suficiente erección por la masturbación. Sería de causa orgánica, por problemas vasculares, neurológicos o farmacológicos, en los demás casos.

Si la eyaculación se produce “ante portas” o nada mas introducir el pene en la vagina o antes de que lo desee el varón, se trataría de un caso de eyaculación precoz.

-Cuando las molestias y el dolor se producen por una contracción de la musculatura de la pared vaginal, cuando se produce la penetración o incluso antes, la disfunción sexual en este caso es el vaginismo.

-En la anorgasmia, nunca se llega al orgasmo por mucho que dure la estimulación

En caso de tener algún problema,  ¿a qué especialista o especialistas debemos acudir?

Son varios los profesionales preparados para tratar estos problemas: un médico experto en medicina sexual o un psicólogo, o un sexólogo.

¿Cuál es el abordaje que se suele realizar en estos casos (psicológico, médico etc?

El tratamiento médico con fármacos  puede ser a veces soslayado, pero nunca el abordaje psicológico.

El sexo muchas veces es cosa de dos ¿Cómo puede ayudar la pareja en estos casos?

El papel de la pareja es fundamental, de hecho estos problemas se abordan desde la terapia de pareja.

 Se puede afirmar que la pareja es un coterapéuta clave. El hablar con sinceridad del tema con la pareja, sin culpabilidades y sin prejuicios es decisivo.

En el caso de los hombres se suelen dar problemas de disfunción eréctil por diversos motivos: edad, trastornos neurológicos. ¿Tú como experto que pautas generales puedes dar en estos casos?

Es fundamental consultar estos problemas lo más pronto posible. Si se deja pasar el tiempo, cuando acuden a la consulta vienen contaminados de otros problemas de relación entre la pareja que dificultan mucho a relación sexual: suspicacia de  uno de los miembros, sentimientos de culpabilidad del otro, infidelidad como errónea búsqueda alternativa de solución o directamente evitar la relación. 

Para los profesionales de la sexología no hay tabús. No les dé vergüenza.

En la disfunción eréctil es imprescindible evitar los factores de riesgo: obesidad,  colesterol elevado, tabaco, alcohol, cocaína y  otros tóxicos.

Controlar y seguir el tratamiento propuesto de enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión  bronquitis crónica, es fundamental.

A veces la toma de algunos medicamentos puede ser la causa. Consultar al médico. Puede sustituirlo por otros, cambiar dosis u hora de las tomas.

Aún en  los casos de disfunción eréctil por causas orgánicas, aunque se tomen medicamentos que estimulan la erección,  es imprescindible cuidar mucho la relación y comunicación sexual de la pareja. La preparación del momento, la seducción, las fantasías sexuales y el conocer muy bien los gustos, modos, maneras, posturas y el ritmo del otro es fundamental. No es bueno dejar a la improvisación estos momentos.

Y por encima de todo, concebir la relación sexual como algo más que el coito. Evitar el coitocentrismo. Una flexibilidad en la relación en la que la única norma es que no hay normas. Solo el violentar  al otro a hacer aquello que su ideología, valor o religión no le permite. Esa es el único límite. En las relaciones sexuales no hay guión.

Y por último evitar obsesionarse con el “sincronismo”: el tener que llegar los dos al mismo tiempo al orgasmo. La finalidad en una relación sexual no es necesariamente esta. Puede conseguirlo uno primero de una forma “clásica”  y el otro llegar con la ayuda de la masturbación o no llegar. Lo importante es que la relación sea satisfactoria y no siempre tiene que terminar en orgasmo.

Y por supuesto añadir siempre un toque de romanticismo, por mucho tiempo que lleve la pareja juntos. El peor enemigo es la rutina.

¿Algo más que quieras comentar?

Sí, que los problemas sexuales bien enfocados y en manos de expertos tienen muy buen pronóstico. 

Que la sexualidad es un derecho de todo ser humano tenga o no espasticidad. Qué en estos casos, dependiendo del grado de afectación, hay una solución. Que el mayor órgano sexual es el cerebro que es el generador de la estrategia sexual más poderosa: la seducción, la fantasía, el lenguaje de la mirada. Todo lo cual está por encima de lo muscular y del movimiento.


La dieta y la flora intestinal influenciada por ella pueden actuar sobre el sistema inmune para limitar la inflamación y el daño neurona



A través del Proyecto M1 (www.eme1.es), Esclerosis Múltiple España contribuye a financiar algunos de los proyectos de investigación sobre Esclerosis Múltiple más prometedores del panorama nacional e internacional. Este apoyo a los equipos de investigación internacionales se lleva a cabo a través de la Alianza Internacional de EM progresiva (https://www.progressivemsalliance.org/), que ha impulsado 3 ambiciosos proyectos de investigación a través de redes colaborativas de trabajo formadas por varios equipos de investigadores de todo el mundo, y que recibirán financiación hasta 2020.

Una de esas redes financiadas por la Alianza, la dirigida por el doctor Francisco Quintana (Hospital Brigham and Women’s, Harvard Medical School), ha descubierto una relación entre dieta, flora intestinal y actividad inmune en un modelo de ratón. Los investigadores han sido capaces de rastrear una serie de interacciones que ayudan a explicar cómo la dieta y la flora intestinal influenciada por ella pueden actuar sobre el sistema inmune para limitar la inflamación y el daño neuronal en ratones.

Además, el equipo internacional, que publicó sus hallazgos en la revista Nature, también encontró evidencias preliminares de que interacciones similares pueden estar ocurriendo también en células humanas. El estudio proporciona pistas importantes para entender mejor la conexión cerebro-intestino y podría conducir a nuevos enfoques terapéuticos para la EM.

Contexto

La EM implica ataques del sistema inmune e inflamación en el cerebro y la médula espinal. El intestino, tanto el delgado como el grueso, constituye el mayor órgano inmune de los mamíferos, incluyendo a los humanos. Cada uno de nosotros tiene millones de bacterias “comensales” viviendo en nuestros intestinos y la mayoría de estas bacterias son inofensivas mientras permanecen en la pared interior del intestino. Juegan un papel crítico en nuestra fisiología normal y muchas investigaciones sugieren que también son críticas en el establecimiento y mantenimiento del equilibrio inmune mediante moléculas que son capaces de liberar. Se han detectado diferencias entre la flora intestinal de personas con EM y personas sin la enfermedad.

Los efectos de la dieta sobre la flora intestinal y la actividad del sistema inmune son difíciles de descifrar, y queda aún mucho por conocer. El Dr. Francisco Quintana y un equipo internacional de colaboradores ha llegado a comprender la relación entre la actividad inmune en ratones y la encefalomielitis experimental autoinmune (EAE, por sus siglas en inglés), una enfermedad similar a la EM, y componentes de la dieta que son procesados por la flora intestinal, y cómo esas interacciones impactan en la actividad de células del cerebro y la médula espinal. El Dr. Quintana lidera una de las tres Redes Colaborativas financiadas por la Alianza Internacional de EM Progresiva.

Este estudio se centra en posibles interacciones entre la flora intestinal y las células gliales, que son las células más abundantes en el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) y juegan papeles cruciales tanto en la salud como en la enfermedad. Específicamente, este estudio se ha enfocado a las interacciones con dos tipos de células gliales: microglía y astrocitos.

El Estudio

En una serie de estudios de laboratorio, los investigadores analizaron actividades que pudieran determinar si la microglía aumentaba o disminuía la inflamación cerebral. Exploraron el papel de una proteína llamada AHR (aryl hydrocarbon receptor). El equipo del Dr. Quintana descubrió que la eliminación de AHR de la microglía empeoraba la EAE (enfermedad parecida a la EM) en ratones e incrementaba el daño neural. La inflamación de la EAE fue reducida al suplementar la dieta con el aminoácido triptófano. Esta reducción de la inflamación se produjo por la conversión del triptófano, llevada a cabo por las bacterias intestinales, en una sustancia activadora de AHR. La activación de AHR redujo la cantidad de moléculas pro-inflamatorias generadas por la microglía y también suprimió moléculas que regulaban la contribución de los astrocitos a la inflamación cerebral.

El equipo también halló evidencias preliminares de que interacciones similares podrían estar ocurriendo en células humanas. Tienen planes de continuar con esta línea de investigación para identificar terapias o probióticos que pudieran reducir la inflamación y así apagar o disminuir la actividad de la enfermedad.

La identificación de componentes de la conexión “cerebro-intestino” y una mejor comprensión de esta complicada red de interacciones entre el sistema inmune y el nervioso proporcionan pistas importantes que podrían conducir a nuevos enfoques terapéuticos para la EM y otras enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer y el glioblastoma.

“Es alentador ver estos primeros e importantes descubrimientos sobre las conexiones cerebro-intestino de una de las tres Redes Colaborativas lanzadas y financiadas por la Alianza Internacional de EM Progresiva. Estos hallazgos son solo el principio de lo que esperamos será un progreso relevante en la comprensión de los mecanismos que subyacen a la EM y el descubrimiento de nuevos tratamientos para las personas que la padecen.” – Prof. Alan Thompson, Presidente del Comité Directivo Científico de la Alianza y Decano de la Facultad de Ciencias del Cerebro del University College de Londres.

Fuente: Alianza Internacional de EM progresiva (https://www.progressivemsalliance.org/).



martes, 28 de agosto de 2018

La proteína tau: qué es y cómo influye en la neurodegeneración



Lechner Rodríguez Aguilar  2018-08-06

La proteína tau mutada es el principal constituyente de los ovillos neurofibrilares. La cantidad de estos ovillos correlaciona con la intensidad de varios tipos de demencias.

El cerebro de los adultos sanos posee alrededor de 100 billones de neuronas, cada una de estas células posee un soma o cuerpo y varias dendritas o proyecciones.

Las neuronas especializadas en conducir impulsos nerviosos poseen una única prolongación a partir del soma que recibe el nombre de axón.

A lo interno del axón, dispuesta de forma longitudinal, se encuentra una estructura conocida como citoesqueleto; que participa en las funciones de transporte de nutrientes y mantenimiento de la integridad neuronal.

Esta infraestructura posee tres componentes principales: neurofilamentos, microfilamentos y microtúbulos.

En particular, los microtúbulos están formados por alfa y beta tubulina, estabilizadas gracias a la unión de la proteína tau.

Otras funciones de la proteína tau

Además de cumplir un rol principal en el ensamblaje y estabilización de los microtúbulos, tau participa en otros eventos, por ejemplo:

Regulación del transporte axonal de nutrientes.

Neurogénesis (formación de nuevas neuronas).

Regulación de varias rutas de señalización hacia el interior neuronal.

Establecimiento de la polaridad neuronal (entiéndase por polaridad al sentido en el que fluye la información).

Formación de los ovillos neurofibrilares

La proteína tau normalmente posee un número limitado de modificaciones químicas irreversibles (fosforilaciones) en su estructura.

Cuando este número de modificaciones aumenta, la proteína se agrupa en lo que se conoce como ovillos neurofibrilares.

Varias investigaciones genéticas sugieren que el aumento en el número de modificaciones se debe a la ocurrencia de mutaciones en el gen que codifica a la proteína.

La consecuencia directa de los ovillos es la desestabilización de la estructura de los microtúbulos, pues tau deja de cumplir sus funciones para agruparse.

¿Dónde se ubican los ovillos neurofibrilares?

Los ovillos neurofibrilares son una de las características histológicas más importantes de la enfermedad de Alzheimer.

Se encuentran en el citoplasma neuronal y su número está directamente relacionado con la severidad de la demencia.

Se ha demostrado que suelen ser más abundante en las áreas donde es más intensa la destrucción neuronal.

Siendo las zonas importantes para la memoria, como el hipocampo y las zonas adyacentes al lóbulo temporal, las que con más frecuencia resultan afectadas.

Formación de los ovillos en otras enfermedades

Estos conglomerados no son exclusivos de la demencia causada por enfermedad de Alzheimer.

También aparecen en otras patologías neurodegenerativas como la demencia acompañada de parkinsonismo, la parálisis supranuclear progresiva y la demencia de tipo frontotemporal.

Aunque los estudios genéticos han permitido entender mejor el origen de los depósitos intracelulares de la proteína tau, aún muchas interrogantes permanecen sin ser aclaradas.

Por esta razón, el estudio de las enfermedades neurodegenerativas debe continuar, con el objetivo de conocer mejor sus mecanismos patogénicos y establecer estrategias terapéuticas capaces de detener e idealmente revertir su progresión.




Estudio de la conexión cerebro-intestino y posibles nuevos enfoques terapéuticos para la EM



La dieta y la flora intestinal influenciada por ella pueden actuar sobre el sistema inmune para limitar la inflamación y el daño neuronal

A través del Proyecto M1 (www.eme1.es), Esclerosis Múltiple España contribuye a financiar algunos de los proyectos de investigación sobre Esclerosis Múltiple más prometedores del panorama nacional e internacional. Este apoyo a los equipos de investigación internacionales se lleva a cabo a través de la Alianza Internacional de EM progresiva (https://www.progressivemsalliance.org/), que ha impulsado 3 ambiciosos proyectos de investigación a través de redes colaborativas de trabajo formadas por varios equipos de investigadores de todo el mundo, y que recibirán financiación hasta 2020.

Una de esas redes financiadas por la Alianza, la dirigida por el doctor Francisco Quintana (Hospital Brigham and Women’s, Harvard Medical School), ha descubierto una relación entre dieta, flora intestinal y actividad inmune en un modelo de ratón. Los investigadores han sido capaces de rastrear una serie de interacciones que ayudan a explicar cómo la dieta y la flora intestinal influenciada por ella pueden actuar sobre el sistema inmune para limitar la inflamación y el daño neuronal en ratones.

Además, el equipo internacional, que publicó sus hallazgos en la revista Nature, también encontró evidencias preliminares de que interacciones similares pueden estar ocurriendo también en células humanas. El estudio proporciona pistas importantes para entender mejor la conexión cerebro-intestino y podría conducir a nuevos enfoques terapéuticos para la EM.

Contexto

La EM implica ataques del sistema inmune e inflamación en el cerebro y la médula espinal. El intestino, tanto el delgado como el grueso, constituye el mayor órgano inmune de los mamíferos, incluyendo a los humanos. Cada uno de nosotros tiene millones de bacterias “comensales” viviendo en nuestros intestinos y la mayoría de estas bacterias son inofensivas mientras permanecen en la pared interior del intestino. Juegan un papel crítico en nuestra fisiología normal y muchas investigaciones sugieren que también son críticas en el establecimiento y mantenimiento del equilibrio inmune mediante moléculas que son capaces de liberar. Se han detectado diferencias entre la flora intestinal de personas con EM y personas sin la enfermedad.

Los efectos de la dieta sobre la flora intestinal y la actividad del sistema inmune son difíciles de descifrar, y queda aún mucho por conocer. El Dr. Francisco Quintana y un equipo internacional de colaboradores ha llegado a comprender la relación entre la actividad inmune en ratones y la encefalomielitis experimental autoinmune (EAE, por sus siglas en inglés), una enfermedad similar a la EM, y componentes de la dieta que son procesados por la flora intestinal, y cómo esas interacciones impactan en la actividad de células del cerebro y la médula espinal. El Dr. Quintana lidera una de las tres Redes Colaborativas financiadas por la Alianza Internacional de EM Progresiva.

Este estudio se centra en posibles interacciones entre la flora intestinal y las células gliales, que son las células más abundantes en el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) y juegan papeles cruciales tanto en la salud como en la enfermedad. Específicamente, este estudio se ha enfocado a las interacciones con dos tipos de células gliales: microglía y astrocitos.

El Estudio

En una serie de estudios de laboratorio, los investigadores analizaron actividades que pudieran determinar si la microglía aumentaba o disminuía la inflamación cerebral. Exploraron el papel de una proteína llamada AHR (aryl hydrocarbon receptor). El equipo del Dr. Quintana descubrió que la eliminación de AHR de la microglía empeoraba la EAE (enfermedad parecida a la EM) en ratones e incrementaba el daño neural. La inflamación de la EAE fue reducida al suplementar la dieta con el aminoácido triptófano. Esta reducción de la inflamación se produjo por la conversión del triptófano, llevada a cabo por las bacterias intestinales, en una sustancia activadora de AHR. La activación de AHR redujo la cantidad de moléculas pro-inflamatorias generadas por la microglía y también suprimió moléculas que regulaban la contribución de los astrocitos a la inflamación cerebral.

El equipo también halló evidencias preliminares de que interacciones similares podrían estar ocurriendo en células humanas. Tienen planes de continuar con esta línea de investigación para identificar terapias o probióticos que pudieran reducir la inflamación y así apagar o disminuir la actividad de la enfermedad.

La identificación de componentes de la conexión “cerebro-intestino” y una mejor comprensión de esta complicada red de interacciones entre el sistema inmune y el nervioso proporcionan pistas importantes que podrían conducir a nuevos enfoques terapéuticos para la EM y otras enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer y el glioblastoma.

“Es alentador ver estos primeros e importantes descubrimientos sobre las conexiones cerebro-intestino de una de las tres Redes Colaborativas lanzadas y financiadas por la Alianza Internacional de EM Progresiva. Estos hallazgos son solo el principio de lo que esperamos será un progreso relevante en la comprensión de los mecanismos que subyacen a la EM y el descubrimiento de nuevos tratamientos para las personas que la padecen.” – Prof. Alan Thompson, Presidente del Comité Directivo Científico de la Alianza y Decano de la Facultad de Ciencias del Cerebro del University College de Londres.

Fuente: Alianza Internacional de EM progresiva (https://www.progressivemsalliance.org/).



viernes, 24 de agosto de 2018

Vacunas y esclerosis múltiple: ¿se puede desarrollar una para la enfermedad?



A diferencia de muchas de las enfermedades infecciosas para las cuales se ha desarrollado una vacuna, la esclerosis múltiple está causada por el propio sistema inmunitario. ¿Se puede desarrollar una vacuna? Te explicamos en qué consisten algunas de las líneas de investigación que se están llevando a cabo.

Desde su descubrimiento en 1796, las vacunas han evitado a millones de personas padecer enfermedades como la viruela y la polio. Mientras que muchas de estas enfermedades están producidas por la invasión de un microorganismo, la esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune, es decir, una enfermedad causada por el propio sistema inmunitario. Por eso, la mayoría de los tratamientos desarrollados en los últimos años se han centrado en suprimir o alterar el sistema inmune. En este contexto, el desarrollo de fármacos modificadores de la enfermedad ha supuesto además de un gran avance, una nueva línea de investigación que podría ser clave para detener la enfermedad.

Sistema inmunitario en la esclerosis múltiple

En el desarrollo de la EM juega un papel crucial la alteración del funcionamiento de los linfocitos. Hay diversos subtipos implicados: los linfocitos Natural Killer, cuya función es detectar y destruir células infectadas o células tumorales, los linfocitos T colaboradores, que segregan moléculas necesarias para activar el resto de las células de sistema inmune, y los linfocitos T reguladores, que tienen un papel de atenuación de la respuesta inmune.

Así, en la esclerosis múltiple, los linfocitos T activadores de la respuesta inmune (Natural Killer y linfocitos T colaboradores) se sobre-activan mientras que los linfocitos T reguladores disminuyen. Así, tiene lugar una sobre-activación inmunitaria que finalmente termina conduciendo a la destrucción de la mielina (desmielinización) del sistema nervioso central, causando la enfermedad.

Líneas de investigación en el desarrollo de vacunas

El objetivo sería desarrollar una vacuna que inactive a los linfocitos T activadores de la respuesta inmune (Natural Killer y linfocitos T colaboradores) y aumente los niveles de los linfocitos T reguladores de la respuesta frente a la mielina.

En un estudio publicado en la revista Neurology, se observó que pacientes con un primer episodio desmielinizante del sistema nervioso central, llamado síndrome clínico aislado[1] (CIS, en sus siglas en inglés) y que recibían la vacuna contra el bacilo BCG (tuberculosis) mostraban significativamente menos riesgo de desarrollar EM. Según este estudio, con la administración de la vacuna se producía una estimulación de la producción de una proteína llamada TNF (factor de necrosis tumoral) que elimina los linfocitos T disfuncionantes. Esta línea de investigación aún se encuentra en sus etapas iniciales de desarrollo.

Extracción y modificación de los linfocitos T activadores

Otra de las líneas de investigación consiste en el desarrollo de una vacuna a partir de la extracción y modificación (mediante irradiación) de los linfocitos T activadoras del paciente, para volver a ser administrado al paciente. El objetivo de este procedimiento es que sean reconocidos como extrínsecos al organismo y eliminados por el sistema inmune del mismo modo como ocurre en las infecciones, quedando el paciente inmunizado. En un estudio llevado a cabo con esta metodología se observó una reducción del número de brotes de un 90% gracias a la vacuna, aunque la muestra del estudio fue pequeña, de modo que los resultados deben validarse en nuevos estudios con un mayor número de pacientes.

Otra línea de investigación estudiada consiste en inyectar a los pacientes algunas de las moléculas que se encuentran en la superficie de los linfocitos T disfuncionantes (concretamente péptidos que se encuentran en la superficie celular y actúan como receptores) que, per se son inofensivas, para estimular la producción de linfocitos T reguladores que contrarresten la sobreactivación de los linfocitos T activadores.

Extracción de células dendríticas

La última de las líneas de investigación se basa en el mecanismo de acción que se está desarrollando en terapia oncológica. Los tumores malignos son resistentes a la acción del sistema inmune, por este motivo la investigación en oncología está desarrollando líneas de investigación con la finalidad de activar el sistema inmune para que reconozca las células tumorales y las elimine. Se están desarrollando terapias que consisten en extraer del paciente oncológico células dendríticas, que son otras células que forman parte del sistema inmune, a las que se les introduce proteínas del tumor. Las células dendríticas marcadas se reintroducen en el paciente favoreciendo la generación de linfocitos T más eficientes en la detección de las células tumorales.

Así, en EM, los investigadores también están trabajando en el desarrollo de una vacuna con células dendríticas modificadas con péptidos para estimular la producción de linfocitos T reguladores, que contrarresten la actividad de los linfocitos T disfuncionantes.

Aunque el desarrollo de estas vacunas se encuentra en su fase más inicial, ampliar las líneas de investigación en la búsqueda de nuevos tratamientos para luchar contra la EM es positivo. Cuando se desarrollaron las primeras vacunas, era un sueño pensar que la viruela desaparecería gracias a este avance. El desarrollo de una vacuna frente a la EM puede ser solo una cuestión de tiempo.


Acceso al documento original:

Living Like You. Will There Ever Be a Vaccine for MS? Disponible en: www.livinglikeyou.com/en/stories/detail/will-there-ever-be-a-vaccine-for-ms



El riesgo de la EM primaria progresiva puede estar relacionado con genes que causan otras enfermedades cerebrales


La exploración genética de personas con EM primaria progresiva ha demostrado que cuatro cambios genéticos extraños, conocidos por causar otras enfermedades neurológicas, pueden tener un papel importante en la EM primaria progresiva.


Last updated: 23rd August 2018

La EM primaria progresiva es un tipo menos común de EM, en la que la discapacidad se acumula desde el comienzo de la enfermedad en lugar de los «ataques» puntuales que se observan en la EM remitente-recurrente. Hasta el momento, la investigación genética no ha identificado ningún cambio genético específico para este tipo de EM. Ahora, la exploración genética de personas con EM primaria progresiva ha demostrado que cuatro cambios genéticos extraños, conocidos por causar otras enfermedades neurológicas, pueden tener un papel importante en la EM primaria progresiva.
Además, los cambios genéticos relacionados con una enfermedad neurológica llamada paraplejía espástica también se observaron con más frecuencia en personas con EM progresiva. Estos nuevos descubrimientos genéticos pueden ofrecer indicios sobre por qué algunas personas desarrollan el tipo primario progresivo de la EM y los posibles tratamiento para frenar o detener la acumulación de discapacidad.
Aunque se han descubierto muchos genes que contribuyen al riesgo de desarrollar EM, la investigación aún no ha identificado los genes que se relacionan de forma específica con el riesgo de desarrollar el tipo primario progresivo de la enfermedad. Ahora, un nuevo estudio internacional ha demostrado que los cambios extraños de los genes, que causan otras enfermedades cerebrales, también pueden tener un papel importante en la EM primaria progresiva.
La EM primaria progresiva es una forma menos común de EM, en la que la discapacidad se acumula desde que comienzan los síntomas. Este tipo de EM se suele diagnosticar más tarde que la forma más común de EM remitente-recurrente. También afecta a hombres y a mujeres de la misma manera, mientras que la EM recurrente afecta dos o tres veces más a las mujeres que a los hombres. Hasta la fecha, no se sabe con certeza por qué algunas personas desarrollan los tipos progresivos de la EM.
Numerosos estudios internacionales de gran envergadura han formulado la pregunta sobre si los genes de una persona pueden influir en el riesgo de desarrollar EM y ahora se sabe que más de 200 genes participan en el riesgo de desarrollar cualquier tipo de EM. Sin embargo, aún no se han identificado los genes que se relacionan de forma específica con el riesgo de desarrollar EM primaria progresiva.

Cambios extraños

Un nuevo estudio internacional trató de identificar si los cambios extraños en los genes tienen relación con la EM primaria progresiva. Los investigadores se centraron, de forma particular, en aquellos genes conocidos por provocar otros trastornos neurológicos que tienen síntomas similares a la EM progresiva.
La primera fase del estudio incluyó la exploración de todos los genes de 38 personas con EM primaria progresiva y de 81 personas sin EM. Esta exploración identificó 15 cambios genéticos de gran importancia en relación con la EM progresiva.
Aunque existen pequeñas diferencias entre los códigos de ADN de diferentes personas, en este estudio, los investigadores descubrieron que la mayoría de las personas no presentaban cambios extraños en el ADN y, por lo tanto, dichos cambios podían dañar el funcionamiento de ciertos tipos de células. Además, se sabe que estos cambios genéticos están relacionados con otros trastornos neurológicos. Es importante señalar que las personas sin EM no presentaban estos cambios.
Estudio posterior
Para confirmar si estos cambios genéticos estaban o no relacionados de forma original con la EM primaria progresiva, los investigadores analizaron la frecuencia con la que descubrían estos cambios en un grupo más grande de personas con EM primaria progresiva y de personas sin EM. Además, observaron los cambios en un grupo de personas con tipos recurrentes de EM, con el objetivo de determinar si los cambios genéticos tenían relación específica con la EM progresiva o simplemente formaban parte de la «historia» genética de todas las personas con EM.
Los resultados indicaron que cuatro de los 15 cambios genéticos resultaron especialmente importantes para la EM primaria progresiva. Dichos cambios se asociaron con diferentes trastornos con síntomas neurológicos que empeoran gradualmente, incluida la paraplejía espástica, la leucodistrofia megalencefálica con quistes subcorticales y la esclerosis tuberosa.
Como los cambios estaban relacionados con la paraplejía espástica, los investigadores estudiaron si otros cambios genéticos relacionados con esa enfermedad son más comunes en personas con EM primaria progresiva. Analizaron 169 cambios genéticos relacionados con la paraplejía espástica y descubrieron que eran más comunes, no solo en personas con EM primaria progresiva, sino también en personas con EM secundaria progresiva. Los cambios en los genes se producían con menor frecuencia en personas con EM recurrente-remitente, lo que indica que estos cambios genéticos influyen de forma importante en el riesgo de que una persona desarrolle la enfermedad hacia la EM progresiva.
Determinar si los genes influyen en el desarrollo de la enfermedad hacia un tipo progresivo de EM es fundamental para comprender la biología de la EM progresiva y ayudará a los investigadores a descubrir nuevos tratamientos, que podrían retrasar o detener la acumulación de discapacidad en personas con EM progresiva. El siguiente paso será profundizar acerca de las funciones biológicas de estos genes e identificar de forma exacta su influencia sobre las personas para que estas sean más propensas a desarrollar EM progresiva.

Descubierto un nuevo subtipo de Esclerosis Múltiple: Mielocortical (MCMS)



Este nuevo subtipo presenta pérdida neuronal pero no desmielinización de la sustancia blanca del cerebro.

Mielocortical (MCMS, por sus siglas en inglés) es el nuevo subtipo de Esclerosis Múltiple descubierto por investigadores de la Cleveland Clinic (Estados Unidos) cuya característica principal se basa en que presenta pérdida neuronal pero no desmielinización de la sustancia blanca del cerebro.

La Esclerosis Múltiple se ha caracterizado durante mucho tiempo como una enfermedad de la sustancia blanca del cerebro, donde las células inmunitarias destruyen la mielina, la cubierta protectora de grasa de las células nerviosas. Se cree que la destrucción de la mielina, llamada desmielinización, es responsable de la muerte de las neuronas que, en última instancia, conduce a una discapacidad irreversible en pacientes con esta enfermedad.

Detallado en un artículo publicado en la revista The Lancet Neurology, este nuevo suptipo de esclerosis múltiple, que los investigadores han bautizado como Mielocortical, es indistinguible de la enfermedad tradicional en una imagen por resonancia magnética. Los investigadores observaron que en MCMS parte de las neuronas se hinchan y se parecen a las lesiones típicas de la EM que indican pérdida de mielina en la materia blanca. La enfermedad solo fue diagnosticada en tejidos post-mortem.

Los hallazgos del equipo respaldan el concepto de que la neurodegeneración y la desmielinización pueden ocurrir independientemente de la Esclerosis Múltiple, y subrayan, según los investigadores, la necesidad de desarrollar técnicas de imágenes por resonancia magnética “más sensibles para evaluar la patología cerebral en tiempo real y controlar la respuesta al tratamiento en pacientes con la enfermedad”.

Estudio con 100 pacientes

“Este estudio abre un nuevo campo en la investigación de EM. Es el primero en proporcionar evidencia patológica de que la degeneración neuronal puede ocurrir sin pérdida de mielina en la materia blanca en los cerebros de pacientes con la enfermedad. Esta información destaca la necesidad de terapias combinadas para detener la progresión de la discapacidad en la Esclerosis Múltiple”, explicó Bruce Trapp, presidente del departamento de Neurociencias del Instituto de Investigación Lerner de Cleveland Clinic.

En el estudio del tejido cerebral de 100 pacientes con EM que donaron sus cerebros después de la muerte, los investigadores observaron que 12 no tenían desmielinización de la materia blanca. Compararon las características del tejido microscópico de los cerebros y la médula espinal de 12 pacientes MCMS, 12 pacientes con EM tradicional y también individuos sin enfermedad neurológica. Aunque tanto MCMS como pacientes con Esclerosis Múltiple tradicional tenían lesiones típicas de esclerosis múltiple en la médula espinal y la corteza cerebral, solo el último grupo tenía lesiones de EM en la sustancia blanca del cerebro.

A pesar de no tener lesiones típicas de Esclerosis múltiple en la sustancia blanca, los cerebros MCMS sí tenían una densidad neuronal y un grosor cortical reducidos, que son características de la degeneración cerebral también observada en la enfermedad tradicional. Contrariamente a la creencia anterior, estas observaciones muestran que la pérdida neuronal puede ocurrir independientemente de la desmielinización de la materia blanca.

“La importancia de esta investigación es doble. La identificación de este nuevo subtipo destaca la necesidad de desarrollar estrategias más sensibles para diagnosticar y comprender correctamente la patología de MCMS. Esperamos que estos hallazgos den lugar a nuevas estrategias de tratamiento a medida para los pacientes que viven con diferentes formas de EM”, concluyó Daniel Ontaneda, director clínico del programa de donación cerebral en el Centro Mellen de Tratamiento e Investigación en Esclerosis Múltiple de Cleveland Clinic.





jueves, 23 de agosto de 2018

Investigadores descubren un nuevo subtipo de esclerosis múltiple



GM | 22 ago 2018 - ElGlobal.net

Investigadores de la Cleveland Clinic (Estados Unidos) han descubierto un nuevo subtipo de esclerosis múltiple (EM) que presenta pérdida neuronal pero no desmielinización de la sustancia blanca del cerebro.

La esclerosis múltiple ha caracterizado durante mucho tiempo como una enfermedad de la sustancia blanca del cerebro, donde las células inmunitarias destruyen la mielina, la cubierta protectora de grasa de las células nerviosas. Se cree que la destrucción de la mielina, llamada desmielinización, es responsable de la muerte de las neuronas que, en última instancia, conduce a una discapacidad irreversible en pacientes con esta enfermedad.

Detallado en un artículo publicado en la revista ‘The Lancet Neurology’, este nuevo suptipo de esclerosis múltiple, que los investigadores han bautizado como mielocortical (MCMS, por sus siglas en inglés), es indistinguible de la enfermedad tradicional en una imagen por resonancia magnética.

Los investigadores observaron que en MCMS parte de las neuronas se hinchan y se parecen a las lesiones típicas de la EM que indican pérdida de mielina en la materia blanca. La enfermedad solo fue diagnosticada en tejidos post-mortem.

Los hallazgos del equipo respaldan el concepto de que la neurodegeneración y la desmielinización pueden ocurrir independientemente de la EM, y subrayan, según los investigadores, la necesidad de desarrollar técnicas de imágenes por resonancia magnética “más sensibles para evaluar la patología cerebral en tiempo real y controlar la respuesta al tratamiento en pacientes con la enfermedad”.

“Este estudio abre un nuevo campo en la investigación de EM. Es el primero en proporcionar evidencia patológica de que la degeneración neuronal puede ocurrir sin pérdida de mielina en la materia blanca en los cerebros de pacientes con la enfermedad. Esta información destaca la necesidad de terapias combinadas para detener la progresión de la discapacidad en la EM”, explica Bruce Trapp, presidente del departamento de Neurociencias del Instituto de Investigación Lerner de Cleveland Clinic.

En el estudio del tejido cerebral de 100 pacientes con EM que donaron sus cerebros después de la muerte, los investigadores observaron que 12 no tenían desmielinización de la materia blanca. Compararon las características del tejido microscópico de los cerebros y la médula espinal de 12 pacientes MCMS, 12 pacientes con EM tradicional y también individuos sin enfermedad neurológica. Aunque tanto MCMS como pacientes con EM tradicional tenían lesiones típicas de esclerosis múltiple en la médula espinal y la corteza cerebral, solo el último grupo tenía lesiones de EM en la sustancia blanca del cerebro.

A pesar de no tener lesiones típicas de esclerosis múltiple en la sustancia blanca, los cerebros MCMS sí tenían una densidad neuronal y un grosor cortical reducidos, que son características de la degeneración cerebral también observada en la enfermedad tradicional. Contrariamente a la creencia anterior, estas observaciones muestran que la pérdida neuronal puede ocurrir independientemente de la desmielinización de la materia blanca.

“La importancia de esta investigación es doble. La identificación de este nuevo subtipo destaca la necesidad de desarrollar estrategias más sensibles para diagnosticar y comprender correctamente la patología de MCMS. Esperamos que estos hallazgos den lugar a nuevas estrategias de tratamiento a medida para los pacientes que viven con diferentes formas de EM”, concluye Daniel Ontaneda, director clínico del programa de donación cerebral en el Centro Mellen de Tratamiento e Investigación en Esclerosis Múltiple de Cleveland Clinic.


Un tratamiento podría impedir la muerte de las células cerebrales en la EM




Impedir la muerte celular puede aliviar algunos de los síntomas y ralentizar el avance de la Esclerosis Múltiple.

En la Esclerosis Múltiple, el sistema inmunitario daña la vaina de mielina protectora de las células nerviosas del cerebro o de la médula espinal, lo que impide que las señales se transmitan correctamente a lo largo de las fibras nerviosas, e incluso puede hacer que estas células sean vulnerables a la muerte. La muerte de las células cerebrales y de la médula espinal, no solo las células nerviosas, sino también otras células cerebrales, como los oligodendrocitos, es un factor fundamental en el proceso de la enfermedad en la EM. Como los oligodendrocitos ayudan a reparar el daño producido a la mielina, la pérdida de estas células empeora el daño e impide la reparación y restauración de la función.

Por lo tanto, los científicos defienden la hipótesis de que impedir la muerte de las células cerebrales puede aliviar algunos de los síntomas y ralentizar el avance de la Esclerosis Múltiple. Ahora, un nuevo estudio ha dado a conocer un mecanismo por el cual la inflamación puede causar la muerte de estas células, además de un fármaco que puede evitar la muerte de las mismas, lo que podría paliar algunos de los procesos de la enfermedad.

En ese estudio, publicado recientemente en la prestigiosa revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, los científicos identificaron un proceso en la EM por el cual las células mueren, llamado ‘piroptosis’. ‘Piroptosis’ proviene del griego y se puede traducir como muerte ardiente, y es un tipo de muerte celular causado por procesos inflamatorios específicos.

‘Anillos de fuego’

En primer lugar, los científicos examinaron el tejido cerebral de personas con y sin EM, analizando microscópicamente la célula y examinando los genes que las células usaban. El equipo descubrió que los oligodendrocitos y la microglía (células inmunes del cerebro) mostraban características de la piroptosis y presentaban estructuras que se asemejaban a «anillos de fuego». Estos anillos forman pequeños poros en las células donde se liberan los signos inflamatorios, haciendo perdurar y propagando los signos inflamatorios a las células vecinas antes de morir. Este mecanismo se ha observado en la enfermedad de Alzheimer, en lesiones cerebrales traumáticas/ de la médula espinal y epilepsia. Pero nunca se ha analizado por completo cómo funciona exactamente en el cerebro. Esta es la primera vez que se comprende el proceso completo de piroptosis en el cerebro.

Además, es importante señalar que los científicos pudieron bloquear la piroptosis en las células cultivadas en el laboratorio con un fármaco conocido como VX-765, que actualmente se encuentra en ensayos clínicos para la epilepsia, y posteriormente evitar la muerte celular. Cuando administraron VX-765 a ratones con una enfermedad similar a la Esclerosis Múltiple, los ratones presentaron mejoras rápidas en cuanto a sus síntomas neurológicos, lo que indica que el bloqueo de la muerte celular mejoró los resultados de la enfermedad.

Este estudio ha demostrado, por primera vez, uno de los mecanismos fundamentales por los cuales la inflamación de la EM puede provocar la muerte de las células. Cuando las células sufren este proceso, parece que también perpetúan los signos inflamatorios. Como el VX-765 ha sido capaz de bloquear la neurodegeneración y ha quedado demostrado que protege la médula espinal de la inflamación en animales con una enfermedad similar a la EM, abre la posibilidad de que el fármaco se pueda emplear para tratar la EM.

Fuente: Federación Internacional de Esclerosis Múltiple (www.msif.org).

https://www.msif.org/news/2018/08/21/rings-of-fire-blocking-the-death-of-brain-cells-in-ms/?lang=es


miércoles, 22 de agosto de 2018

Las claves de la primera guía europea de terapia para EM



Antoni Mixoy. Barcelona | redaccion@diariomedico.com
26 marzo, 2018
 
Hasta hace pocas semanas no existía una guía europea sobre el tratamiento farmacológico de la esclerosis múltiple (EM). Una alianza entre la Academia Europea de Neurología (EAN) y el Comité Europeo para la Investigación y el Tratamiento de la EM (Ectrims) ha remediado esta ‘anomalía’ con un documento en el que han participado 26 expertos europeos en la patología y coordinado por Xavier Montalbán, jefe de Neurología-Neuroinmunología del Hospital Valle de Hebrón de Barcelona y director del Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña (Cemcat).

Además de coordinador, Montalbán ha sido el principal impulsor de la guía desde que la propuso siendo presidente del Ectrims (entre 2014 y 2016). “Me pareció el momento adecuado para la propuesta y el cargo facilitó las cosas”. Sobre el momento, Montalbán se refiere al cambio en el panorama terapéutico que ha supuesto la introducción en los últimos 15 años de nuevos fármacos modificadores de la enfermedad, hasta llegar a un total de 14 medicamentos específicos.

Desde la introducción del primer interferón, en 1993, “la evolución farmacológica ha sido tan positiva que hemos logrado modificar la historia natural de la enfermedad, algo que, en neurología, sólo había ocurrido con el ictus”. Eso sí; este experto reconoce que “somos bastante eficaces en parar el fenómeno inflamatorio en casi todos los pacientes, pero frente al componente degenerativo todavía somos muy ineficaces”.

Un documento necesario

La ampliación del arsenal farmacológico en los últimos años ha traído consigo una mayor complejidad a la hora de seleccionar el tratamiento más adecuado para cada uno de los 700.000 pacientes europeos con EM. La nueva guía recopila y evalúa la evidencia disponible para ofrecer recomendaciones al neurólogo en su toma de decisiones, con el objetivo de homogeneizar el tratamiento de la EM en Europa y avanzar en la individualización terapéutica.

El documento ha sido publicado simultáneamente en las revistas de la EAN, European Journal of Neurology, y del Ectrims, Multiple Sclerosis Journal, “lo que da idea del interés y la necesidad de una guía como ésta”, remarca Montalbán. Las directrices abarcan los puntos clave en el tratamiento de los pacientes adultos, como el abordaje precoz del síndrome clínico aislado (CIS), de la enfermedad establecida (tanto recurrente como progresiva), la monitorización de la respuesta, la interrupción o el cambio de estrategia o el tratamiento en situaciones especiales como el embarazo. La guía no aborda la EM pediátrica ni el tratamiento combinado.

Tras la búsqueda intensiva en la literatura científica, se empleó la metodología GRADE para evaluar y categorizar la calidad de la evidencia en cuatro niveles (muy alta, alta, baja y muy baja). Según este parámetro y el balance beneficio-riesgo, el grupo de expertos formuló el grado de recomendación, fuerte o débil, tras varias rondas de consenso.

El resultado son 21 recomendaciones que tienen en cuenta todos los medicamentos modificadores del curso de la enfermedad aprobados por la Agencia Europea de Medicamentos, incluido ocrelizumab, el primer fármaco que ha demostrado eficacia en la forma primaria progresiva de la EM, que afecta al 10-15 por ciento de los pacientes y cuya evolución es rápida y agresiva.

Toma de decisiones

La gran mayoría de afectados (85-90 por ciento) presentan la forma remitente-recurrente, en la que los nuevos fármacos, tanto inyectables como orales, han demostrado una elevada eficacia. Esto ha supuesto una disminución lenta pero progresiva en la utilización de fármacos inyectables convencionales como los interferones. “En todo caso, son fármacos con mecanismos de acción, vías de administración, posología y controles de seguridad bastante distintos, lo que complica la toma de decisiones”, advierte Montalbán. Entre las nuevas referencias destacan los anticuerpos monoclonales de alta eficacia, como el reciente ocrelizumab (aprobado por la EMA en enero de este año) o los anteriores natalizumab (2006) y alemtuzumab (2013). Este último se distingue por su durabilidad: “Tratas al paciente dos años y el efecto positivo puede durar hasta cinco”; un rasgo diferencial que comparte con cladribina (2017), un antineoplásico oral con eficacia en esta enfermedad neurológica.

Sobre la homogeneización del tratamiento, Montalbán reconoce que hoy la variabilidad clínica en todo el mundo es elevada. Pone como ejemplos el manejo del paciente en el Cemcat, donde la valoración y la decisión terapéutica son colegiadas, y el manejo individualizado por cada neurólogo en la Universidad de Toronto, donde dirige desde 2017 la División de Neurología y pone en marcha un centro de investigación y tratamiento de la EM en el Hospital St.Michael. También la Academia Americana de Neurología ultima una guía de práctica clínica en EM que se publicará en breve.

Como aspectos polémicos, Montalbán menciona el cambio de un fármaco a otro -“no hay ensayos clínicos al respecto”- y las posibles ventajas de un tratamiento inductor (intensivo y precoz) en vez de la escalada terapéutica habitual. Dos temas trascendentes sobre los que avanzar en la futura actualización de la guía, prevista para dentro de cinco años, “aunque es seguro que la investigación en la próxima década se centrará en la fase progresiva de la enfermedad, la que realmente no tenemos controlada”.