Un estudio demuestra que a las personas a las que se les inyectó la vacuna contra la tuberculosis tuvieron menos signos cerebrales de esclerosis múltiple que los que recibieron el placebo.
Diario Medico.com - 04/12/2013
En el estudio participaron 73 personas que tuvieron un primer brote sugestivo de EM, como entumecimiento, problemas de visión o problemas de equilibrio. Alrededor de la mitad tenían el síndrome clínicamente aislado, desarrollando EM definida a lo alrgo de dos años, mientras que el 10 por ciento tenían más problemas relacionados con la enfermedad.
Para el estudio, 33 de los participantes recibieron una inyección de una vacuna viva llamada Bacille Calmette-Guérin, que se utiliza en otros países para prevenir la tuberculosis, pero no se utiliza en los Estados Unidos. El resto recibió placebo. A todos los participantes se les realizó BCG cerebrales una vez al mes durante seis meses y recibieron el fármaco interferón beta-1a durante un año. Después de eso, tomaron el fármaco para la EM que les había recomendado su neurólogo. El desarrollo de la enfermedad definida se evaluó durante los cinco años posteriores al inicio del estudio.
Después de los primeros seis meses, las personas a las que se les inyectó la vacuna tuvieron menos lesiones cerebrales con signos de esclerosis múltiple que los que recibieron el placebo.
Al finalizar el estudio, el 58 por ciento de las personas vacunadas no habían desarrollado la enfermedad, comparadas con el 30 por ciento de las que recibieron placebo. Durante la investigación no se observaron efectos secundarios en los pacientes.
"Estos resultados son prometedores, pero se necesitan más estudios para aprender más sobre la seguridad a largo plazo de esta vacuna viva", dijo el autor del estudio Giovanni Ristori, de la Universidad Sapienza de Roma, en Italia. "Los médicos no deben comenzar a usar esta vacuna para tratar la esclerosis múltiple o el síndrome clínicamente aislado", añade.
Los resultados proporcionan apoyo a la "hipótesis de la higiene". La mejora del saneamiento y el uso de desinfectantes y antibióticos pueden explicar parte del aumento de la tasa de esclerosis múltiple y otras enfermedades del sistema inmunológico en América del Norte y gran parte de Europa, según Dennis Bourdette, médico de Salud y Ciencia de la Universidad de Oregon, en Portland. "La teoría es que la exposición temprana a ciertas infecciones en la vida puede reducir el riesgo de estas enfermedades al inducir al organismo a desarrollar una inmunidad protectora", concluye.
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