Un nuevo estudio indica que el entrenamiento de resistencia aumentan el grosor de la corteza cerebral en algunas personas con EM
En este reducido estudio publicado en la revista Multiple Sclerosis Journal, científicos de Dinamarca y Alemania se pusieron manos a la obra para investigar los efectos del entrenamiento de resistencia – también denominado entrenamiento de fuerza- a largo plazo sobre los resultados de resonancias magnéticas, mediciones clínicas y mediciones notificadas por los pacientes en personas que padecen Esclerosis Múltiple Remitente Recurrente.
En este estudio, se sometió a un entrenamiento de resistencia supervisado a dos grupos de personas con EMRR de Dinamarca. El primer grupo realizó el entrenamiento durante 24 semanas y después se le permitió realizar ejercicios autodirigidos durante otras 24 semanas. El segundo grupo no cambió su estilo de vida durante las primeras 24 semanas y, posteriormente, en las 24 semanas siguientes, comenzó con el entrenamiento de resistencia supervisado.
Los resultados
Ambos grupos mostraron una mejora de puntuación en la escala funcional compuesta de Esclerosis Múltiple (MSFC) tras el entrenamiento supervisado, la cual se mantuvo después de las 24 semanas de entrenamiento autodirigido del primer grupo. En contraposición, no se observó ninguna mejora en la medición estándar de la discapacidad, conocida como la escala EDSS, utilizada por los neurólogos.
En las resonancias magnéticas realizadas se identificaron nuevas lesiones en el cerebro y la médula espinal en ambos grupos, aunque el volumen total combinado de lesiones no aumentó. En la EM se prevé un aumento del tamaño de las lesiones existentes con el paso del tiempo, lo que no se observó en este estudio. Este resultado indica que el entrenamiento de resistencia puede provocar una estabilización o reducción de las lesiones identificadas anteriormente, aunque no impide la formación de otras nuevas.
Un descubrimiento sorprendente
Sin embargo, los resultados más sorprendentes se detectaron al evaluar el volumen de las diferentes partes del cerebro: aunque el entrenamiento de resistencia no parecía haber influido en el volumen cerebral total, los investigadores advirtieron un cambio significativo en el grosor de la parte más externa del cerebro, la corteza, en algunas personas que padecían EM. Esto sugiere que el ejercicio tuvo un efecto neuroprotector o incluso regenerativo en esta parte del cerebro.
“Durante los últimos 15 años, hemos sabido que el ejercicio físico no daña a las personas con Esclerosis Múltiple, sino que a menudo tiene un impacto positivo en, por ejemplo, su capacidad para caminar, sus niveles de fatiga, su fuerza muscular y su capacidad aeróbica, que de otro modo se habrían deteriorado. Pero el hecho de que el entrenamiento físico también parece tener un efecto protector en el cerebro de las personas con esclerosis múltiple es un conocimiento nuevo e importante”, destaca Ulrik Dalgas, profesor asociado del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Aarhus y uno de los investigadores principales del estudio.
Un buen indicio, pero con prudencia
En este estudio preliminar, el entrenamiento de resistencia demostró mejorar el movimiento, las capacidades mentales y la medición de la discapacidad, así como reducir la pérdida de volumen cerebral en determinadas zonas del cerebro. Sin embargo, en el análisis de estos resultados debe considerarse el hecho de que en el estudio solo participaran 29 personas con una puntuación baja de discapacidad y en una fase temprana de desarrollo de la enfermedad.
Suele aconsejarse a las personas que padecen EM que realicen ejercicio de forma regular para ayudarles a controlar su enfermedad y mantener la función física. Estos prometedores resultados, de confirmarse en estudios más extensos y amplios, apuntan a que el entrenamiento de resistencia puede ayudar a ralentizar la progresión de la EM en determinadas personas.
Fuentes:
http://www.esclerosismultiple.com/el-ejercicio-puede-reducir-la-progresion-de-la-em/
En este estudio, se sometió a un entrenamiento de resistencia supervisado a dos grupos de personas con EMRR de Dinamarca. El primer grupo realizó el entrenamiento durante 24 semanas y después se le permitió realizar ejercicios autodirigidos durante otras 24 semanas. El segundo grupo no cambió su estilo de vida durante las primeras 24 semanas y, posteriormente, en las 24 semanas siguientes, comenzó con el entrenamiento de resistencia supervisado.
Los resultados
Ambos grupos mostraron una mejora de puntuación en la escala funcional compuesta de Esclerosis Múltiple (MSFC) tras el entrenamiento supervisado, la cual se mantuvo después de las 24 semanas de entrenamiento autodirigido del primer grupo. En contraposición, no se observó ninguna mejora en la medición estándar de la discapacidad, conocida como la escala EDSS, utilizada por los neurólogos.
En las resonancias magnéticas realizadas se identificaron nuevas lesiones en el cerebro y la médula espinal en ambos grupos, aunque el volumen total combinado de lesiones no aumentó. En la EM se prevé un aumento del tamaño de las lesiones existentes con el paso del tiempo, lo que no se observó en este estudio. Este resultado indica que el entrenamiento de resistencia puede provocar una estabilización o reducción de las lesiones identificadas anteriormente, aunque no impide la formación de otras nuevas.
Un descubrimiento sorprendente
Sin embargo, los resultados más sorprendentes se detectaron al evaluar el volumen de las diferentes partes del cerebro: aunque el entrenamiento de resistencia no parecía haber influido en el volumen cerebral total, los investigadores advirtieron un cambio significativo en el grosor de la parte más externa del cerebro, la corteza, en algunas personas que padecían EM. Esto sugiere que el ejercicio tuvo un efecto neuroprotector o incluso regenerativo en esta parte del cerebro.
“Durante los últimos 15 años, hemos sabido que el ejercicio físico no daña a las personas con Esclerosis Múltiple, sino que a menudo tiene un impacto positivo en, por ejemplo, su capacidad para caminar, sus niveles de fatiga, su fuerza muscular y su capacidad aeróbica, que de otro modo se habrían deteriorado. Pero el hecho de que el entrenamiento físico también parece tener un efecto protector en el cerebro de las personas con esclerosis múltiple es un conocimiento nuevo e importante”, destaca Ulrik Dalgas, profesor asociado del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Aarhus y uno de los investigadores principales del estudio.
Un buen indicio, pero con prudencia
En este estudio preliminar, el entrenamiento de resistencia demostró mejorar el movimiento, las capacidades mentales y la medición de la discapacidad, así como reducir la pérdida de volumen cerebral en determinadas zonas del cerebro. Sin embargo, en el análisis de estos resultados debe considerarse el hecho de que en el estudio solo participaran 29 personas con una puntuación baja de discapacidad y en una fase temprana de desarrollo de la enfermedad.
Suele aconsejarse a las personas que padecen EM que realicen ejercicio de forma regular para ayudarles a controlar su enfermedad y mantener la función física. Estos prometedores resultados, de confirmarse en estudios más extensos y amplios, apuntan a que el entrenamiento de resistencia puede ayudar a ralentizar la progresión de la EM en determinadas personas.
Fuentes:
- Federación Internacional de Esclerosis Múltiple (MSIF, www.msif.org): https://www.msif.org/news/2017/09/05/can-exercise-reduce-disease-progression-in-ms/?lang=es
- Diario republica.com: https://www.republica.com/2017/08/06/el-entrenamiento-de-resistencia-puede-retrasar-la-progresion-de-la-esclerosis-multiple/#
http://www.esclerosismultiple.com/el-ejercicio-puede-reducir-la-progresion-de-la-em/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.