Fernando de Castro, investigador del Instituto Cajal y del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, y vinculado al Instituto de Neurociencia de Castilla y León (Incyl), ha explicado que las células conocidas como oligodendrocitos forman la mielina, la sustancia que aparece dañada en esclerosis múltiple, de manera que el estudio de estas células abre nuevas posibilidades para avanzar contra esta enfermedad neurodegenerativa.
"Llevamos trabajando mucho tiempo en el desarrollo de los oligodendrocitos, las células que forman la vaina de mielina, que es la estructura que se daña en la esclerosis múltiple", ha comentado el experto. "Ahora estamos viendo que moléculas que son importantes en el desarrollo de esas células durante el estado embrionario y postnatal aparecen en el curso de la enfermedad y pueden ser dianas terapéuticas y, posiblemente, útiles para un mejor diagnóstico", asegura.
Esa mejora del diagnóstico es necesaria porque "probablemente dentro de la esclerosis múltiple haya varias enfermedades diferentes que están englobadas en la actualidad bajo la misma denominación y no son forzosamente la misma ". Además, "existe la posibilidad de intentar terapias regenerativas que repongan las células que se han muerto", las cuales serían "compatibles con los tratamientos inmunomoduladores que existen a día de hoy" a la vez que una gran posibilidad de cara al futuro.
El investigador ha explicado que existen células que son precursores de oligodendrocitos "en el cerebro normal de cualquiera de nosotros", de manera que se podría "favorecer que se diferencien donde deben hacerlo para formar oligodendrocitos nuevos que reparen en lo posible el daño" y éste es el principal enfoque de su grupo de investigación.
Las posibles aplicaciones de esta línea de investigación llegarían en forma de tratamientos farmacológicos a través de "moléculas que puedan potenciar los efectos positivos que estamos viendo". La investigación está en una fase inicial, pero el objetivo a largo plazo es desarrollar esos fármacos que pudieran ayudar a la diferenciación de las células para que se conviertan en oligodendrocitos y puedan reparar las zonas en las que se ha perdido la mielina. "Se estima que con que se recupere el 12% de la mielina perdida se recuperan significativamente los síntomas en los pacientes de esclerosis múltiple", comenta.
La investigación en esclerosis múltiple es "bastante activa" en la actualidad. Hace medio siglo no existía ningún tipo de terapia y hasta hace 15 años no había inmunomoduladores específicos, así que se ha avanzado mucho en los últimos años a la vez que están en marcha las investigaciones con neuroprotectores. A esto hay que añadir que "la posibilidad de actuar con terapias neurodegenerativas en un futuro es muy interesante para encontrar un tratamiento eficaz".
Fernando de Castro mantiene una estrecha colaboración con los científicos del Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl). El último fruto de esta relación ha sido un artículo científico firmado junto con el grupo del investigador José María Medina sobre el efecto del ácido oleico en la neurogénesis en el sistema nervioso central durante el desarrollo. En una línea de investigación diferente, también colabora con el equipo de Eduardo Weruaga, investigador del Incyl pionero en el estudio del sistema olfativo.
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