Expertos advierten contra el autodiagnóstico en internet.
Medlineplus Muchas personas tienden a saltar a la conclusión más negativa cuando investigan sus propios males, halla un estudio. ¿Siente una molestia o un dolor raro? ¿Un sarpullido que ha durado demasiado? Con toda la información que ahora está disponible con el clic de un ratón, buscar en internet para averiguar qué podría pasarle es algo común. Pero un estudio reciente sugiere que cuando los síntomas son los de uno mismo, el "autodiagnóstico" por internet (o en cualquier otro lugar aparte de un consultorio médico) con demasiada frecuencia lleva a conclusiones imprecisas de que se trata de lo peor. La investigación sugiere que las personas tienden a sobrestimar su propio riesgo de enfermedades graves, de una forma que no harían si pensaran sobre los síntomas de alguien distinto. "Esto es particularmente así cuando la enfermedad es rara", señaló Dengfeng Yan, coautor del estudio y estudiante doctoral de la Universidad de Ciencias y Tecnología de Hong Kong. "O sea, dados los mismos síntomas, las personas sobrestimarán sus propias probabilidades de contraer enfermedades raras (y con frecuencias graves) en comparación con otras personas". El estudio fue publicado recientemente en línea en Journal of Consumer Research y aparecerá en la edición impresa de febrero de 2013 de la revista. En una serie de seis experimentos, Yan y el coinvestigador Jaideep Sengupta dieron a casi 250 estudiantes universitarios información sobre enfermedades como la gripe, el VIH, la osteoporosis y el cáncer de mama. En el experimento sobre la gripe, por ejemplo, se dijo a los estudiantes que simplemente se evaluaba su conocimiento sobre la enfermedad. Pero entonces, los investigadores les pidieron que se imaginaran que tenían una serie de síntomas (tos, fiebre, escurrimiento nasal y dolor de cabeza) y les preguntaron si pensaban que tenían la gripe "regular" o la (entonces) más rara y preocupante gripe "porcina" H1N1. También se les pidió que diagnosticaran a "otra persona" hipotética con esos síntomas. Según los investigadores, cuando se referían a sus propios síntomas, las personas diagnosticaban la cepa H1N1 de gripe, que es más rara, con mayor facilidad, que si pensaban que los síntomas eran de otra persona. En otras palabras, su precisión para medir correctamente las probabilidades de infección con H1N1 se reducía si pensaban sobre sus propios síntomas. ¿A qué se debe la diferencia? "Explicamos estos efectos usando el concepto de distancia psicológica", apuntó Yan. Con la distancia (en otras palabras, pensar en otra persona en lugar de uno mismo), las personas tienden a depender de información más amplia, como estadísticas (o sea, las probabilidades de que una persona dada contraiga la enfermedad X) y menos de información específica del individuo, como los síntomas que presenta. "Los consumidores con frecuencia temen lo peor cuando se trata de su propia salud, al mismo tiempo que mantienen una objetividad calmada respecto a los demás", apuntó Yan. Si a usted le duele el pecho, piensa que es un ataque cardiaco. Si un amigo tiene los mismos síntomas, probablemente diga que se trata de indigestión. Pero este tipo de pensamiento puede plantear desventajas, escriben los autores, llevando con frecuencia a "diagnosticarse erróneamente a uno mismo como que tiene una enfermedad grave, provocando tanto una ansiedad innecesaria como unos gastos médicos superfluos". Añaden que "los autodiagnósticos erróneos de este tipo son particularmente probables dada la facilidad de acceso a la información en internet, que con frecuencia lleva a los consumidores a realizar ejercicios de 'correspondencia de síntomas'". El Dr. Peter Galier, especialista en medicina interna del Centro Médico Santa Mónica-UCLA que revisó los hallazgos, cree que parecen verdad. "Creo que es la naturaleza humana", apuntó. Las personas son mucho más propensas a preocuparse sobre sí mismas y sus familiares, apuntó, que sobre desconocidos. Obtener información por internet también puede dificultar el decidir lo que significan los síntomas sin el análisis de un médico. "Cuando las personas pueden obtener mucha información sin filtrar, y no tienen experiencia en el campo, no saben cómo priorizar la información", explicó Galier. Eso sucede independientemente de si está investigando ese ruido raro del coche pero no tiene ni idea de mecánica, o si acaba de detectar un bultito en su muslo y carece de experiencia médica, señaló. Por ejemplo, un hombre joven sano quizás acaba de tomarse un refresco muy frío, y ahora tiene un dolor agonizante en el pecho. Si busca en internet, es probable que vea que los síntomas podrían indicar un ataque cardiaco, dijo Galier. Pero esa información no toma en cuenta hechos vitales como la edad y los antecedentes médicos del hombre, apuntó. "El dolor de pecho en un hombre de 55 años se considera de forma muy distinta que en uno de 25", comentó. Yan señaló que, en lugar de hacer diagnósticos de aficionados por sí mismos, "aconsejamos a la gente a ir a un médico de verdad". Y como apunta el nuevo estudio "la ventaja de ver a un médico de verdad no solo está en que es un experto", dijo. "También es que no son usted". Por ese motivo, tomarán en cuenta información menos "emocional", por ejemplo cuántas personas en la población en realidad contraen la afección que le preocupa tener. ¿Y qué pasa con toda esa preocupación antes de poder acudir al consultorio de su médico? "Las personas podrían simplemente contarle la situación a sus colegas", aconsejó Yan, ya que es probable que pongan esos síntomas en una perspectiva menos preocupante. | ||||
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