Algunos productos de origen animal usados de aperitivo aumentan el número de bacterias peligrosas
El refrán de que “el hombre es lo que come”, también puede servir para los microorganismos, sostiene un estudio de Harvard publicado el 2 de enero.
“El cambio de la dieta puede cambiar rápidamente la cantidad de microbios importantes”, dejó como evidencia la investigación.
Los resultados “podrían apuntar a un día en que los cambios dietéticos se utilizarán para tratar ciertos problemas médicos, en lugar de las drogas o incluso cirugía”, dijo el líder del equipo de estudio de Lawrence David, recientemente nombrado profesor asistente en la Universidad de Duke, en Harvard.
La investigación demostró que una alimentación diferente en tan sólo un día de una nueva dieta, puede alterar la población de los microbios en el intestino, y a los tipos de genes expresados en las bacterias. Esto fue más evidente en los microorganismos que toleran la bilis, apuntó el informe.
“Es realmente la primera vez que hemos visto que, en el transcurso del día, una nueva dieta puede cambiar la forma de la comunidad microbiana, y que estos cambios son consistentes y reversibles", explicó Turnbaugh.
"Lo que realmente n
os entusiasma es que nosotros y otros más, demostramos en modelos animales, que la dieta puede tener rápidamente efectos importantes sobre los microbios que se encuentran en el intestino", dijo Peter Turnbaugh, miembro Bauer en el Centro para la Biología de Sistemas.
Ahora Turnbaugh y David esperan aclarar aún más: por ejemplo, qué tan rápido realmente los microbios en el intestino humano responden a estos cambios de la dieta, y en qué medida estos cambios serían similares en las diferentes personas.
El profesor David sostuvo que la importancia radica en la capacidad de manipular esas poblaciones con la dieta, lo que puede ofrecer nuevas vías para el tratamiento en ciertas condiciones, que no se estaban aplicando como tal. Se conoce que el microbioma intestinal no sólo juega un papel en la digestión, sino en la salud en general.
Por su parte las terapias orientales y alternativas dan gran valor a la dieta en sus tratamientos, lo que podría ser ahora reconocido por la ciencia actual occidental.
"Eso es parte de la emoción de este trabajo: que el microbioma intestinal en humanos responde a los cambios en la dieta en una escala de tiempo mucho más corto de lo que la gente pensaba", dijo David.
Dietas de productos animales aportaron mayor número de bacterias
Los investigadores observaron a 11 voluntarios. Durante cuatro días comieron sus dietas normales y se mantuvieron los registros bases diarios y un seguimiento a los microbios del intestino.
Tras este período de referencia, cada uno pasó cinco días comiendo una dieta vegetariana que consistía en granola, arroz, cebolla, tomate, calabaza, ajo, guisantes, lentejas, plátano, mango, papaya y aperitivos.
Después de cinco días, volvieron a sus dietas regulares durante un período de seis días, para determinar la rapidez de recuperación del microbioma alterado.
A continuación, pasaron cinco días comiendo una dieta compuesta de productos de origen animal, incluidos huevos y tocino para el desayuno, costillas de cerdo y carne para el almuerzo, y salami, jamón, y una selección de quesos para la cena. Entre los aperitivos se incluyeron palitos de queso, salami, y cortezas de cerdo.
"Vimos los cambios en la abundancia de diferentes bacterias en tan sólo un día después de que los alimentos llegaran a la tripa”, cuando se dio la dieta de productos animales, dijo David.
"En ambas dietas, vimos cambios significativos en los tipos de genes que expresan las bacterias, así como cambios en los subproductos metabólicos de la actividad de las bacterias, como los ácidos grasos de cadena corta - alrededor de tres o cuatro días después de que cambiaron las dietas".
Las personas al comer la dieta animal aumentaron una bacteria que se sabe causan colitis, y fue una de las especies intestinales que más aumentó su población entre las personas seguían dieta de productos animales.
David también reportó aumentos en la bacteria Bilophila, y se cree que fue por el queso incluido en la dieta de productos animales.
Estudios anteriores citados también por Harvard, mostraron que en los ratones, las dietas con alto contenido de grasa de la leche aumentaron la producción de bilis, que a su vez dio lugar a aumentos en Bilophila, una peligrosa bacteria anaeróbica.
"No podemos concluir de este estudio si la Bilophila podría o no ser la causa de la colitis en los seres humanos, pero nuestros datos demuestran que esta colitis asociada a bacterias pueden enriquecerse mediante la dieta".
Ante las evidencias los autores sugieren que estos cambios observados “pueden tener consecuencias muy reales para la salud humana”, y los proyectos propuestos por el equipo son el proponer cambios dietéticos para tratar enfermedades.
"Eso es parte de la promesa de este campo, para que podamos de alguna manera ser capaces, a través de una dieta o un comportamiento alterado, dar forma al microbioma para mejorar la salud", dijo.
"La gente a menudo se refieren al microbioma intestinal como el 'segundo genoma': el primero es el nuestro, pero lo que es interesante es que este segundo genoma es potencialmente moldeable y sensible a la forma en que elegimos vivir nuestra vida”.
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