Sonia Brit | 6 de diciembre de 2012
Obtener vitamina D de fuentes alimenticias es complicado, dado que muy pocos alimentos la contienen de forma natural. El sol es la principal fuente del organismo para producir suficiente vitamina D.
Las vitaminas son esenciales para el crecimiento y desarrollo del individuo, y actúan como catalizadoras en todos los procesos fisiológicos. La vitamina D pertenece al grupo de las liposolubles y regula los niveles de calcio y fósforo en la sangre, dos minerales absolutamente necesarios para la correcta formación de los huesos. También interviene en la síntesis de la insulina y la contracción cardíaca, y protege ante infecciones y enfermedades degenerativas, como la esclerosis múltiple.
Muy pocos alimentos contienen vitamina D de forma natural, salvo los lácteos, la yema de huevo y los aceites de hígado de pescado. También podemos obtenerla de productos que han sido fortificados o enriquecidos con vitamina D. Sin embargo, el principal recurso que tiene el organismo para sintetizarla es la exposición directa a la luz solar. En otras palabras, los rayos solares son los responsables directos de que el cuerpo produzca vitamina D.
El 70% de la población europea tiene un déficit de dicha vitamina, de ahí la importancia que tiene conocer que tomar el sol durante 15 minutos, entre tres y cuatro veces por semana, garantiza la cuota mínima de vitamina D. Eso sí, siempre y cuando las condiciones climáticas lo permitan. Una exposición solar de larga duración no es recomendable, porque acelera el envejecimiento de la piel y multiplica el riesgo de sufrir diferentes tipos de cáncer.
Sólo 15 minutos al sol son suficientes para adquirirla y prevenir así la carencia de vitamina D, la cual genera raquitismo, osteomalacia, osteoporosis, problemas cardiovasculares y alteraciones metabólicas. También está estrechamente ligada a enfermedades crónicas como el cáncer y la diabetes. En el caso de mujeres, cuando llegan a la fase de la menopausia, la vitamina D contribuye a mantener una buena forma física, equilibrio y fuerza muscular.
Pese a nuestro ajetreado ritmo de vida, marcado por las largas jornadas laborales, hay que encontrar el momento para realizar actividades al aire libre. Como parte de un estilo de vida saludable, debemos incluir un cuarto de hora de exposición al sol para asegurarnos de obtener un mínimo de vitamina D y prevenir las enfermedades asociadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.