Un estudio podría explicar por qué algunos pacientes con esclerosis múltiple dejan de comprender lo que sienten los demás
Traducido del inglés: viernes, 2 de junio, 2017
JUEVES, 1 de junio de 2017 (HealthDay News) -- Unos cambios cerebrales sutiles podrían explicar por qué algunas personas con esclerosis múltiple (EM) pierden su capacidad de interpretar las señales con respecto a lo que piensan y sienten otras personas, sugiere un nuevo estudio.
Hasta ahora, ha habido pocos estudios sobre el modo en que la EM afecta a lo que se conoce como el "cerebro social". Los investigadores portugueses deseaban saber por qué algunas personas con EM desarrollan una desconexión social que puede dañar las relaciones y fomentar el aislamiento. No les ocurre a todas las personas con EM, pero los expertos están de acuerdo en que es grave para las que lo experimentan.
"Podría afectar a todas las esferas de la interacción social", dijo la investigadora principal, la Dra. Sonia Batista, neuróloga en la Universidad de Coímbra, en Portugal.
"La capacidad de interpretar los sentimientos y las intenciones de otras personas podría influir en la capacidad de una persona de mantener un trabajo y sus relaciones con la familia y amigos", dijo Batista.
Eso es importante, añadió, porque las personas con EM necesitan un gran respaldo de las personas que les rodean.
La EM es una enfermedad del sistema nervioso que afecta a las señales dentro del cerebro, y entre el cerebro y el cuerpo. Además de los problemas de pensamiento y memoria, los síntomas pueden incluir el entumecimiento, la debilidad muscular, problemas con el equilibrio, la coordinación y la vista.
Se cree que hay más de 2.3 millones de personas en todo el mundo con EM, según la Sociedad Nacional de Esclerosis Múltiple (National Multiple Sclerosis Society).
Para realizar este estudio, el equipo de Batista hizo pruebas a 60 personas con EM y a 60 personas con un buen estado de salud de la misma edad y nivel educativo. Los participantes realizaron pruebas para valorar su habilidad de inferencia de las creencias, deseos e intenciones de otras personas.
Mostraron a los participantes fotos de los ojos de las personas y les pidieron que eligieran una de entre cuatro palabras (como "ansioso" o "cohibido") para describir los sentimientos de la persona. Otra prueba les pedía que eligieran una de entre dos palabras para describir un video sin voz de personas interactuando.
Ambos grupos se sometieron a IRM y escáneres especializados llamados imágenes por tensor de difusión para ver los cambios en la sustancia blanca del cerebro. La sustancia blanca conecta varias regiones cerebrales.
Los escáneres revelaron un daño generalizado (lesiones) en la sustancia blanca de los pacientes con EM, especialmente en áreas clave para la red social del cerebro. Los pacientes de EM también obtuvieron una puntuación más baja en las dos pruebas de interpretación visual.
En la prueba de la foto, su puntuación promedio fue del 59 por ciento, frente al 82 por ciento de los participantes con un buen estado de salud. En la prueba del video, las personas con EM promediaron un 75 por ciento; los participantes sanos, un 88 por ciento.
Cuanto mayor era el daño cerebral, más probabilidades había de obtener unas malas puntuaciones en la interacción social. Las puntuaciones no estaban relacionadas con el tiempo que había pasado desde el diagnóstico o el nivel de discapacidad, encontró el estudio.
"Confirmamos que las estructuras en el cerebro social quedan afectadas por la EM, y probablemente esa es la razón por la que las habilidades de cognición social están afectadas en los pacientes con EM", dijo Batista. "Tenemos que reconocer a esos pacientes que tengan estos problemas para poder ayudarles".
Normalmente, dijo, los que tienen las limitaciones sociales más graves están "ciegos para estos problemas", sus familiares se sienten desconcertados por su conducta y sus relaciones se resienten. Animó a los médicos a hacer pruebas a los pacientes con EM y a ayudarles a afrontar cualquier dificultad a nivel social.
Tim Coetzee, jefe de defensoría, servicios e investigación de la Sociedad Nacional de Esclerosis Múltiple, calificó el estudio de innovador e importante. Los pacientes con frecuencia señalan problemas con el pensamiento como una frustración de vivir con EM, dijo.
"Es una contribución útil e importante que nos ayuda a comprender las conexiones entre los cambios en el cerebro que se asocian con la EM y el impacto que tienen en la calidad de vida de las personas y en su función cerebral", comentó Coetzee. "Lo que esta investigación hace es un puente a esos cambios".
El próximo paso, dijo Batista, es un estudio mayor. El objetivo es encontrar medios de evitar y tratar los déficits sociales.
Por ahora, comentó Batista, los pacientes con EM podrían beneficiarse de los mismos programas usados para enseñar a las personas con esquizofrenia y autismo a interpretar las señales sociales. Los estudios previos en personas con estos trastornos sugieren que administrar oxitocina también podría ser útil, sugirió. En el cerebro, la oxitocina (la llamada hormona del amor) trasmite señales implicadas en la interacción social.
Coetzee dijo que merece la pena estudiarlo en los pacientes con EM, junto con los posibles vínculos entre el daño cerebral en la sustancia gris y el funcionamiento social. La sustancia gris incluye las áreas cerebrales implicadas en el control muscular, los sentidos, el habla, la memoria y las emociones, la toma de decisiones y el autocontrol.
El informe aparece en la edición en línea del 13 de mayo de la revista Neurology.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
Hasta ahora, ha habido pocos estudios sobre el modo en que la EM afecta a lo que se conoce como el "cerebro social". Los investigadores portugueses deseaban saber por qué algunas personas con EM desarrollan una desconexión social que puede dañar las relaciones y fomentar el aislamiento. No les ocurre a todas las personas con EM, pero los expertos están de acuerdo en que es grave para las que lo experimentan.
"Podría afectar a todas las esferas de la interacción social", dijo la investigadora principal, la Dra. Sonia Batista, neuróloga en la Universidad de Coímbra, en Portugal.
"La capacidad de interpretar los sentimientos y las intenciones de otras personas podría influir en la capacidad de una persona de mantener un trabajo y sus relaciones con la familia y amigos", dijo Batista.
Eso es importante, añadió, porque las personas con EM necesitan un gran respaldo de las personas que les rodean.
La EM es una enfermedad del sistema nervioso que afecta a las señales dentro del cerebro, y entre el cerebro y el cuerpo. Además de los problemas de pensamiento y memoria, los síntomas pueden incluir el entumecimiento, la debilidad muscular, problemas con el equilibrio, la coordinación y la vista.
Se cree que hay más de 2.3 millones de personas en todo el mundo con EM, según la Sociedad Nacional de Esclerosis Múltiple (National Multiple Sclerosis Society).
Para realizar este estudio, el equipo de Batista hizo pruebas a 60 personas con EM y a 60 personas con un buen estado de salud de la misma edad y nivel educativo. Los participantes realizaron pruebas para valorar su habilidad de inferencia de las creencias, deseos e intenciones de otras personas.
Mostraron a los participantes fotos de los ojos de las personas y les pidieron que eligieran una de entre cuatro palabras (como "ansioso" o "cohibido") para describir los sentimientos de la persona. Otra prueba les pedía que eligieran una de entre dos palabras para describir un video sin voz de personas interactuando.
Ambos grupos se sometieron a IRM y escáneres especializados llamados imágenes por tensor de difusión para ver los cambios en la sustancia blanca del cerebro. La sustancia blanca conecta varias regiones cerebrales.
Los escáneres revelaron un daño generalizado (lesiones) en la sustancia blanca de los pacientes con EM, especialmente en áreas clave para la red social del cerebro. Los pacientes de EM también obtuvieron una puntuación más baja en las dos pruebas de interpretación visual.
En la prueba de la foto, su puntuación promedio fue del 59 por ciento, frente al 82 por ciento de los participantes con un buen estado de salud. En la prueba del video, las personas con EM promediaron un 75 por ciento; los participantes sanos, un 88 por ciento.
Cuanto mayor era el daño cerebral, más probabilidades había de obtener unas malas puntuaciones en la interacción social. Las puntuaciones no estaban relacionadas con el tiempo que había pasado desde el diagnóstico o el nivel de discapacidad, encontró el estudio.
"Confirmamos que las estructuras en el cerebro social quedan afectadas por la EM, y probablemente esa es la razón por la que las habilidades de cognición social están afectadas en los pacientes con EM", dijo Batista. "Tenemos que reconocer a esos pacientes que tengan estos problemas para poder ayudarles".
Normalmente, dijo, los que tienen las limitaciones sociales más graves están "ciegos para estos problemas", sus familiares se sienten desconcertados por su conducta y sus relaciones se resienten. Animó a los médicos a hacer pruebas a los pacientes con EM y a ayudarles a afrontar cualquier dificultad a nivel social.
Tim Coetzee, jefe de defensoría, servicios e investigación de la Sociedad Nacional de Esclerosis Múltiple, calificó el estudio de innovador e importante. Los pacientes con frecuencia señalan problemas con el pensamiento como una frustración de vivir con EM, dijo.
"Es una contribución útil e importante que nos ayuda a comprender las conexiones entre los cambios en el cerebro que se asocian con la EM y el impacto que tienen en la calidad de vida de las personas y en su función cerebral", comentó Coetzee. "Lo que esta investigación hace es un puente a esos cambios".
El próximo paso, dijo Batista, es un estudio mayor. El objetivo es encontrar medios de evitar y tratar los déficits sociales.
Por ahora, comentó Batista, los pacientes con EM podrían beneficiarse de los mismos programas usados para enseñar a las personas con esquizofrenia y autismo a interpretar las señales sociales. Los estudios previos en personas con estos trastornos sugieren que administrar oxitocina también podría ser útil, sugirió. En el cerebro, la oxitocina (la llamada hormona del amor) trasmite señales implicadas en la interacción social.
Coetzee dijo que merece la pena estudiarlo en los pacientes con EM, junto con los posibles vínculos entre el daño cerebral en la sustancia gris y el funcionamiento social. La sustancia gris incluye las áreas cerebrales implicadas en el control muscular, los sentidos, el habla, la memoria y las emociones, la toma de decisiones y el autocontrol.
El informe aparece en la edición en línea del 13 de mayo de la revista Neurology.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
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