Las células prematuramente viejas
actúan de manera diferente en el cerebro que las normales, y podrían ser la
clave para nuevos tratamientos para la enfermedad.
Las células madre del cerebro en personas con la forma más
severa de esclerosis múltiple (EM) se ven mucho más viejas de lo que realmente
son, según un estudio dirigido por el Centro de Salud de la Universidad de
Connecticut 'UConn Health', en Estados Unidos, y publicado en 'Proceedings of
the National Academy of Sciences' (PNAS).
La esclerosis múltiple (EM) altera la capacidad de los
nervios para transmitir señales alrededor del cuerpo. La EM puede dificultar el
caminar o sostener un bolígrafo, por ejemplo. El problema lo provoca un
aislamiento inflamado y degenerativo alrededor de los nervios, llamado mielina.
Al igual que un cable con aislamiento deshilachado, los nervios con mielina
dañada pueden cortocircuitar o captar señales parásitas.
La mayoría de las personas con EM tienen largos periodos de
remisión, cuando se recuperan y pueden caminar y vivir como lo hacían antes de
desarrollar la enfermedad. Pero con el tiempo, la mayoría de las personas con
EM desarrollan una enfermedad progresiva, en la que sus síntomas empeoran
constantemente. Y algunas personas realmente comienzan con una enfermedad
progresiva, llamada EM progresiva primaria.
Actualmente, solo hay un fármaco para la patología
progresiva, y ralentiza la progresión, pero no la detiene. El neurocientífico
de UConn Health, Stephen Crocker, quiere entender mejor la EM progresiva para
poder encontrar nuevos tratamientos. En el pasado, él y sus colegas habían
demostrado que las células madre del cerebro de personas con EM primaria
progresiva evitan que los oligodendrocitos, las células que forman la mielina,
maduren. Es algo que hacen las células madre del cerebro y es probable que las
personas con EM primaria progresiva nunca tengan remisiones: el aislamiento
alrededor de sus células nerviosas nunca se repara.
Ahora, los investigadores informan que las células madre del
cerebro de pacientes con EM progresiva primaria parecen prematuramente viejas.
Las células madre del cerebro examinadas por la neuróloga Anna Williams en la
Universidad de Edimburgo, Escocia; Valentina Fossati, en la Fundación de
células madre de Nueva York (EEUU) y el laboratorio de Crocker parecían ser
décadas más antiguas que otras células similares de personas sanas de la misma
edad, como se analizó por marcadores estándar de edad celular.
El equipo descubrió que las células madre del cerebro no
solo se ven mayores en los pacientes con EM progresiva primaria, sino que
también actúan de forma más avanzada. Un análisis realizado por Paul Robson en
'UConn- Jackson Laboratories for Genomic Medicine Single Cell Center' mostró
que los oligodendrocitos expuestos a las células madre de los pacientes
comienzan a expresar diferentes genes. Esto puede explicar por qué la mielina
está comprometida.
LA INFLUENCIA DE UNA PROTEÍNA
PRODUCIDA A NIVELES ALTOS
El grupo de investigación descubrió que muchos de los genes
activados en los oligodendrocitos estaban siendo estimulados por una proteína
específica, una proteína que las células madre de los pacientes con EM
producían a niveles altos. El laboratorio de Crocker demostró que cuando
bloqueaban esta proteína, HMGB1, los oligodendrocitos se desarrollaban
normalmente.
Esta proteína bloquea activamente la capacidad de los
oligodendrocitos para madurar. No lo sabíamos antes. Se había encontrado en
lesiones y se había asociado con la inflamación, pero se pensaba que solo
estimulaba el sistema inmunológico.
El laboratorio de Crocker también encontró que el
tratamiento de las células madre del cerebro con rapamicina ayudó a que las
células se desarrollaran normalmente. La rapamicina es un medicamento que se
puede usar para suprimir el sistema inmunológico y ya se había probado en
pacientes con EM con recaídas remitentes y se encontró que no ayuda. Pero
podría ayudar a los pacientes con la forma progresiva de la enfermedad.
"Estudios recientes han demostrado que los medicamentos
diseñados para atacar procesos de envejecimiento como la senescencia pueden
retardar el inicio y la progresión de muchas patologías crónicas diferentes,
como el cáncer, la aterosclerosis, el accidente cerebrovascular y la enfermedad
de Alzheimer, para los cuales el envejecimiento es un factor de riesgo
importante. Este estudio podría tener un gran impacto en el tratamiento clínico
de la EM, ya que abre una dirección completamente nueva para explorar como un
posible enfoque para disminuir la progresión de la enfermedad", dice
George Kuchel, director del Centro de Envejecimiento de 'UConn Health'.
El siguiente paso será observar las células madre del
cerebro de personas con la forma de EM recurrente-remitente para ver si y
cuándo comienzan los cambios asociados con el envejecimiento. Y para ver si se
pueden evitar, ralentizar o revertir. "Las terapias de regeneración
cerebral ya están en ensayos clínicos", dice Crocker, y podrían ajustarse
para ayudar a regenerar la mielina en los sistemas nerviosos de los pacientes
con EM. "Sabemos que la EM no es una enfermedad de los ancianos, pero
puede ser una patología del envejecimiento. Ahora queremos saber cómo puede
centrarse este proceso para mejorar la reparación de la mielina en los
pacientes", adelanta el investigador.
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