Tengo miedo, confieso que tengo mucho miedo y no es bueno.
La enfermedad avanza y nadie pone remedio, nunca tuve suerte con los médicos, mi movilidad está cada vez más afectada, mis problemas orgánicos se agudizan y me temo que lo que son puntuales pérdidas de memoria, se conviertan en algo más importante.
Hago ejercicio con regularidad, piscina tres veces a la semana, fisioterapia un día en la Asociación “La Llar” y dos días en la UEN (Unidad de estimulación neurológica), bicicleta estática activa y pasiva, masaje, yoga, acupuntura, estoy con un régimen estricto y he perdido 12 kilos.
Mantengo la mente entrenada con internet, lectura, crucigramas, Brain Training, etc, etc., solo me falta acudir en peregrinación a Lourdes. Cada día un poco peor.
También estoy muy desilusionado, ya no me sirve que el neurólogo de turno, me diga que ha visto de peores, en los que me fijo están mucho mejor y llevan más tiempo con la enfermedad.
Ya no me sirven las promesas de un posible tratamiento innovador, seguiré como siempre, no dando el perfil para el nuevo medicamento y viendo como otros compañeros si pueden beneficiarse de ellos, mientras tanto se justificarán, con mi obesidad, mi limitada movilidad o mi edad.
Necesito un neurólogo valiente, sincero, que se deje de escusas y que me visite por lo menos más de dos veces seguidas.
Igual es mucho pedir. ¡Siempre me quedará Lourdes!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.