En el interior del cerebro se habla en milivoltios y en cantidad de neurotransmisores, las moléculas que circulan entre neurona y neurona. Por lo tanto, actuar sobre el cerebro para tratar sus trastornos implica usar fármacos o electricidad.
¿Se imaginan poder estimular o atenuar, mediante impulsos eléctricos, la actividad de un grupo de neuronas implicadas en una función concreta? Este es el objetivo de la estimulación cerebral profunda, una técnica que permitirá en el futuro una medicina personalizada para las enfermedades mentales.
El neurólogo Andrés Lozano nos cuenta hoy cómo se está aplicando esta tecnología actualmente, cómo surgió y hacia dónde se dirige en el contexto de la neurociencia que viene.
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