Las sustancias químicas derivadas de las inflamaciones
cerebrales se relacionan con los cambios de ánimo en la EM
Last updated: 6th October 2017
No resulta extraño ni inesperado experimentar ansiedad y
depresión cuando a una persona se le diagnostica EM. Lo que no está claro es
qué causa los trastornos del estado de ánimo en la EM. ¿Se trata, ante todo,
del impacto psicológico al diagnosticase una enfermedad crónica o más bien es
el proceso biológico de la enfermedad en sí?
En el estudio recientemente publicado se aportan pruebas de
que los cambios químicos asociados a la actividad de la enfermedad pueden ser
la causa de los cambios de ánimo en la EM.
En la esclerosis múltiple, las células inmunitarias entran
en el cerebro y/o la médula espinal y causan inflamación y daños. Esta
inflamación (la entrada de las células inmunitarias en el tejido) está
relacionada con la liberación de sustancias químicas llamadas citoquinas, que
permiten a las células inmunitarias comunicarse entre sí. Estas citoquinas
también pueden afectar a otros sistemas orgánicos.
En este estudio, un grupo de investigadores italianos se
propuso investigar la relación entre los marcadores químicos de la inflamación
(las citoquinas) y la ansiedad o la depresión en las personas con EM.
El estudio contó con la participación de 405 personas con EM
remitente-recurrente, de las cuales más de una cuarta parte no recibía ningún
tipo de tratamiento inmunomodulador para la EM.
Descubrieron que las personas
que experimentan una recaída clínica eran más propensas a padecer también
ansiedad o depresión, que aquellas en la fase de remisión. Sin embargo, una vez
que la inflamación relacionada con esta recaída disminuyó, el estado de
ansiedad o la depresión también mejoró. También descubrieron que las personas
que presentaban nuevas lesiones en una resonancia magnética, pero no
presentaban síntomas físicos o clínicos, tenían igualmente más posibilidades de
experimentar un estado de ansiedad o depresión.
Los investigadores calcularon los niveles de citoquinas, que
provocan la inflamación, existentes en el líquido que rodea el cerebro y la
médula espinal (líquido cefalorraquídeo, LCR). En las personas que
experimentaron una recaída, los niveles de IL-2 fueron mayores en aquellas que
también sufrían ansiedad, y los niveles de TNF-alfa e IL-1beta fueron mayores
en las personas que notificaban síntomas de depresión.
Del mismo modo, hallaron que en las personas en remisión,
los altos niveles de IL-2 sirvieron para predecir una recaída durante los seis
meses siguientes. Asimismo, los participantes que presentaban síntomas de
ansiedad eran más propensos a sufrir una recaída posterior.
A menudo, los trastornos del estado de ánimo de una persona
con EM se consideraban una consecuencia de su concienciación sobre la EM y los
cambios que se producían en su discapacidad.
Sin embargo, este estudio pone de
relieve que esta relación puede ser más compleja y que los cambios químicos
relacionados con la inflamación del cerebro también pueden causar trastornos
del estado de ánimo.
Estos resultados podrían ayudar en la elaboración de
análisis para detectar estos indicadores de inflamación. Si aparece
inflamación, los neurólogos y sus pacientes podrían prestar más atención a la
búsqueda y el tratamiento de los trastornos del estado de ánimo. Además, si un
paciente empieza a experimentar síntomas de ansiedad o depresión, es posible
que esto indique que la inflamación está apareciendo en el cerebro o la médula
espinal, por lo que se podrían pronosticar nuevas lesiones o recaídas.
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