El intestino - ¿Cómo es y cómo funciona?
El intestino grueso, también conocido como colon, es la
parte más distal del aparato digestivo. Constituye el órgano que toma parte de
nuestra comida que no puede ser utilizada en el organismo y la prepara para ser
desechada.
La principal acción digestiva comienza en el estómago y
continúa en el intestino delgado. El alimento, que se mueve a través del
aparato digestivo mediante una acción propulsora, se convierte en deshecho y
agua al llegar al colon.
Cuando la materia fecal llega a la última parte del colon,
ha perdido la mayor cantidad de agua que se encontraba presente en la parte
superior del aparato digestivo. La materia fecal llega finalmente al recto y
cuando el cerebro lo ordena, se elimina conscientemente del cuerpo con un
movimiento intestinal a través del orificio anal.
Entre los posibles síntomas que vamos a conocer en esta
sección, podemos encontrar:
• Constipación y diarrea
• Constipación y Esclerosis Múltiple
• Diarrea y Esclerosis Múltiple
• Buenos hábitos intestinales
• Incontinencia
Constipación y diarrea
Si el contenido del intestino se mueve demasiado rápido, no
se remueve la suficiente cantidad de agua y la materia fecal llega al recto en
forma blanda o líquida, conocida como diarrea. Si el movimiento de la materia
fecal es demasiado lento, se torna dura y, por ende, que su tránsito será
difícil.
Causas comunes: la diarrea y la constipación constituyen la
compañía frecuente de los viajeros, resultantes del agua o alimentos
desconocidos en mal estado, o simplemente debido al cambio de nivel de
actividad acostumbrado. La diarrea también puede estar provocada por una
infección viral; bacteriana o por parásitos.
En algunas mujeres, la constipación es un síntoma
premenstrual y durante el embarazo.
El síndrome de colon irritable, también conocido como colon
espástico, es una condición en la cual la constipación y la diarrea
generalmente se alteran. Puede involucrar cólicos abdominales y dolores
provocados por los gases. El síndrome de colon irritable es molesto pero no peligroso,
y en general, está asociado con el estrés.
Constipación y esclerosis múltiple
La constipación es el trastorno intestinal más común en
individuos en esclerosis múltiple. Resulta muy fácil adquirir hábitos
alimenticios pobres, inactividad física e inclusive depresión cuando una
persona vive con EM. Esto puede provocar trastornos en el aparato digestivo.
Pero este problema es más amplio. La EM puede provocar la
pérdida de la mielina en el cerebro o en la médula espinal, un proceso de corto
circuito que puede impedir o interferir con los signos del intestino hacia el
cerebro indicando la necesidad de mover el intestino.
Los síntomas comunes en la EM, como la dificultad para
caminar y la fatiga crónica, pueden conducir a una disminución del movimiento
de la materia fecal a través del colon. A su vez, si los músculos del piso
pelviano están espásticos y no se pueden relajar, la función intestinal normal
se verá comprometida.
Y, por último, algunas personas con EM intentan solucionar
algunos problemas del funcionamiento de su vejiga mediante la reducción de la
ingesta de líquidos. La restricción de líquidos hace que la constipación
empeore.
Esto es tan común en la EM que el primer paso a tomar debe
ser asistencia médica para los problemas vesicales a fin de posibilitar la
ingesta adecuada de líquidos, de vital importancia para las funciones
intestinales.
La demora a largo plazo no constituye una opción válida. Más
allá del obvio malestar provocado por la constipación, pueden surgir
complicaciones. La materia fecal que se acumula en el recto puede ejercer
presión sobre el sistema urinario, aumentando los problemas miccionales. Un
recto distendido puede enviar mensajes que interrumpen aún más la función
intestinal a la medula espinal. La constipación acentúa la espasticidad,
haciendo que el caminar se torne más difícil. Y la constipación puede ser la
raíz del síntoma intestinal más molesto: la incontinencia.
Diarrea y esclerosis múltiple
En general la diarrea es un problema menor para las personas
con EM, en comparación con la constipación. Pero cuando esto ocurre,
cualesquiera sean los motivos, en general está acompañada por la pérdida del
control del esfínter.
La EM algunas veces da lugar a un excesivo funcionamiento
intestinal que provoca la diarrea o anormalidades del esfínter que son causa de
incontinencia. Esta condición puede tratarse con algunos medicamentos recetados
por el médico.
Para una persona con EM, al igual que con cualquier otra, la
diarrea puede indicar un problema secundario, como la gastroenteritis, una
infección provocada por parásitos, o una enfermedad inflamatoria intestinal.
No es aconsejable tratar la diarrea recurrente sin
asesoramiento.
Buenos hábitos intestinales
Es mucho más fácil impedir los problemas intestinales
estableciendo buenos hábitos que lidiar con la formación de un bolo fecal,
incontinencia o dependencia de laxantes en un futuro.
Si sus movimientos intestinales se tornan cada vez menos
frecuentes, es esencial que tome las medidas correspondientes. Se puede ayudar
a impedir que los problemas relacionados con la constipación empeoren siguiendo
los buenos hábitos intestinales que se detallan a continuación.
Beba suficiente cantidad de líquido: beba de dos a tres
litros de líquido todos los días.
Incluya fibras en su dieta: la fibra es una sustancia que
contiene agua y es resistente a la digestión. La fibra ayuda a que la materia
fecal continúe su movimiento, aumentando su masa en el intestino y
abandonándola con el agua.
Actividad física regular: caminar, nadar e inclusive los
ejercicios en la silla de ruedas ayudan. Con la edad, el nivel de actividad de
una persona en general decrece pero es importante realizar ejercicios en forma
regular a cualquier edad o con cualquier nivel de discapacidad.
Fijar un momento regular del día para el movimiento
intestinal: el mejor momento del día es aproximadamente media hora después de
comer, cuando el reflejo de vacío es más fuerte. Deje 20 o 30 minutos libres
para esta rutina.
Evitar el estrés innecesario: sus emociones afectan su
estado físico, incluyendo el funcionamiento del intestino. Tómese su tiempo,
utilice técnicas de relajación y recuerde que una rutina intestinal exitosa en
general tarda en establecerse.
Incontinencia
La pérdida total del control intestinal ocurre raras veces
en las personas con EM. Es más probable que ocurra, según se menciona arriba,
como un hecho ocasional.
Si la incontinencia se convierte en un problema ocasional,
no se desaliente. El problema puede ser generalmente controlado pero tomará
algún tiempo.
Trate primero los problemas de vejiga.
Consuma abundante fruta, vegetales, fibras, líquidos cada
día.
Haga ejercicios.
Intente evacuar media hora después de desayunar todos los
días
Trabaje estrechamente con su médico y enfermero hacia una
solución que funcione para usted
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