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martes, 10 de octubre de 2017

Demencia en la esclerosis múltiple: síntomas y tratamientos


Dunia Chappotin  2017-10-06

La demencia en la esclerosis múltiple no es común, aunque las alteraciones cognitivas sí llegan a afectar a más del 50% de esta población. Cuando la demencia surge en una persona con EM adopta características particulares.

¿Te asombra ver la esclerosis múltiple vinculada a la demencia? Si es así, llevas razón. La EM no es una enfermedad que lleva a la demencia en la mayoría de los que la padecen, al contrario de otras enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer.

Pero, aunque los casos de demencia son los menos, sí los hay. Incluso, se ha documentado casos de personas cuyo primer síntoma de EM es un deterioro cognitivo sobrevenido de forma fulminante, que en dos semanas se instaura y limita la capacidad del enfermo de desenvolverse de forma independiente en la vida cotidiana.

Son casos excepcionales. Sin embargo, lo que sí no es excepcional en la comunidad de la esclerosis múltiple son los déficits cognitivos que llegan a afectar a más del 50% de esta comunidad. El fracaso escolar y las dificultades para mantener un empleo responden en buena medida a esas barreras neuropsicológicas.

¿Qué es el deterioro cognitivo? ¿Es demencia? ¿Todas las personas con deterioro cognitivo terminan desarrollando demencia? ¿Quién desarrolla demencia dentro de la comunidad EM? Muchas preguntas, ¡vamos a por respuestas!

Deterioro cognitivo no es demencia

El deterioro cognitivo, un tema sobre el que hablamos en relación a la EM en un artículo anterior que te recomendamos leer, es la pérdida de rendimiento en procesos como la memoria, el lenguaje, la atención o la velocidad de procesamiento.

Deterioro implica que antes se ha alcanzado determinado nivel, que después se va perdiendo progresivamente ¿Y cómo entra la demencia en esta ecuación? Pues la demencia es precisamente el resultado de un deterioro cognitivo extremo.

Una persona puede tener deterioro cognitivo y no tener demencia porque sus déficits no son suficientes como para impedirle llevar una vida independiente. Piensa en muchos de los mayores que te rodean, pueden que con los años hayan experimentado una disminución de su agudeza mental sin que por ello tengan demencia.

Si el deterioro del funcionamiento mental es tal que se ve afectada la realización de actividades básicas e instrumentales de la vida diaria, entonces hablamos de demencia.

Demencia en la esclerosis múltiple

Como ya mencionamos, en la mayoría de las personas con EM hay deterioro del funcionamiento cognitivo, pero no demencia. En los casos en que sí ocurre la demencia, los síntomas más comunes son (Kurlan.R, 2006):

Alteraciones en la velocidad de procesamiento de la información

La velocidad en que captan, procesan un estímulo y emiten una respuesta se ve muy dañada. Una persona con afectaciones en este proceso puede necesitar más tiempo para analizar una situación que los demás realizan automáticamente.

Es de esperar que cuando le pregunten algo, haga una pausa antes de intentar responder o que directamente repita la misma pregunta. Si se le demanda realizar tareas muy complejas, que impliquen muchos pasos, posiblemente no logre culminarla con éxito.

Dificultades para el mantenimiento de la atención

Este déficit apenas lleva explicación. Una persona afectada por demencia difícilmente mantendrá la atención centrada durante mucho tiempo. Se puede mostrar distráctil o como alejado, algo en lo que también puede influir su estado de ánimo.

Déficits en la memoria de hechos recientes

Aunque el déficit de la memoria no es tan acusado como en otras formas de demencia, sí existen problemas, sobre todo para almacenar la información reciente. Sin embargo, una vez se logra almacenar esa información, la recuperación parece un proceso más conservado.

De ahí que una persona con esclerosis múltiple y deterioro cognitivo muy marcado necesita repetir mucho una información o proceso para terminar aprendiéndolo.

Dificultades para la formación de conceptos y solución de problemas

Al igual que en otras formas de demencia, el desarrollo de un razonamiento abstracto es casi inexistente. La solución de problemas, una habilidad relacionada directamente con el  , se ve afectada.

La persona ya no es capaz de organizar su día a día con fluidez y la realización de tareas con cierta complejidad, que impliquen acciones secuenciadas, serán un verdadero reto para él/ella.

Aunque las anteriores son las alteraciones más frecuentes, hay que tener en cuenta que la EM es una enfermedad muy variable que en cada persona se manifiesta de manera particular, algo que siempre se dice y ¡es que es verdad!

Una investigación de la Clínica Mayo del año 2009 que estudió a 23 personas con EM que desarrollaron demencia, encontró que la apraxia (dificultades para la realización de movimientos coordinados), las convulsiones y la afasia (alteraciones del lenguaje) eran comunes.
También era frecuente la comorbilidad con otras alteraciones psiquiátricas, como la depresión.

¿Quiénes tienen más riesgo de desarrollar demencia?

No existe un perfil definido de aquellos que terminarán desarrollando demencia. Según recoge la Monografía sobre Neurodegeneración en la Esclerosis Múltiple, avalada por la Sociedad Española de Neurología, alrededor del 10% de los enfermos termina desarrollando déficits cognitivos lo suficientemente graves como para ser considerados demencia.

Aunque algunos autores consideran que a medida que aumenta el tiempo con la enfermedad también lo hace el riesgo de demencia, esta no es una relación lineal.

Ya dijimos que las alteraciones cognitivas pueden aparecer desde el mismo comienzo de la enfermedad y en presencia de una buena conservación del funcionamiento motor.  E igualmente se da la situación opuesta: personas con grandes niveles de discapacidad que mantienen un funcionamiento cognitivo normal.

La forma de EM, ya sea progresiva a recurrente remitente, tampoco parece correlacionar linealmente.

¿Cómo se trata la demencia en la esclerosis múltiple?

En la actualidad la demencia en la esclerosis múltiple no tiene cura y el tratamiento está dirigido a enlentecer el deterioro de las funciones afectadas.

Al contrario de otras enfermedades como la degeneración frontotemporal o el alzhéimer que cursan con demencia, los afectados por EM tienen una gran ventaja: cuentan con fármacos modificadores de la enfermedad.

Un adecuado control de la EM es lo mejor que puede hacer un enfermo para evitar el daño al tejido nervioso y el surgimiento de déficits cognitivos.

Una vez las alteraciones son confirmadas, no existen fármacos específicos para su tratamiento. Desde el punto de vista no farmacológico las opciones sí son mucho más amplias. Profesionales como terapeutas ocupacionales, neuropsicólogos y fisioterapeutas desarrollan terapias que, si bien no curan, ayudan a manejar los síntomas.

Es importante que la persona afectada y su familia asuman un papel activo en la búsqueda de terapias para las alteraciones cognitivas. En muchas ocasiones no sucede así porque tanto los médicos como el afectado prestan más atención a los síntomas clásico de EM, como la neuritis óptica o las dificultades con la marcha.

https://infotiti.com/2017/10/demencia-la-esclerosis-multiple/



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