Desde Septiembre de 2008 dedicado a las formas progresivas de la EM

IR A
PÁGINA DE INICIO


jueves, 21 de abril de 2011

La relación médico-paciente en la esclerosis múltiple


El papel del médico en la recogida de la información respecto a la enfermedad del paciente siempre ha sido muy activa, e incluso controlando la información suministrada por el paciente.

Sin embargo, la experiencia nos ha demostrado que la gran mayoría de los médicos no son buenos oyentes. Tienden a interrumpir a los pocos segundos del comienzo de la entrevista, y toman parte de ella antes de que el paciente haya tenido la oportunidad de completar la idea inicial. Una razón para ello, es la idea que tiene el médico de controlar su "tiempo". La consulta en Hospital tiene un horario y en el transcurso de ese tiempo deben de ver un número determinado de pacientes, lo que hace que el médico controle necesariamente el tiempo y no permite al paciente expresarse durante el tiempo que el mismo considera oportuno.

Esta relación es observada más dramáticamente en los pacientes con una enfermedad neurológica, ya que muchos de  nosotros tienen dificultad en expresarse o se manifiestan con lentitud o baja tonalidad. Por otro lado, el neurólogo utiliza habitualmente términos médicos difíciles de entender por el resto de la población.

Por lo tanto, para establecer una buena RMP (relación médico-paciente) el paciente necesita ser comprendido porque presupone que a partir de que el médico entienda sus síntomas, va a ser capaz de establecer un diagnóstico y generar una actitud terapéutica. Y la información que el neurólogo aporte al paciente debe ajustarse a palabras sencillas, fácilmente entendible por el paciente, y estar exentas de términos médicos complejos.. 


LA EMPATÍA EN LA RELACIÓN MÉDICO-PACIENTE

La empatía es una emoción que nace en nosotros como una proyección de nuestros sentimientos y creencias. La más directa expresión de empatía es «Yo soy tu», o «Yo siento tu dolor» como opuesto a simpatía, o aun piedad, lo cual movería a alguien a decir «Yo quiero ayudarte».

Una empatía del doctor debe ser evidente y palpable para el paciente; es un componente esencial en la «curación» y no estar indicado por términos neutros como «tratamiento» o «manejo».

Aunque la objetividad puede ser a menudo importante en el trato de las enfermedades crónicas y progresivas, el riesgo de desbarrar por ambos lados es potencialmente mayor que cualquier ganancia derivada del alejamiento.

Los pacientes necesitan la empatía de sus médicos en todos los estadios de la enfermedad pero especialmente en las formas progresivas como un repertorio más de la terapia y sobre todo cuando éstas llegan a ser inefectivas y la incapacidad de la enfermedad progresa. Es entonces cuando el doctor como persona llega a ser el instrumento más importante del tratamiento, precisamente porque no hay nada más que ofrecer.

De otra manera, si el mensaje transmitido por el doctor al paciente llega a ser «nada puede hacerse», el paciente se siente abandonado. Cuando de hecho la mera presencia del médico es una poderosa medicina, y a menudo curativa.

En algún momento del curso de la enfermedad, el paciente quiere saber de sus doctores:

 «Te preocupas de mi». Es esencial para el doctor saber el miedo que los pacientes pueden sentir de que no son importantes para el médico. Es necesario que el médico conozca todas estas sensaciones, y pueda expresar sus sentimientos a través de su natural empatía, adquirida a lo largo de su experiencia profesional.

Al fin y al cabo, este es el verdadero arte de la medicina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.