Una investigación, en la que ha participado la Universidad
de Córdoba, ha descrito cómo la posible alteración en la flora intestinal se
relaciona directamente con el desarrollo de la esclerosis múltiple
recurrente-remitente. Para ello, han utilizado dos biomarcadores indicadores de
cambios en la microbiota, que han servido para trazar el proceso en el que la
alteración en la barrera intestinal desencadena el proceso inflamatorio que
afectará al sistema nervioso y provocará el daño neurológico
Hasta que la ciencia encuentre una respuesta definitiva al
porqué del desarrollo de la esclerosis múltiple, cualquier pista que ayude a
entender este trastorno del sistema nervioso central seguirá impactando
positivamente en la comunidad científica. Ese ha sido el caso del último
trabajo publicado en la revista Neurotherapeutics por investigadores de la
Universidad de Córdoba, dirigido por el profesor Isaac Túnez
El estudio ha logrado describir cómo la posible alteración en
la flora intestinal se relaciona directamente con el desarrollo de la
esclerosis múltiple recurrente-remitente. El equipo ha utilizado dos
biomarcadores indicadores de cambios en la microbiota.
“Estos biomarcadores han servido para trazar el proceso en el
que la alteración en la barrera intestinal desencadena el proceso inflamatorio
que alterará la barrera hematoencefálica y terminará afectando al sistema
nervioso y provocando el daño neurológico”, señalan los autores.
No hay diferencias de sexo a la hora
de desarrollar la patología
Estudios previos ya habían vindulado la flora intestinal con
la patología nerviosa, pero es la primera que se describe con ese nivel de
detalle el comportamiento de los biomarcadores elegidos: los lipopolisacáridos
de membrana bacteriana (LPS), asociado a alteraciones de la flora intestinal, y
las proteínas LBP, tanto en modelo animal como en pacientes.
De hecho, una de las innovaciones del trabajo realizado por
el equipo de la UCO –en el que también ha intervenido personal del Hospital
Universitario Reina Sofía de Córdoba y del Instituto Maimónides de
Investigación Biomédica–, es haber logrado validar el modelo experimental
habitual para el estudio de los procesos moleculares relacionados con la
esclerosis múltiple, en el que se utiliza como organismo de ensayo la rata Dark
Agouti, y confirmar que en él no se producen diferencias de sexo a la hora de
desarrollar la patología., comenta Túnez.
Para el investigador, “este trabajo no ha hecho más que
abrir una nueva puerta por la que seguir profundizando en el conocimiento de la
patología y, sobre todo, en los modelos experimentales que permiten ensayar
posibles tratamientos que mejoren la vida de los millones de personas que
padecen la enfermedad en el mundo”.
http://www.lacuartacolumna.com/nuevas-pruebas-vinculan-la-flora-intestinal-con-la-esclerosis-multiple/
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