Una molécula esencial del sistema
inmunológico en hombres y mujeres podría ayudar a explicar la diferencia de
sexo en Esclerosis Múltiple.
Una diferencia importante en una molécula esencial del
sistema inmunológico, la IL-33, en hombres y mujeres, podría ayudar a explicar
la diferencia de sexo en la afección de la Esclerosis Múltiple, según ha
desvelado una nueva investigación publicada recientemente en la revista
científica Proceedings of the National Academy of Science.
Poder identificar el factor o factores que ocasiona la
diferencia de sexo en la Esclerosis Múltiple es muy importante, pues puede dar
a conocer más información sobre los factores desencadenantes y los procesos
biológicos que provocan la EM. Básicamente, puede revelar formas a través de
las que podemos prevenir o atender mejor a hombres y mujeres con Esclerosis
Múltiple.
Diferencia de sexo en el sistema inmunológico
Existen grandes diferencias en la forma en que el sistema
inmunológico responde a las infecciones en hombres y mujeres. En muchos casos,
las infecciones pueden provocar enfermedades más graves en los hombres que en
las mujeres. Sin embargo, las mujeres son más propensas a padecer una
enfermedad autoinmune; aproximadamente el 70 % de las personas con una
enfermedad autoinmune son mujeres.
En todo el mundo se diagnostica al doble de mujeres que
hombres con Esclerosis Múltiple. Sin embargo, los hombres con EM son, de media,
mayores en el momento del diagnóstico y tienen más probabilidades de contraer
la forma progresiva de la enfermedad que las mujeres.
Muchos factores que podrían causar esta diferencia de sexo
ya se han planteado con anterioridad, como los cambios inducidos por las
hormonas sexuales, los diferentes genes que se encuentran en los cromosomas
sexuales femeninos e incluso las diferencias en las especies bacterianas en las
mujeres.
Respuesta inmune de hombres y mujeres
En este nuevo estudio, los investigadores se han centrado en
la molécula del sistema inmune IL-33, también conocida como interleucina-33L,
una sustancia química que ayuda a las células del sistema inmunológico a
transmitir señales o “hablar” entre sí.
El sistema inmunológico está formado por muchos tipos de
células diferentes, que tienen que actuar de forma coordinada para luchar
contra las bacterias, virus y otros cuerpos extraños. Una de estas formas es
enviando mensajes químicos.
Esta forma de enviar mensajes se tiene que realizar de una
manera totalmente controlada, para que las partes adecuadas del sistema
inmunológico respondan rápidamente y a un nivel apropiado, pero también para
que puedan desactivarse cuando se haya resuelto la amenaza. IL-33 es uno de los
mensajes que controla estos activadores.
En este estudio, los científicos analizaron animales con una
enfermedad similar a la EM e intentaron determinar qué partes del sistema
inmunológico respondían, y si los resultados eran distintos entre los animales
machos y hembras. También intentaron descifrar los mensajes químicos que se
enviaban por todo el cuerpo y qué células producían dichos mensajes.
Los resultados indicaron que el tipo de respuesta inmune fue
diferente entre los hombres y las mujeres. El sistema inmunológico parecía
responder con lo que se conoce como respuesta inmune Th2, el tipo de respuesta
que el cuerpo habitualmente activa cuando presenta una infección de parásitos
en potencia. Sin embargo, las mujeres presentaron en su mayoría una respuesta inmune
Th17, que habitualmente se relaciona con la lucha contra otras infecciones más
generales.
Conclusiones del estudio
Durante el proceso de rastreo de los tipos de células y
moléculas que se observaron en estos dos tipos de respuestas, los investigadores
hallaron una diferencia de sexo clave en el nivel de IL-33 y descubrieron qué
célula provocaba la respuesta de la IL-33 distinta. Al cultivar estas células
en el laboratorio y aplicarles diferentes cantidades de testosterona, el equipo
descubrió que las células masculinas respondían produciendo más IL-33, mientras
que las femeninas no presentaban ningún tipo de respuesta.
Estos resultados podrían ayudar a explicar por qué las
mujeres son más propensas que los hombres a activar una respuesta inmune de
tipo autoinmune. También puede ayudar a explicar por qué, cuando los hombres
van envejeciendo, son más propensos a contraer Esclerosis Múltiple a medida que
disminuyen sus niveles de testosterona.
Es posible que otros estudios similares ofrezcan más
posibilidades para descubrir nuevos tratamientos. Es posible que la
testosterona por sí sola no sea un tratamiento adecuado, especialmente para las
mujeres, debido a las grandes repercusiones que tiene sobre el cuerpo. Pero
dado que la IL-33 participa en la “traducción” del mensaje que la testosterona
entrega al sistema inmunológico, la molécula podría ofrecer una herramienta más
precisa que influya en el sistema inmunológico para que trate la Esclerosis
Múltiple.
Fuente: Federación Internacional de Esclerosis Múltiple (www.msif.org).
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