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lunes, 2 de abril de 2018

Una molécula podría explicar las diferencias en cómo la EM afecta a mujeres y hombres



Una molécula esencial del sistema inmunológico en hombres y mujeres podría ayudar a explicar la diferencia de sexo en Esclerosis Múltiple.

Una diferencia importante en una molécula esencial del sistema inmunológico, la IL-33, en hombres y mujeres, podría ayudar a explicar la diferencia de sexo en la afección de la Esclerosis Múltiple, según ha desvelado una nueva investigación publicada recientemente en la revista científica Proceedings of the National Academy of Science.

Poder identificar el factor o factores que ocasiona la diferencia de sexo en la Esclerosis Múltiple es muy importante, pues puede dar a conocer más información sobre los factores desencadenantes y los procesos biológicos que provocan la EM. Básicamente, puede revelar formas a través de las que podemos prevenir o atender mejor a hombres y mujeres con Esclerosis Múltiple.

Diferencia de sexo en el sistema inmunológico

Existen grandes diferencias en la forma en que el sistema inmunológico responde a las infecciones en hombres y mujeres. En muchos casos, las infecciones pueden provocar enfermedades más graves en los hombres que en las mujeres. Sin embargo, las mujeres son más propensas a padecer una enfermedad autoinmune; aproximadamente el 70 % de las personas con una enfermedad autoinmune son mujeres.

En todo el mundo se diagnostica al doble de mujeres que hombres con Esclerosis Múltiple. Sin embargo, los hombres con EM son, de media, mayores en el momento del diagnóstico y tienen más probabilidades de contraer la forma progresiva de la enfermedad que las mujeres.

Muchos factores que podrían causar esta diferencia de sexo ya se han planteado con anterioridad, como los cambios inducidos por las hormonas sexuales, los diferentes genes que se encuentran en los cromosomas sexuales femeninos e incluso las diferencias en las especies bacterianas en las mujeres.

Respuesta inmune de hombres y mujeres

En este nuevo estudio, los investigadores se han centrado en la molécula del sistema inmune IL-33, también conocida como interleucina-33L, una sustancia química que ayuda a las células del sistema inmunológico a transmitir señales o “hablar” entre sí.

El sistema inmunológico está formado por muchos tipos de células diferentes, que tienen que actuar de forma coordinada para luchar contra las bacterias, virus y otros cuerpos extraños. Una de estas formas es enviando mensajes químicos.

Esta forma de enviar mensajes se tiene que realizar de una manera totalmente controlada, para que las partes adecuadas del sistema inmunológico respondan rápidamente y a un nivel apropiado, pero también para que puedan desactivarse cuando se haya resuelto la amenaza. IL-33 es uno de los mensajes que controla estos activadores.

En este estudio, los científicos analizaron animales con una enfermedad similar a la EM e intentaron determinar qué partes del sistema inmunológico respondían, y si los resultados eran distintos entre los animales machos y hembras. También intentaron descifrar los mensajes químicos que se enviaban por todo el cuerpo y qué células producían dichos mensajes.

Los resultados indicaron que el tipo de respuesta inmune fue diferente entre los hombres y las mujeres. El sistema inmunológico parecía responder con lo que se conoce como respuesta inmune Th2, el tipo de respuesta que el cuerpo habitualmente activa cuando presenta una infección de parásitos en potencia. Sin embargo, las mujeres presentaron en su mayoría una respuesta inmune Th17, que habitualmente se relaciona con la lucha contra otras infecciones más generales.

Conclusiones del estudio

Durante el proceso de rastreo de los tipos de células y moléculas que se observaron en estos dos tipos de respuestas, los investigadores hallaron una diferencia de sexo clave en el nivel de IL-33 y descubrieron qué célula provocaba la respuesta de la IL-33 distinta. Al cultivar estas células en el laboratorio y aplicarles diferentes cantidades de testosterona, el equipo descubrió que las células masculinas respondían produciendo más IL-33, mientras que las femeninas no presentaban ningún tipo de respuesta.

Estos resultados podrían ayudar a explicar por qué las mujeres son más propensas que los hombres a activar una respuesta inmune de tipo autoinmune. También puede ayudar a explicar por qué, cuando los hombres van envejeciendo, son más propensos a contraer Esclerosis Múltiple a medida que disminuyen sus niveles de testosterona.

Es posible que otros estudios similares ofrezcan más posibilidades para descubrir nuevos tratamientos. Es posible que la testosterona por sí sola no sea un tratamiento adecuado, especialmente para las mujeres, debido a las grandes repercusiones que tiene sobre el cuerpo. Pero dado que la IL-33 participa en la “traducción” del mensaje que la testosterona entrega al sistema inmunológico, la molécula podría ofrecer una herramienta más precisa que influya en el sistema inmunológico para que trate la Esclerosis Múltiple.

Fuente: Federación Internacional de Esclerosis Múltiple (www.msif.org).


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