MADRID, 13 Nov. (EUROPA PRESS) –
Investigadores del Instituto Karolinska (Suecia) han
demostrado que un cierto grupo de células, conocido como oligodendrocitos,
podrían tener un importante papel en el desarrollo y origen de la esclerosis
múltiple (EM). Su descubrimiento, además, puede llevar a nuevas terapias
dirigidas a otras áreas además del sistema inmunológico.
Unas 2,5 millones de personas en todo el mundo viven con EM,
una enfermedad se desarrolla cuando los glóbulos blancos del sistema
inmunitario atacan la sustancia grasa aislante conocida como mielina que
recubre las fibras nerviosas en el sistema nervioso central. Esto interfiere con
la transmisión adecuada de señales eléctricas nerviosas y causa los síntomas de
la enfermedad.
Si bien no se sabe por qué el sistema inmunológico ataca a
la mielina, este estudio sueco, publicado en la revista 'Nature Medicine',
apunta que las células que producen la mielina, los oligodendrocitos, podrían
desempeñar un papel inesperado. Los oligodendrocitos son uno de los tipos más
comunes de células en el cerebro y la médula espinal
"Nuestro estudio ofrece una nueva perspectiva sobre
cómo podría surgir y evolucionar la esclerosis múltiple. Los tratamientos
actuales se centran principalmente en inhibir el sistema inmunológico. Pero
ahora podemos demostrar que las células diana del sistema inmunitario en el
cerebro y la médula espinal, los oligodendrocitos,
adquieren nuevas propiedades durante la enfermedad y podrían tener un mayor
impacto en la enfermedad de lo que se pensaba", explica Gonçalo Castelo-Branco,
profesor asociado del Departamento de Bioquímica Médica y Biofísica del
Instituto Karolinska.
Los investigadores han demostrado en un modelo de ratón con
EM que un subconjunto de oligodendrocitos y sus células progenitoras tienen
mucho en común con las células inmunes. Entre otras propiedades, pueden
participar en la eliminación de la mielina dañada por la enfermedad, de forma
similar a cómo funcionan las células inmunitarias. Las células progenitoras de
oligodendrocitos también pueden comunicarse con las células inmunes y hacer que
cambien su comportamiento.
"También vemos que algunos genes que se han
identificado como aquellos que causan una susceptibilidad a la EM están activos
(expresados) en oligodendrocitos y sus progenitores. Esto sugiere que estas
células tienen un papel importante que desempeñar, ya sea en el inicio de la
enfermedad o en el proceso de la enfermedad", señala Ana Mendanha Falcão,
primera autora conjunta del estudio junto con el investigador David van
Bruggen.
El estudio se realizó utilizando la secuenciación de ARN de
una sola célula, que brinda a los científicos una instantánea de la actividad
genética de las células individuales y, por lo tanto, un medio mucho más eficaz
de diferenciar las propiedades de las células individuales. Esto ha hecho
posible que los investigadores identifiquen los diversos roles y funciones de
las diferentes células.
Aunque el estudio se realizó en gran parte en ratones,
algunos de los resultados también se han observado en muestras humanas.
"Ahora continuaremos con estudios adicionales para determinar el papel
desempeñado por los oligodendrocitos y sus células progenitoras en la EM. Un
mayor conocimiento puede eventualmente abrir el camino hacia el desarrollo de
nuevos tratamientos para la enfermedad", concluye Castelo-Branco.
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