Las células madre podrían ser un
tratamiento para frenar la evolución de la esclerosis múltiple y disminuir sus
efectos adversos, así como reparar el daño causado por esta enfermedad.
Varios estudios en desarrollo lo han confirmado, aunque la
investigación debe avanzar para que se convierta en un tratamiento habitual.
La esclerosis múltiple es una enfermedad desmielinizante
neurodegenerativa y crónica del sistema nervioso central. El propio sistema
inmune destruye la mielina, la capa protectora que rodea las fibras del sistema
nervioso central. Esto provoca un daño que interfiere en la transmisión del
mensaje entre el cerebro y distintas partes del cuerpo. Hoy, 18 de diciembre,
se celebra el Día Nacional de la Esclerosis Múltiple para recordar a la sociedad
la existencia de esta enfermedad que afecta a más de 47.000 personas en España.
Para estos pacientes, las terapias con células madre son una
gran esperanza. La revista Lancet ha recogido un estudio canadiense realizado
en 24 personas de entre 18 y 30 años, 12 de ellos con recaídas y remisiones de
esclerosis múltiple y los otros 12 con esclerosis múltiple secundaria
progresiva. Ninguno había seguido un control con medicamentos modificadores de
la enfermedad (FARME). El objetivo era analizar, tres años después, el día a
día de los participantes del estudio, ver cuáles no sufrieron recaídas y
mostraban una ausencia de lesiones cerebrales en las resonancias magnéticas,
además de una falta de progresión en la puntuación de la escala EDSS, que
cuantifica la discapacidad en la esclerosis múltiple.
El tratamiento incluía, junto con la quimioterapia, una
recogida de las células madre de los participantes. Posteriormente se les
devolvía para restaurar el sistema inmunitario y detener los ataques al cuerpo.
Siete de cada diez participantes consiguieron el objetivo.
Durante un periodo de seguimiento de
entre 4 y 12 años ninguno de los participantes sufrió una recaída.
Ocho de ellos mostraron mejoras en su puntuación en la
escala EDSS siete años y medio después del tratamiento. Uno de los pacientes
murió debido al tratamiento quimioterápico.
El segundo estudio se realizó en 24 personas de Seattle,
Estados Unidos. Recibieron una alta dosis de medicamentos inmunosupresores,
seguida de un trasplante de células madre. Cinco años después, 7 de cada 10 no
sufrían recaídas, nuevas lesiones ni incrementos en la escala EDSSS. Según la
directora del Servicio de Desarrollo del MS Trust, Amy Bowen, “las terapias con
células madre son una gran esperanza para las personas que tienen esclerosis
múltiple, pero todavía queda mucho para que se convierta en un tratamiento
habitual. Se necesitan más estudios clínicos para conocer quién se puede
beneficiar del tratamiento, para desarrollar procedimientos más seguros y
también para entender sus efectos a largo plazo”.
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