Hace más de un mes que comencé la rehabilitación, me voy a permitir hacer un primer balance después del caluroso y bochornoso verano que hemos tenido que padecer en Barcelona.
La primera conclusión es que, definitivamente hay un antes y un después de la enfermedad en esta época del año, si la progresión de la enfermedad es más o menos lenta, al llegar el verano se acelera considerablemente , lo cual no es óbice de la progresión del resto del año.
De igual forma estoy completamente seguro que con la rehabilitación comenzada en Septiembre, he revertido buena parte de las capacidades perdidas en los meses estivales.
Si en el caso de las formas remitente-recurrente (EMRR) ,la rehabilitación debiera iniciarse inmediatamente y sin demora después de haber tenido el brote y durante el tiempo que fuera necesario, con el fin de ayudar a la plena recuperación del enfermo. En las progresivas, no se debería de dejar nunca de hacer rehabilitación, de la misma forma que la enfermedad no nos concede ninguna tregua en su lenta y a veces casi imperceptible progresión.
Todos los afectados y especialmente los que tenemos las formas progresivas (EMPP, EMSP) de la enfermedad, deberíamos de poder acceder a alguna forma de rehabilitación durante todo el año, no solo durante un periodo determinado de tiempo, la esclerosis múltiple no entiende de intervalos de rehabilitación fijados por los Hospitales de Día, ni vacaciones, ni festivos, cuando pasados seis meses nos dan el alta, la enfermedad hace caso omiso y sigue en su progresión.
Así que contento y muy satisfecho de mi primer mes en la “FEM”, al igual que muy agradecido de mi estancia en “La Llar” y muy dolido por todos los meses desperdiciados a la espera de la llamada de unos y de acceder al servicio de“Taxi Amic” en el caso de los otros.
Conclusión, rehabilitación para todos y durante todo el año.
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