Redacción TiTi
2018-02-08
La terapia con
células madre fue administrada a un grupo de 20 pacientes con esclerosis
múltiple progresiva. Los resultados iniciales apuntan a que es segura y se
logran revertir algunas de las alteraciones provocadas por la enfermedad.
Muchos pacientes seguramente no opinan así, pero la realidad
es que en los últimos años las terapias para la esclerosis múltiple
recurrente-remitente han tenido un desarrollo que ya quisieran para sí los
afectados por otras enfermedades neurodegenerativas.
Sin embargo, las terapias están en su inmensa mayoría
destinadas a impedir la actividad anormal del sistema inmunitario, impidiendo
así que se produzcan daños irreversibles en el sistema nervioso y, por tanto,
discapacidad.
Pero, ¿qué sucede con los pacientes que ya tienen esa
afectación permanente? En esa incógnita es donde surgen las terapias celulares
como respuesta.
Si hay muerte de células, ¿por qué no reponerlas? La
respuesta no es sencilla, pero se van dando pasos importantes.
El último de ellos es un ensayo clínico realizado en 20
pacientes con formas progresivas de esclerosis múltiple a los que se administró
en el espacio intratecal (espacio que rodea la médula espinal) células madres
obtenidas de la médula ósea.
Los resultados, publicados en la revista EBioMedicine ,
hablan de que, por el momento, el procedimiento ha resulta seguro y se obtienen
beneficios clínicos, especialmente en los pacientes con esclerosis múltiple
secundaria progresiva.
Tres trasplantes, uno cada tres meses.
Los participantes en el ensayo clínico tenían como mínimo
una puntuación en la escala EDSS, que evalúa la progresión de la discapacidad
en la EM, de 3, aunque si se observan los datos del estudio, se puede comprobar
que en la mayoría el grado de discapacidad es muy pronunciado.
Estos voluntarios recibieron un total de tres trasplantes
mediante una inyección entre la tercera y la cuarta vértebra lumbar, un
trasplante cada tres meses. Las células fueron obtenidas de los propios
pacientes, lo cual contribuye a que el sistema inmunitario no las rechace.
Se utilizaron células mesenquimales de médula ósea que
fueron convertidas en células neurales. Según comentan los investigadores,
estudios previos han encontrado que estas células promueven la reparación de
los tejidos dañados, llegando, en modelos animales de EM, a impedir el
desarrollo de la enfermedad.
Hay un punto del procedimiento que pudo haber contribuido
especialmente al éxito. En opinión de la Dra. Violaine Harris, que pertenece al
centro que dirigió la investigación, el Tisch MS Research Center en New York,
E.E.UU:
“Nuestro estudio se asoció de manera única con la
administración repetida de células frescas, no criopreservadas, lo que puede
haber contribuido a la eficacia observada del tratamiento. El protocolo que
creamos permitió el suministro de estas células madre dentro de los treinta
minutos posteriores a la recolección de las células”.
¿Qué resultados se observaron?
Desde el punto de vista de la seguridad, los autores
destacan que no se reportaron eventos adversos de consideración, siendo el
dolor de cabeza y una fiebre ligera inmediatamente después de la inyección las
consecuencias más comunes.
Hay que tener en cuenta que las preocupaciones sobre la
seguridad de los tratamientos con células madre se refieren a su impacto a
largo plazo, es decir, años, algo que este estudio todavía no puede valorar
En relación a la efectividad sobre los síntomas de la
enfermedad, los autores destacan que 15 de los 20 pacientes tuvieron algún tipo
de mejoría neurológica, siendo el aumento de la fuerza muscular el beneficio
más extendido.
Dos de los voluntarios experimentaron un empeoramiento de la
enfermedad a pesar del tratamiento y los tres restantes no mostraron cambios.
Con estos resultados, ya los investigadores están
planificando un ensayo clínico de fase II en un grupo mayor de pacientes.
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