9 de enero de 2018 09
El interferón beta producido por estas células y la metilprednisolona promueven la producción de citoquinas anti-inflamatorias.
Investigadores coreanos han reportado en la revista Journal of Neuroimmunology que el interferón (IFN)-beta producido por las células madre mesenquimales (CMMs) potencia el efecto de dosis bajas de metilprednisolona (MPS) en un modelo de esclerosis múltiple (EM). Aunque ambos compuestos estaban ya siendo utilizados como tratamiento habitual de la enfermedad, la reducida vida media del IFN-beta, así como su incapacidad de cruzar la barrera hematoencefálica, han limitado su eficacia.
En un estudio previo el mismo equipo de investigación ya había demostrado que el uso de CMMs derivadas de médula ósea humana y productoras de IFN-beta reducen la severidad de la enfermedad en ratones, disminuyendo la infiltración de células inflamatorias y la pérdida de mielina, entre otros efectos beneficiosos. En el nuevo estudio, la combinación con MPS tuvo un efecto similar, contribuyendo además a reparar la vaina de mielina y a reducir el grado de disrupción de la barrera hematoencefálica. El tratamiento también moduló la respuesta inmunitaria hacia un fenotipo anti-inflamatorio.
Los autores afirman que es la primera que esta combinación muestra un efecto terapéutico superior al de sus componentes por separado, una observación que podría servir para diseñar nuevas combinaciones terapéuticas basadas en fármacos habitualmente usados en la EM.
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