Last updated: 15th June 2018
El avance de la EM hace referencia al desarrollo de la
enfermedad después de su aparición (cuando surgen los primeros síntomas).
Aunque los nombres son similares, el desarrollo de la EM no se limita a los
tipos progresivos de EM (es decir, EM progresiva primaria o secundaria). Todas
los tipos de EM avanzan o cambian con el tiempo.
Cuando una persona con EM sufre una recaída, se suele
conocer como progresiva o «evolutiva», describiendo así la frecuencia y la
gravedad de las recaídas. Sin embargo, la verdadera evolución de la enfermedad
es la acumulación gradual de discapacidad entre, o en ausencia de, recaídas.
El avance es el resultado de tres procesos biológicos que
están interrelacionados.
El proceso neurodegenerativo se produce cuando las neuronas
(células del cerebro que envían, reciben y procesan información) pierden su
estructura y su funcionalidad, y finalmente mueren.
La inflamación ocurre cuando el sistema inmunológico
detecta, por error, alguna sustancia como si fuese extraña en el cuerpo,
generalmente inofensiva, y responde mediante la infiltración de células
inflamatorias en el área y en la inflamación en sí. Debido a esta respuesta la
EM se conoce como una enfermedad autoinmune, cuando el sistema inmunológico
falla y ataca al tejido sano.
A medida que la EM va avanzando, el sistema nervioso central
(SNC: cerebro y médula espinal) no tiene la capacidad suficiente para reparar
el daño causado por el proceso degenerativo y la inflamación, o para seguir
funcionando con normalidad a pesar de ese daño.
El orden en que ocurren estos procesos sigue sin estar claro
y pueden variar según la persona. Cuando estos tres procesos se dan al mismo
tiempo provocan el aumento de la discapacidad que caracteriza el avance de la
EM.
Medición del avance de la enfermedad
Actualmente, cuando medimos el avance de la enfermedad,
utilizamos indicadores de sustitución conocidos como sustitutos. Básicamente,
se trata de indicadores que miden la situación sanitaria (avance de la
enfermedad) en lugar de indicadores del proceso biológico subyacente del avance
de la enfermedad en sí. Estos indicadores sustitutivos incluyen el nivel de
discapacidad o la tasa de recaída.
Una de las limitaciones que presenta el uso de indicadores
sustitutivos es que son subjetivos y, por lo tanto, crean incertidumbre. Por el
contrario, un indicador directo del avance de la enfermedad sería un simple
indicador biológico objetivo (un biomarcador) que indique de forma directa el
proceso del avance de la enfermedad.
Se están llevando a cabo estudios para buscar mejores
biomarcadores, que incluyan mediciones de RM y algunos análisis de sangre, por
lo que la Alianza Internacional de EM Progresiva está centrando su trabajo en
dichos biomarcadores. Sin embargo, todavía es necesario hallar un indicador
directo y efectivo del avance de la EM. Esta laguna en nuestro conocimiento
sobre la enfermedad es un obstáculo para la investigación.
Factores de riesgo para el avance de la enfermedad
Entre los factores de riesgo se incluyen los genes, los
comportamientos o los factores ambientales que pueden influir en el avance de
la enfermedad. Los factores de riesgo suelen tener un efecto perjudicial,
aumentando las posibilidades de padecer mayores niveles de discapacidad. Sin
embargo, algunos de ellos pueden tener un efecto protector, disminuyendo las
posibilidades de padecer mayores niveles de discapacidad.
Aunque hay mucha
información acerca de los factores de riesgo que influyen en la aparición de la
enfermedad (que se analizan en este artículo reciente de MS Research
Australia), existe mucha menos información sobre los factores de riesgo que
influyen en el avance de la enfermedad. Sin embargo, poco a poco vamos teniendo
una idea más clara de las razones por las cuales la enfermedad avanza más
rápido en algunas personas que en otras.
Fumar
Fumar provoca inflamación en el cuerpo y puede alterar la
función de las células inmunitarias.
Existen pruebas fehacientes que indican que fumar influye en el avance de la EM, aumentando así el riesgo de padecer una mayor discapacidad. Los estudios indican que los fumadores tienen 1,5 veces más posibilidades de desarrollar la enfermedad (es decir, padecer mayor discapacidad) en comparación con los no fumadores.
Existen pruebas fehacientes que indican que fumar influye en el avance de la EM, aumentando así el riesgo de padecer una mayor discapacidad. Los estudios indican que los fumadores tienen 1,5 veces más posibilidades de desarrollar la enfermedad (es decir, padecer mayor discapacidad) en comparación con los no fumadores.
Vitamina D
La vitamina D se puede obtener de la dieta o de la
exposición de la piel al sol. Unos niveles bajos de vitamina D en la sangre
aumentan las probabilidades de padecer una mayor discapacidad, por lo que la
vitamina D podría proteger contra el avance de la enfermedad. Todavía no está
muy claro por qué la vitamina D causa esta respuesta en el cuerpo y necesitamos
realizar más estudios para confirmar que el aumento de los niveles de vitamina
D a través de la exposición al sol, la dieta o los suplementos alimenticios
puede retrasar el avance de la enfermedad.
Otros factores de riesgo
No se ha podido comprobar de manera fehaciente que otros
factores de riesgo influyan en el avance de la enfermedad. Por ejemplo, la
dieta tiene un enorme interés entre la comunidad de la EM, aunque no existen
muchas pruebas de cómo influye en el avance de la enfermedad y los científicos
no saben cuál es el papel de la dieta y de otros factores de riesgo en la EM.
Afortunadamente, existen muchos proyectos de investigación en la actualidad
para dar respuestas a esas cuestiones.
Tratamientos para el avance de la EM
Los tratamientos para el avance de la enfermedad tienen como
objetivo disminuir el grado de progresión de la discapacidad (la velocidad a la
que aumenta el nivel de discapacidad). Existen dos tipos principales de
tratamientos: tratamientos modificadores de la enfermedad e intervenciones de
factores de riesgo modificables.
Tratamientos modificadores de la enfermedad (DMT)
Existen pruebas fehacientes que indican que los tratamientos
modificadores de la enfermedad (DMT, por sus siglas en inglés) para la EM
recurrente-remitente, que son tratamientos que modifican el sistema inmunológico,
retrasan el avance de la enfermedad. Pueden reducir la acumulación de la
discapacidad y las probabilidades de recaída a corto plazo (5 años o menos). En
algunos casos, se ha demostrado que los DMT reducen el avance de la
discapacidad en más del 40 %. Actualmente, los científicos están trabajando
para resolver los efectos a largo plazo (más de 10 años) de estos tratamientos
y para determinar cuáles son los DMT más efectivos.
Aunque estos resultados son muy esperanzadores, es
importante señalar que la mayoría de los DMT solo han demostrado ser efectivos
para la EM recurrente-remitente. Sin embargo, más recientemente, se ha
demostrado que los tipos progresivos de EM responden, en cierta medida, a
algunos DMT, y en particular a Ocrevus (ocrelizumab) para la EM primaria
progresiva y Biotina en dosis alta para la EM secundaria progresiva (aunque aún
no se ha confirmado). Sin embargo, demostrar que podemos alterar la tasa de
acumulación de discapacidad en tipos de EM progresiva es de gran interés y
podría mejorar de forma importante nuestra capacidad para tratar la EM
progresiva.
Intervenciones de factores de riesgo modificables
Aunque no podemos cambiar nuestros genes, se pueden cambiar
algunos factores de riesgo para el avance de la enfermedad. Los factores de
riesgo modificables son conductas que se pueden modificar o factores
ambientales que se pueden evitar. Estos pueden ser, entre otros, fumar, hacer
ejercicio y la dieta. Las intervenciones de factores de riesgo modificables son
tratamientos que alteran el factor de riesgo modificable para mejorar los
resultados en materia de salud, como dejar de fumar o consumir suplementos de
vitamina D.
Aunque se ha demostrado que dos de los factores de riesgo
modificables (fumar y niveles de vitamina D) influyen en el avance de la
enfermedad, aún no existen pruebas suficientes que confirmen que las
intervenciones relacionadas con dejar de fumar y tomar más suplementos de
vitamina D desacelere el avance de la enfermedad. Esta contradicción aparente
se debe probablemente a las pocas pruebas científicas que existen en la
actualidad. Es necesario llevar a cabo más estudios con un mayor número de
personas en esta área antes de que podamos comprender los posibles efectos de
las intervenciones de los factores de riesgo modificables en el avance de la
EM.
En resumen
Queda mucho por aprender acerca del avance de la EM. Por
ahora, llevar un estilo de vida lo más saludable posible sigue siendo lo más
efectivo, en términos generales, para las personas que viven con EM, junto con
los medicamentos adecuados, como los DMT. Un estilo de vida sano incluye el
ejercicio físico y hacer deporte, mantener un peso y un nivel de colesterol
saludables, no fumar, tomar el sol de forma controlada y tener unos niveles de
vitamina D adecuados, además de una dieta bien equilibrada.
Los científicos se siguen centrando en estas cuestiones y
los próximos proyectos de investigación harán hincapié en que podamos
comprender más profundamente las causas y consecuencias del avance de la EM.
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