Para muchas personas con EM eso puede suponer un gran cambio y puede ir en detrimento de su calidad de vida. Es importante destacar que, a pesar de la sintomatología de la EM, existen muy buenas alternativas para realizar algún tipo de actividad física que aporte todos los beneficios físicos y psíquicos del deporte. Una de ellas es la natación. Veamos a continuación algunas características y beneficios de hacer ejercicio dentro del agua:
- Flotabilidad: el 90% del cuerpo flota, y realizar cualquier movimiento en el medio acuático permite hacer un tipo de ejercicios que serían muy difíciles de llevar a cabo "en seco", sobre todo por aquellos que presenten debilidad en la musculatura. Por otro lado, dentro del agua se puede caminar sin peligro de caer.
- Efecto refrigerante: El agua tiene la propiedad de mantener el cuerpo fresco y evita el sobrecalentamiento del cuerpo.
- Viscosidad: La resistencia propia del agua hace que el movimiento sea más lento: eso ayuda a trabajar habilidades como el equilibrio, la coordinación o la fuerza.
- Presión hidrostática: A más profundidad, más presión. Así, la sensación de compresión que se experimenta dentro del agua puede ser positiva para realizar varias actividades, como por ejemplo, caminar.
- Adaptabilidad: Dentro del agua se pueden realizar una gran variedad de ejercicios y también existe mucho material de apoyo (como corchos, pesas o pelotas). Gracias a eso, se pueden llevar a cabo una gran cantidad de actividades que se adapten a las necesidades de cada uno.
- Socialización: Las actividades acuáticas suelen hacerse en grupo, de modo que ir a la piscina puede ser un buen momento para conocer nuevas personas o estar más tiempo con la familia.
- Antes de empezar a practicar la natación o de realizar ejercicios acuáticos, hay que saber escuchar el cuerpo. Las personas con EM se tienen que marcar unos objetivos razonables, asequibles, adaptados a sus capacidades; y sobre todo, nunca hay que querer compararse con los demás
Cada cual tiene su propio nivel y practicar natación es beneficioso para todo el mundo. Puede mejorar la fuerza de los músculos, puede incidir en la capacidad cardiovascular y tener efectos positivos por lo que se refiere a la circulación o a la respiración. También puede mejorar la función intestinal, la resistencia, la flexibilidad, el equilibrio... y si se realiza de forma habitual, puede hacer disminuir el nivel de discapacidad y prevenir recaídas.
Por otro lado, a pesar de que no está tan documentado, la natación también puede aportar beneficios a nivel psicológico. El hecho de nadar hace que la persona se centre en aquello que está pasando a su alrededor, en los sonidos de la piscina, en el agua que se desliza por su cuerpo, en los olores, en las sensaciones que se están experimentando... Eso puede ser muy positivo para reducir la tensión, el sentimiento de rabia o la angustia.
Así pues, la natación es ideal para mantener la actividad física, para mejorar las condiciones físicas y para reducir el estrés; una actividad muy satisfactoria para las personas con EM pero también para el resto de la población.
Terapias acuáticas
Existen muchos tipos de actividades acuáticas. Los afectados por EM tienen varias opciones dentro de un gran abanico:
- Caminar dentro del agua: Para fortalecer los músculos de las piernas. Se puede ir hacia adelante, hacia atrás, de lado, dar pasos largos o cortos, caminar con el agua en la cintura o en el pecho... Las opciones son múltiples.
- Aquaeróbic o aeróbic acuático: Serie de ejercicios rítmicos que se realizan en un medio acuático, normalmente siguiendo las instrucciones de un monitor, y que tienen por objetivo mejorar la función cardiovascular.
- Yoga acuático: Ejercicios ligeros y de movimientos sencillos que se realizan dentro del agua para relajarse.
- Productos de fitness acuático: Existen muchos productos diseñados específicamente para llevar a cabo actividades acuáticas: productos para mejorar la tonificación, la fuerza y la resistencia del cuerpo. Estos elementos suplementarios pueden ser útiles para introducir variabilidad y motivar a la persona con EM.
- Simplemente, nadar: El hecho de nadar y de practicar diferentes estilos es sin duda una buena opción. A pesar de eso, se recomienda a los nadadores con EM que también practiquen otro tipo de ejercicios acuáticos si tienen ocasión.
El mundo de la natación y de los ejercicios acuáticos ofrece un amplio abanico de posibilidades. Hay opciones específicas para trabajar cada capacidad: ejercicios de tonificación muscular, entrenamiento de la flexibilidad, de la resistencia a la fatiga...
Las personas con EM que quieran practicar natación o algún tipo de ejercicio acuático deberían contactar con la piscina local y preguntar si imparten algún curso o realizan actividades adecuadas a sus necesidades
También puede ser interesante preguntar sobre la temperatura del agua y de los vestuarios, así como por la accesibilidad del recinto o del centro deportivo (y también si disponen de vestuarios y duchas adaptadas, grúas para acceder a la piscina o personal de apoyo). No cabe duda de que si se marcan unos objetivos asumibles y se practica algún tipo de deporte acuático, las personas con EM se podrán sentir mucho mejor consigo mismos.
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