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miércoles, 12 de septiembre de 2018

¿Puede la dieta modificar la fatiga en la Esclerosis Múltiple?

La fatiga es uno de los síntomas más frecuentes en la Esclerosis Múltiple. Algunos investigadores han llegado a decir que hasta el 90% de las personas con la enfermedad la padecen en algún momento y dos tercios la perciben como el síntoma más molesto. Puesto que no existen tratamientos farmacológicos específicos, muchas personas buscan formas alternativas de controlar el síntoma.

Una de estas alternativas es la dieta, pero a pesar de que genera mucho interés entre las personas que padecen la enfermedad, muy pocos estudios han analizado su impacto con seriedad. La revista Multiple Sclerosis and Related Disorders ha publicado una revisión sistemática de las evidencias disponibles sobre el impacto de la dieta en la fatiga en la Esclerosis Múltiple.

Para el análisis se consideraron exclusivamente los estudios que investigaban el efecto de una dieta integral sobre la fatiga percibida de forma subjetiva. Tras el proceso de revisión se consideraron finalmente 4 estudios publicados hasta la fecha y que incluían un total de 146 participantes de los que un 67% eran mujeres.

Las dietas estudiadas en dos casos eran dietas basadas en la dieta paleo, en otro una dieta baja en grasas, suplementada con aceite de pescado o de oliva  y  por último, una dieta vegetariana con plantas ricas en almidón y sin aceites vegetales. En tres de ellos el seguimiento y análisis se realizó por un periodo de 12 meses y en el de la dieta paleo original durante tres.

En conjunto, los resultados sugieren que una dieta rica en plantas almidonosas, baja en grasas (menos de 10% del aporte de calorías) y limitando los aceites vegetales y de pescado o una dieta paleo modificada, podrían mejorar los niveles autovalorados de fatiga.

Todas las dietas analizadas resultaban bajas en grasas, pero a pesar de que se había observado en estudios anteriores una correlación entre la ingesta de ácidos grasos saturados y fatiga, recientes investigaciones han descartado la relación entre la fatiga y la ingesta de diversos tipos de macro nutrientes.

Los autores de la revisión llaman la atención sobre la concordancia de los resultados positivos en los estudios que incluían la recomendación de ingesta de alimentos ricos en folatos y magnesio (los dos de dieta paleo y la dieta vegetariana), con los resultados de un estudio de 2014 que correlaciona los niveles bajos de ambos nutrientes con niveles más altos de fatiga. Los alimentos recomendados ricos en folatos y magnesio incluían las verduras, frutos secos y legumbres.

En última instancia, las conclusiones de las investigaciones hasta la fecha no son suficientemente sólidas. Si bien existen razones para pensar que la dieta podría reducir la fatiga relacionada con la Esclerosis Múltiple, la evidencia actual no permite afirmar más que los efectos beneficiosos de una dieta con un buen equilibrio de nutrientes, en la que puede merecer la pena garantizar un aporte adecuado de magnesio y folatos.


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