Un equipo de investigadores ha
descubierto que la microbiota de determinadas donantes es el doble de efectiva
que la media y tratan de averiguar las claves de este fenómeno para mejorar
esta terapia.
El trasplante fecal para tratar casos graves de diarrea se
ha convertido ya en una rutina en muchos hospitales de Estados Unidos y Europa.
Se trata de tomar heces de un intestino sano y colocar una muestra en el
intestino del paciente enfermo para que recupere la diversidad de bacterias que
su organismo necesita para combatir la enfermedad. Ahora, el equipo de Justin
O’Sullivan, de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda, ha descubierto que
la materia fecal de determinados donantes es mucho más efectiva que la del
resto y trata de descubrir las claves para aplicarlas a nuevas terapias.
“Nuestra esperanza es descubrir cómo
sucede esto y mejorar así el éxito de los trasplantes fecales”
En un trabajo publicado este lunes en la revista Frontiers in Cellular and Infection
Microbiology, el equipo de O’Sullivan describe las características de este tipo
de “superdonantes” y revisa los resultados obtenidos durante la práctica de
esta terapia médica en distintos ensayos clínicos. “El patrón de éxito de estos
ensayos demuestra la existencia de “superdonantes”, cuyas deposiciones tienden
especialmente a influir en el intestino del huésped y conducir a una mejora
clínica”, asegura el especialista. “Observamos que los trasplantes de
‘superdonantes’ consiguen medias de remisión de los síntomas que quizás doblan
al resto”, añade. “Nuestra esperanza es descubrir cómo sucede esto y mejorar
así el éxito de los trasplantes fecales e incluso ensayar con nuevas
condiciones asociadas a la microbio como el alzhéimer, la esclerosis múltiple o
el asma”.
Las muestras procedentes de estos donantes aportan muchas
veces las bacterias necesarias para restablecer el equilibrio químico que se
producen en las enfermedades inflamatoria intestinales y la diabetes y aunque
la mejora se asocia con una mayor diversidad de especies bacterianas, todavía
queda mucho que investigar. “Es bien conocido que los pacientes que responden
muestran habitualmente una diversidad microbiana que los que no”, explica
O’Sullivan. “En la misma línea, un mayor número de especies en las deposiciones
de los donantes ha resultado ser uno de los factores más significativos que
influyen en el progreso del trasplante fecal”.
“Aunque la mejora se asocia con una
mayor diversidad de especies bacterianas, aún queda mucho que investigar
En concreto, los autores observan que los ‘superdonantes’
presentan una mayor abundancia de especies claves de bacteria, que son las que
aportan las sustancias químicas que el organismo enfermo ha perdido. “En las
enfermedad inflamatoria intestinal y la diabetes, por ejemplo, las especies que
se asocian con una remisión clínica producen butirato - una molécula con un
papel especial en la regulación del sistema inmune y el metabolismo”, asegura
el autor principal. Una posible aplicación de este conocimiento sería, por
ejemplo, seleccionar a los donantes en función de las especies de bacterias que
más abundan en su microbiota, lo que permitiría diseñar trasplantes de
“precisión” para determinados casos.
Sin embargo, el estudio también muestra que esta presencia
de especies en mayor cantidad no siempre garantiza que se instalen en el
intestino del receptor. El problema, sospechan, es mucho más complejo e implica
también a los virus que interaccionan dentro del sistema y las diferencias
genéticas entre los pacientes y los donantes. En cualquier caso lo que parece
claro, en su opinión, es que es hora de abandonar el enfoque de que un
trasplante de una deposición vale para todo y en todos los casos.
Referencia:
The Super-Donor Phenomenon in Fecal Microbiota Transplantation (Frontiers in
Cellular and Infection Microbiology)
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