Las elevaciones de un metabolito de la acroleína en la orina podrían ser útiles en la monitorización de la enfermedad y del efecto de la terapia.
Los resultados de un estudio de la Universidad de Purdue indican que los niveles de 3-HPMA, un metabolito de la acroleína en la orina distingue a los pacientes con esclerosis múltiple (EM) de los individuos sanos. Riyi Shi, director del equipo investigador, afirma que aunque la acroleína ya era conocida como biomarcador en la EM por su asociación con el estrés oxidativo, su uso clínico ha sido limitado por la necesidad de tomar muestras.
El nuevo estudio demuestra que existe una correlación entre los niveles de 3-HPMA en sangre y en orina en estos pacientes, lo que permitiría por primera vez una medición del daño oxidativo por métodos no invasivos. Tras cotejar los datos con los de un modelo animal de la enfermedad, los investigadores opinan que el nuevo biomarcador podría servir para identificar a los pacientes en los que la EM se encuentra más activa, si bien los niveles bajos del mismo no excluyen la presencia de la enfermedad, advierte Shi.
El científico también indica que la hidralazina, un fármaco para la hipertensión y el fallo cardíaco, y la fenelzina, usada para tratar la depresión, presentan un mecanismo de acción que elimina los productos de oxidación relacionados con la acroleína. Ello abriría la posibilidad de redirigir estos tratamientos como potenciales terapias en la EM.
por IM Médico Publimas Digital s.l.
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