El frío puede producir la aparición
de síntomas en las personas con esclerosis múltiple. Te explicamos algunos
consejos que te pueden ir bien.
Los cambios de temperatura pueden afectar a las personas con
esclerosis múltiple (EM). Aunque, a menudo, el calor es el que produce mayor
exacerbación de los síntomas, el frío también puede provocar espasmos o
tirantez muscular, generalmente, de manera temporal.
Seguir estos sencillos consejos puede ayudar a las personas
con EM a llevar mejor las consecuencias del invierno:
Moverse
A veces, a las personas con EM, les cuesta moverse con la
agilidad que les gustaría. Pero siempre que les sea posible, practicar una
actividad física moderada, como andar o hacer estiramientos, hace que se queme
energía y así se genere calor.
Vestirse en capas
Por un lado, vestir en capas nos permite mantener la
temperatura corporal en exteriores y, por otro, evita pasar calor en
interiores, especialmente, si en éstos la calefacción está a una temperatura
elevada. Cuando hace mucho frío, es una buena idea usar gorros y calcetines
gruesos para que el calor no se escape por la cabeza o los pies.
Mantener pies y manos calientes
Los expertos creen que la EM puede hacer que los vasos
sanguíneos de las manos y los pies reaccionen exageradamente al frio.
Además, algunas personas con EM pueden sufrir el fenómeno de
Raynaud, una afección en la que las temperaturas frías causan espasmos
vasculares que bloquean el flujo sanguíneo de los dedos de manos y pies, las
orejas y la nariz, provocando adormecimiento, dolor o sensación de pinchazos.
Para protegernos, podemos usar calcetines gruesos, guantes,
y también calentadores de manos o mantas eléctricas. En este caso no debemos
colocar la manta directamente sobre la piel para evitar quemaduras.
Calentar también el interior del
cuerpo
Un caldo, cremas o infusiones… ingerir alimentos y líquidos
calientes ayuda a mantener el calor. El uso de tazas o vasos térmicos es
práctico para mantener el calor más tiempo y posibilita su uso en exteriores.
Tomar el sol
El calor del sol en invierno siempre resulta agradable. El
sol, no sólo nos aporta calor, también hace que nuestro cuerpo genere vitamina
D, una vitamina que según los investigadores se asocia a menor cantidad de
brotes en las personas con EM. Tomar el sol también nos ayuda a mejorar nuestro
estado de ánimo, lo cual ¡siempre es bienvenido!
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