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miércoles, 28 de marzo de 2018

Líneas de investigación esenciales en esclerosis múltiple


Las líneas de investigación se centran en los distintos aspectos de la patología para encontrar respuestas en relación al desarrollo y evolución de la enfermedad y mejorar el tratamiento de la esclerosis múltiple.
En las últimas décadas ha aumentado la comprensión con respecto a la esclerosis múltiple (EM) y se dispone de una visión más compleja y precisa de la enfermedad. Se conoce, por ejemplo, la diversidad de mecanismos inmunológicos que afectan a la EM y el impacto que tienen en la sustancia blanca y gris del cerebro y de la médula.
No obstante, a pesar de los avances en el conocimiento de la enfermedad, existen aún muchas preguntas que precisan respuesta en cuanto a la patogenia y evolución de la enfermedad con el fin de mejorar su diagnóstico y tratamiento. 
Por ello, la investigación en EM sigue actualmente diversas líneas que pretenden dar respuestas, siendo prioritario entender qué conduce a la lesión del sistema nervioso central (SNC) y entender el comportamiento de la EM según diversos factores, tales como la disfunción del sistema inmunitario y del SNC y su relación con los factores ambientales, el género y el perfil genético.
Las distintas líneas de investigación se focalizan en los siguientes aspectos de la EM:

La deficiencia en la mielina

Debido a la dificultad de examinar el tejido afectado por la EM en las primeras etapas de la enfermedad, no se ha aclarado si se trata de un defecto primario de la mielina o de sus precursores en el SNC (seguido de una disfuncionalidad en el sistema inmunitario) lo que deriva en la esclerosis múltiple.
Existe una rama de investigación en auge que pretende determinar la naturaleza de la alteración en la mielina, su estructura y sus características funcionales en la esclerosis múltiple. Por ahora, los estudios sugieren que la mielina de los pacientes con EM podría ser menos madura en comparación con la de las personas sin EM, y que dicha falta de madurez en el tejido podría suponer una mayor susceptibilidad para desarrollarla enfermedad. 
Paralelamente se ha estudiado la estructura de proteínas que forman la mielina, y cómo los cambios en esta estructura podrían interactuar de manera anómala con las células del sistema inmune en los pacientes con EM. Otros estudios investigan cómo la alteración en las células del SNC que generan la mielina (oligodendrocitos) podrían tener un papel en la creación de una respuesta inmune en la EM.
La producción y regeneración de la mielina es limitada en la EM. Diversos estudios muestran que esto puede relacionarse con un déficit de comunicación entre los axones dañados y los oligodendrocitos, y defectos en las células precursoras de los oligodendrocitos. Además, se ha estudiado el impacto que el proceso inflamatorio en la EM podría tener sobre la función de reparación de la mielina.

El daño axonal y la muerte neuronal en la EM

Entender el funcionamiento de las neuronas tras el daño axonal es clave para encontrar nuevas estrategias ante el sistema nervioso dañado. Los procesos moleculares examinados hasta ahora que conducen a la muerte de las neuronas incluyen la disfunción intrínseca de la mielina y el proceso de desmielinización, la inflamación y la alteración en la función mitocondrial. 

La disfunción del sistema inmunitario

Se sabe que diversos tipos de células del sistema inmune participan en el proceso inflamatorio de la EM, siendo las principales células implicadas los linfocitos. Recientes estudios se centran en el papel que juegan los linfocitos T reguladores (Tregs) en la EM. Éstos son un tipo de linfocitos que actúan suprimiendo la activación del sistema inmunitario.
Aunque no se han determinado causas concluyentes, los resultados de estudios realizados en hermanos gemelos sugieren que existe un componente genético en el desarrollo de la EM, mientras que los estudios basados en el genoma completo han relacionado ciertos perfiles genéticos con una mayor susceptibilidad para padecer EM. Entre los factores externos o medio ambientales, se ha sugerido la carencia de vitamina D, el tabaquismo, la falta de exposición al sol o las infecciones por causas virales, como el virus Epstein-Barr. Ninguno de estos resultados es sin embargo concluyente, y se requiere continuar investigando para responder a las preguntas existentes en torno a la EM con el fin de optimizar el diagnóstico y los tratamientos.
Acceso al documento original: Research Trends, Multiple Sclerosis, Abril 2017 [último acceso: 2 de marzo de 2018]. Disponible en: https://multiplesclerosis.net/research/



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