Jueves 25.01.2018 El uso de páginas web y de las redes sociales para consultar cuestiones relacionadas con el diagnóstico o tratamiento de enfermedades está más en auge que nunca. Pero ¿es fácil filtrar información sobre salud en Internet? El mundo digital alberga una cantidad ingente de información, muchas veces útil, pero otras tantas errónea o, sencillamente, no aplicable a la enfermedad o a los síntomas que consultamos. Conocer las principales fuentes de información y leer con ojo crítico es de suma importancia para poder empoderarnos como pacientes y mejorar nuestro bienestar
Decía el filósofo Francis Bacon que “saber es poder“. En el caso de los pacientes, está demostrado que estar bien informado mejora la toma de decisiones sobre sus opciones de tratamiento y, por tanto, sus posibilidades de cura. Sin embargo, la búsqueda de información sobre salud en Internet supone serias dudas por cuanto a la rigurosidad de sus contenidos se refiere.
¿Quién no ha buscado alguna vez información en la web para interpretar sus síntomas? Seis de cada 10 españoles utiliza Internet para informarse sobre salud, especialmente sobre alimentación y vida saludable, según la última encuesta del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (ONSTSI).
Un valor notablemente elevado si tenemos en cuenta que la mitad de los internautas confía en la red como fuente de información. Pese a ello, buscadores web como Google se han convertido en una especie de “consulta médica extraoficial” a la que el 85% acude como primera y única opción cuando tiene algún tipo de síntoma o duda en relación a posibles enfermedades, diagnósticos o tratamientos.
Principales usos de la búsqueda de información
sobre salud en Internet
La mayoría de las consultas buscan asesoramiento sobre nutrición, alimentación y estilos de vida saludables (54,2 %); enfermedades diagnosticadas (52,1 %); síntomas (50,09 %) o remedios (47 %).
Marta Díaz es fundadora y presidenta de la ONG ‘Información sin Fronteras‘, farmacéutica y lleva más de 25 años formando a médicos y pacientes en la búsqueda de información sanitaria.
Su labor formativa, en este caso hacia los pacientes, pasa por advertirles del riesgo que puede ocasionar una inadecuada información y por enseñarles métodos de búsqueda y técnicas para verificar la fiabilidad de las fuentes de información.
“Existe una necesidad de información sanitaria a nivel global, sin embargo, cuando buscamos información sobre salud en Internet nos asustamos bien porque no sabemos a dónde acudir ni bajo qué criterios, o bien porque aquello que buscamos puede hacernos pensar que nuestra patología o síntomas son más graves de lo que en realidad son (cibercondria)”, afirma.
Leer y estudiar sobre nuestra enfermedad nos ayuda a sobrellevarla mejor y poder tomar decisiones, incluso poder ayudar al médico y a otros pacientes en la forma de encauzar la enfermedad.
Claves para ser el “paciente experto”
Según el ONTSI, solo 21,5 % de los ciudadanos serían pacientes empoderados o expertos. Esto es, aquel que se forma e informa sobre salud y, por tanto, conoce en profundidad cuál es su estado de salud o enfermedad, posee el control y es partícipe en la toma de decisiones de manera coordinada con los profesionales sanitarios.
A continuación repasamos las pautas para buscar información rigurosa sobre salud en Internet:
- Busca información en sitios de confianza: Organizaciones de prestigio y neutrales sin intereses sobre el tema, tales como la OMS, el Ministerio de Sanidad o las Asociaciones de Pacientes. De estas últimas, Díaz destaca que “son una de las mejores vías a las que acudir cuando te diagnostican una enfermedad y sus páginas web suelen contener información muy relevante”.
- Priorizar las informaciones de autores reconocidos: Buscar información sobre salud en fuentes cuyos contenidos hayan sido redactados por personas expertas en el tema.
- La información debe ser lógica, sin contradicciones, aportar datos suficientes y estar debidamente referenciada.
- Contrastar con diferentes informaciones/fuentes para valorar mejor la cuestión sobre la que estamos buscando.
- Asegurarnos de qué país procede la información: Por ejemplo, para un residente español no es lo mismo leer información sobre medicamentos en páginas webs escritas en países no pertenecientes a la Unión Europea.
- Confirmar que la información esté actualizada, pues podemos estar ante contenidos desfasados que no estén acorde con los últimos adelantos de la medicina.
Una vez alcanzado este primer nivel, es momento de que el paciente pueda ir especializándose más. Por ello, según apunta la experta, “una vez que el internauta ha adquirido los conocimientos básicos de búsqueda y filtración de información, estará en disposición de pasar a un segundo nivel de lectura en el que puede profundizar más sobre su enfermedad o sus síntomas a través de guías de procedimientos, guías sobre patologías, estudios elaborados por grupos de trabajo, sociedades científicas, etc.”.
“El paciente puede llegar hasta donde quiera. Cuando te diagnostican una enfermedad crónica, tienes por delante un camino de formación sobre su propia patología en el cual irá avanzando a lo largo de su vida”, asegura Marta Díaz.
¿Qué hacen los pacientes con los datos obtenidos de Internet?
Otro de los puntos fundamentales de la formación sobre salud es el acercamiento del paciente con el médico.
“Durante mis 25 años de experiencia en el campo de la formación, me he encontrado muchos casos de médicos a los que les da miedo el paciente informado y, por otro lado, pacientes a los que les da miedo el médico”, declara la presidenta de ISF.
Por ello, si el paciente cuenta con las herramientas y habilidades para manejarse con seguridad en informaciones sobre salud “romperemos a su vez la barrera entre médico y paciente”, pues “ambos forman un perfecto equipo de trabajo”, argumenta
“Durante mis 25 años de experiencia en el campo de la formación, me he encontrado muchos casos de médicos a los que les da miedo el paciente informado y, por otro lado, pacientes a los que les da miedo el médico”, declara la presidenta de ISF.
Por ello, si el paciente cuenta con las herramientas y habilidades para manejarse con seguridad en informaciones sobre salud “romperemos a su vez la barrera entre médico y paciente”, pues “ambos forman un perfecto equipo de trabajo”, argumenta
En línea a lo anterior, los profesionales sanitarios tienen el papel fundamental de orientar al paciente hacia un consumo adecuado de información sobre salud en Internet. Por ello, otra de las herramientas para mejorar relación entre médico y paciente es la implementación de recetas médicas que incluyen prescripción de páginas web fiables y seguras.
“Se trata de algo muy positivo, sobre todo si te van a realizar algún tipo de prueba diagnóstica compleja que nos asuste; saber qué fuentes de información consultar nos puede ayudar y tranquilizar”, indica.
Asimismo, la acreditación de sitios web sanitarios a través de certificados de calidad es otra de las medidas para reconocer las páginas con contenidos rigurosos. “De momento estos sellos o certificados de calidad son algo voluntario por parte de la propia organización propietaria de la página web; no obstante, es una medida muy positiva y que demuestra transparencia”, indica Marta Díaz.
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