Redacción TiTi 2019-02-05
Un artículo científico reciente habla
sobre los principales trastornos del sueño en los afectados por esclerosis
múltiple. Destaca el insomnio, los trastornos del movimiento durante el sueño,
los trastornos respiratorios relacionados con el sueño y las alteraciones del
ritmo circadiano
Ayer unos peculiares vecinos no me dejaron pegar ojo en toda
la noche, el resultado es que hoy siento como si mi cuerpo pesara el doble y
hacer este artículo me supone una buena dosis de voluntad.
Ese es mi caso, ahora bien, si fuese el de una persona con
esclerosis múltiple que también experimentara fatiga, ¿cómo sentaría una noche
de insomnio? Asumo que fatal, aunque por supuesto, yo solo puedo especular.
La realidad es que en no pocas ocasiones esclerosis múltiple
(EM) y trastornos del sueño se combinan, tanto que entre 42% y el 65% de las
personas con EM padece una alteración del sueño.
Los datos los he sacado de una investigación reciente
publicada en la revista Current Treatment Options in Neurology en la que
investigadores de instituciones griegas, británicas y suizas hacen una revisión
de 38 artículos previos sobre el tema de los trastornos del sueño más
estudiados en las personas con EM.
¿Cuáles son?
Insomnio
Se considera que entre el 40% y el 50% de las personas con
EM experimenta insomnio, que puede manifestarse de diferentes formas, por
ejemplo, mediante dificultad para quedarse dormido, interrupción del sueño
durante la noche, despertares tempranos o sueño no reparador.
Trastornos del movimiento durante el
sueño
Destacan fundamentalmente dos:
Síndrome de piernas inquietas
Se manifiesta en una necesidad irresistible de mover las
piernas y sensaciones desagradables que mejoran con el movimiento. El síndrome
suele empeorar durante la noche, dificultando la conciliación del sueño.
Se considera que alrededor del 20% de las personas con EM
experimenta el síndrome de las piernas inquietas.
Movimientos periódicos de las
extremidades
Se manifiesta en movimientos repetitivos y estereotipados,
fundamentalmente en las extremidades inferiores, por ejemplo, la extensión del
dedo gordo del pie y la flexión del tobillo, rodilla y cadera, que llegan a
provocar despertares durante la noche.
No se tienen datos exactos sobre su prevalencia en la
población con EM, pero sí se considera que la mayoría de los que padecen el
síndrome de las piernas inquietas también están afectados por movimientos
periódicos de las extremidades.
Trastornos respiratorios relacionados
con el sueño
En esta categoría destacan dos:
Apnea del sueño
Los afectados por apnea del sueño experimentan la
interrupción de la respiración mientras duermen, o esta se hace muy superficial.
Existen varios tipos de apnea del sueño, en la EM se
considera que la llamada apnea obstructiva del sueño puede estar afectando
entre el 4% y el 21% de las personas con la enfermedad. Un estudio halló una prevalencia del 58%,
aunque el número de pacientes analizados fue muy bajo.
Síndrome de hipoventilación
El síndrome de hipoventilación (alveolar) está definido por
un aumento del dióxido de carbono en sangre. Se presenta o empeora durante el
sueño y se asocia a dificultades para dormir, somnolencia durante el día y
falta de energía.
Este es un síndrome poco común y de prevalencia desconocida
entre los afectados por EM, siendo descrito en alguna ocasión en pacientes con
placas de desmielinización en el tronco cerebral. Su riesgo aumenta ante la presencia de
obesidad.
Trastornos del ritmo circadiano del
sueño
En las personas con alteraciones del ritmo circadiano hay
una discrepancia entre el reloj biológico y el ciclo exterior de 24 horas.
Por ejemplo, puede ocurrir un retraso en el horario del
sueño con relación a lo que se considera socialmente aceptado (dormirse a las 4
de la mañana y despertar a las 12 del día) o, por el contrario, un adelanto.
Aunque de este trastorno tampoco se tienen muchos datos
sobre el número de pacientes que afecta, una investigación ha sugerido que
alrededor del 30%, siendo más frecuente entre quienes experimentan fatiga.
Los trastornos del sueño, una flecha
contra el bienestar
Los trastornos del sueño no solo se asocian a aumento de la
fatiga, sino que impactan negativamente las emociones y las habilidades
cognitivas, llegando a interferir con el normal funcionamiento de la vida
diaria.
Cada uno de estos trastornos tiene opciones terapéuticas que
deben plantearse en cada caso, en ocasiones necesitando de fármacos específicos
o, lo más común, modificaciones en el estilo de vida.
Sea cual sea el camino, el fin es el mismo: llegar a dormir
esas necesarias horas en las que nos recargamos para enfrentar un nuevo día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.