La esclerosis múltiple es una
enfermedad que produce síntomas en diferentes esferas del paciente, también en
los sentidos.
Aunque los problemas en la movilidad son uno de los síntomas
más relevantes y predominantes, la afectación a otros niveles como los órganos
sensoriales ha sido generalmente infraestimada. Los síntomas visuales y
sensitivos son muy habituales en la evolución de la enfermedad, pero cada vez
hay más evidencia de que afecta también a otros órganos sensoriales.
Vista
Los problemas visuales son uno de los síntomas más
frecuentes en la esclerosis múltiple. Más de la mitad de las personas que
tienen EM han experimentado alteraciones de la visión en algún momento de la
evolución de su enfermedad. De hecho, la neuritis óptica es el primer síntoma
de la enfermedad en el 20% de los pacientes. En este caso, el paciente presenta
visión borrosa progresiva asociada con dolores en los movimientos del ojo y
palidez en la visión de los colores.
Los problemas visuales son uno de los síntomas más
frecuentes en la esclerosis múltiple. La neuritis óptica es el primer síntoma
de la enfermedad en el 20% de los pacientes
La afectación es monocular, y los casos en que se da en
ambos ojos a la vez son excepcionales. La sintomatología puede durar días o
semanas y mejorar posteriormente. En función de la severidad de los síntomas
puede ser necesario iniciar un tratamiento con corticoides.
Oído
El octavo nervio craneal, conocido como nervio auditivo,
vincula el órgano de la audición con el tronco encefálico. La alteración de la
audición es un síntoma poco común en la esclerosis múltiple, aunque hay pocos
estudios que evalúen la frecuencia de este síntoma. Se estima que alrededor del
6% de las personas con EM reporta problemas de audición. La alteración de la
audición, además de ser causada por la lesión del nervio auditivo, se puede
producir por la presencia de lesiones en el tronco del encéfalo; asociándose,
en este caso, otros síntomas como la alteración del equilibrio o visión doble.
ste síntoma puede aparecer durante un brote de la
enfermedad, y solamente en casos excepcionales se muestra como el primer
síntoma causado por la EM. El déficit completo de audición es extremadamente
infrecuente, y la mayoría de episodios agudos tienden a mejorar
Gusto
El sentido del gusto parece estar más afectado en la
esclerosis múltiple de lo que previamente se consideraba. Estudios iniciales
basados en los propios reportes de los pacientes describían alteraciones de la
percepción del gusto en un 5% de las personas que padecen EM.
Sin embargo, un estudio reciente de la Universidad de
Pensilvania (Doty et al. 2016) realizado en 73 personas con EM mostró que un
número significativamente mayor de pacientes presentaban alteraciones en la
percepción del gusto, y que estas se relacionaban con el volumen lesional en
áreas específicas del cerebro. Un 15% de los pacientes presentaba dificultades
para percibir sabores amargos, un 21.9% para sabores ácidos, un 25% para los
sabores dulces y un 31.5% para los salados. Estos hallazgos se relacionaban con
el volumen lesional en regiones frontales y parietales del cerebro.
Olfato
Cada vez hay más evidencia de que la pérdida del olfato es
un síntoma habitual en la esclerosis múltiple y otras enfermedades
neurodegenerativas. Se ha descrito que este síntoma puede afectar de un 30% a
un 75% de los pacientes con EM desde el inicio de la enfermedad.
En general, parece que la afectación del olfato está
relacionada con una mayor discapacidad y con lesiones inflamatorias en las
regiones frontales y temporales del cerebro. Estudios anatomopatológicos han
relacionado la disminución del olfato con el volumen del bulbo olfatorio y de
la sustancia gris.
Tacto
Las fibras nerviosas sensitivas que transmiten el sentido
del tacto, la temperatura o la capacidad para sentir dolor pueden verse
afectadas muy frecuentemente debido a la esclerosis múltiple. Los síntomas que
esta afectación produce en el paciente incluyen disminución de la sensibilidad,
hormigueos o quemazón.
Aunque pueden afectar a distintas partes del cuerpo,
generalmente aparecen en las extremidades. Estos síntomas pueden aparecer
durante un brote de la enfermedad o durante la progresión de la enfermedad. Los
síntomas sensitivos tienen tendencia a fluctuar y agravarse debido al aumento
de la temperatura corporal o a la fatiga. Si los síntomas son significativos,
pueden tratarse con corticoides en el caso de que estén asociados a un brote de
la enfermedad, o con fármacos específicos para el dolor neuropático.
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