La neurogénesis no es un mito: cómo y
a qué edades se produce
ALEJANDRO TOVAR 3 DIC
2017
Durante décadas, fue una verdad asumida por todos: el ser
humano nace con un número finito de neuronas que se van degradando y jamás son
sustituidas. Fin. La vida regalaba a cada uno un paquete cerrado de estas
células, que debían ser cuidadas con responsabilidad.
Pero ninguna verdad es absoluta: la ciencia se ha ocupado de
probar que la generación de neuronas es también una realidad en otras edades y
momentos del ciclo vital, no solo durante la etapa embrionaria. Es el proceso
conocido como neurogénesis adulta; el cerebro fabrica nuevas neuronas que
completan a las que cada uno ha desarrollado por la fusión del espermatozoide y
el óvulo de los padres. Y las pone a funcionar.
Pero el cambio de paradigma no se circunscribe al hecho de
que esta nueva verdad esté ya probada. Algunos estudios apuntan a que estos
procesos de neurogénesis adulta se pueden propiciar, que se pueden precipitar y
reforzar, asumiendo una serie de prácticas relacionadas con los hábitos y las
rutinas.
Si bien existen opiniones encontradas sobre cuándo, por qué
y con qué intensidad se desatan estos procesos de producción, docenas de
investigaciones han comprobado que mediante la dieta, el ejercicio e, incluso,
la práctica del sexo, es posible fomentar la neurogénesis y echar una mano al
sacrificado cerebro. Siempre hacendoso. Siempre en marcha. Y crucial para vivir
más y mejor.
1.400 nuevas cada día
Así cuantifica la producción un equipo de expertos en el
Instituto Médico Karonlinska, en Suecia, tras analizar la concentración de
carbono 14 en el ADN de las neuronas presentes en el hipocampo de personas
fallecidas. Con su estudio, publicado por la revista Cell, constataron que “las
neuronas se generan también durante la edad adulta y que puede contribuir al
buen funcionamiento del cerebro”.
Pero van más allá. Los autores avanzan que estas nuevas
neuronas pueden tener un valor fundamental para futuras investigaciones
relacionadas con el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas.
“Conocer esta realidad genera una expectativa. Se abre la
puerta a desarrollar diferentes tratamientos que promuevan esta generación”,
afirma Pablo Irimia, neurólogo de la Clínica Universidad de Navarra y vocal de
la Sociedad Española de Neurología (SEN), que añade: “Ahondando en estas
investigaciones se podría, de algún modo, ofrecer expectativas en algunas
enfermedades”.
Afirma asimismo que estos procesos de neurogénesis adulta
tienen un papel limitado, incapaz de corregir lesiones cerebrales serias, y que
van mermando su efecto con la edad, pero que “nos dan pistas de que existe la
posibilidad de inducir la aparición de neuronas a través de fármacos y
tratamientos concretos”.
El catedrático de Biología Celular de la Universidad de
Valencia José Manuel García Verdugo, no obstante, circunscribe estos puntos
intensos de neurogénesis adulta a los primeros años de vida: “Posiblemente,
estos procesos se den únicamente hasta los 7 años, siendo especialmente activos
en el primer año de vida”.
Durante esa primera etapa, al patrón genético heredado de
los padres se le suman otras neuronas que establecen nuevas redes y circuitos
sinápticos, responsables de la asunción de nuevas habilidades. Por eso, García
Verdugo habla más de trabajar por la plasticidad sináptica, “por fortalecer la
capacidad exclusiva de las neuronas para cambiar y conectar distintos sentidos
mediante el aprendizaje”, explica.
Al final, se trata de cuidarlas. El alcohol y las drogas
matan a las neuronas y varían la plasticidad sináptica. También el tabaco, la
contaminación o cualquier elemento que afecte negativamente al sistema
nervioso. Y la falta de ejercicio mental o la soledad. “Las neuronas no mueren
por exceso de actividad, sino por justamente lo contrario, por inactividad”,
confirma el experto García Verdugo.
Pero numerosos estudios se han ocupado de establecer pautas
y mecanismos para promover la neurogénesis adulta. Muchos investigadores han
tratado de determinar cuáles son los procesos para alentar la creación de
nuevas neuronas. Y los han transformado en consejos, en buenas prácticas para
ayudar al cerebro en su silenciosa tarea. ¿Cómo? Aparentemente, es más sencillo
de lo que cabía esperar.
5 hábitos que promueven la creación
de neuronas
Sandrine Thuret, neurocientífica del King’s College de
Londres, es una de las principales investigadoras de la neurogénesis del mundo.
Ella sostiene con contundencia que el hipocampo continúa generando neuronas
fundamentales para los procesos de aprendizaje y memoria durante toda la vida.
Thuret apunta además, con sus estudios, a que estos procesos
pueden reforzarse adoptando unos hábitos de vida saludables. Y sus conclusiones
se cruzan con las de otros muchos análisis que profundizan en estas pautas:
1. Ejercicio aeróbico.
Científicos de la Universidad de Jyväskylä, en Finlandia, descubrieron que es
una de las técnicas más adecuadas para aumentar la neurogénesis. La carrera o
los ejercicios de resistencia se revelan como una práctica adecuada, aunque
basta con “caminar a buen ritmo durante 30 minutos, cinco días a la semana”,
como punto de partida, según el vocal de la SEN Pablo Irimia.
2. Alimentación. Apostar
por la dieta mediterránea y por planes hipocalóricos parece ser, de nuevo, una
decisión más que acertada. Aunque otros estudios dan un paso más, hablando de
los flavonoides como alimentos que propician la neurogénesis adulta. Té verde,
uvas rojas y, en definitiva, los alimentos ricos en antioxidantes, deben ser
incluidos en la dieta habitual “por sus efectos positivos para evitar la
degeneración celular”, apunta Irimia.
3. Sexo. El estudio
publicado por la Us National Library of Medicine comprobó que el hipocampo
produce neuronas nuevas cuando el cuerpo queda expuesto a la práctica del sexo
de forma continuada, mejorando así la función cognitiva. Pero avisan: “La
experiencia sexual repetida puede estimular la neurogénesis adulta siempre que
esta persista en el tiempo”. Le toca a cada uno fijar el calendario.
4. Estrés y ansiedad bajo control.
Es, también, factor determinante para el correcto funcionamiento del cerebro,
para el mantenimiento de la plasticidad neuronal y para el fomento de procesos
de neurogénesis más relevantes. Así, científicos de la Universidad de Oregon
apuntan a que la meditación, entendida como un ejercicio que controla y elimina
la tensión, es una práctica desencadenante de la generación de nuevas neuronas
en la edad adulta. En conclusión: unos minutos al día para dejar la mente en
blanco ayudarán al cerebro tanto en el corto como en el medio y largo plazo.
5. Mente siempre activa.
Se trata, quizá, del consejo más relevante: “El aprendizaje genera conexiones
entre las diferentes zonas del cerebro, y por eso es clave para que este se
pueda anteponer a su deterioro”, explica el neurólogo Irimia, que añade: “No se
trata únicamente de leer mucho, sino también de mantener una interacción social
habitual y estimular al cerebro constantemente”.
El cerebro es cada día un poco menos
insondable. De ello se ocupan los cientos de científicos que se
afanan por desentrañar sus secretos y por intentar entenderlo para cuidarlo
mejor. ¿El siguiente misterio por desvelar, el siguiente mito por derribar?
Quién sabe. Pero lo que es seguro es que todavía queda mucho por conocer. Y que
nuestros cerebros deberán estar listos para comprender todo aquello que todavía
hoy ellos mismos esconden.
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