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miércoles, 3 de octubre de 2018

Una nueva vía de entrada en el cerebro y una neurona enigmática


La investigación saca a la luz aspectos desconocidos del órgano clave del cuerpo humano.

Público- 02/10/2018

El cerebro se ha visto siempre como un órgano aislado, difícil de penetrar, un muro biológico muy selectivo, con sus ventajas y sus inconvenientes desde el punto de vista médico. Por eso resulta sorprendente el hallazgo de canales microscópicos en el cráneo que conectan la médula ósea que existe en el interior de los huesos craneales con las meninges cerebrales, una vía hasta ahora desconocida de entrada en el cerebro que podría llegar a utilizarse en medicina y que también podría explicar el origen de algunas enfermedades como el alzhéimer. Además, otra investigación ha encontrado un nuevo tipo de neurona, en forma de rosal y por ahora enigmática, que sería una característica única del cerebro humano.

El descubrimiento de los canales tiene importancia para comprender cómo actúa el sistema inmune ante un daño o una infección cerebral, como en el caso de un infarto cerebral, y la inflamación subsiguiente. “Hasta ahora, creíamos que la médula ósea de todos los huesos del cuerpo reacciona de forma uniforme a un daño o una infección en cualquier lugar a través del torrente sanguíneo, pero ahora sabemos que la médula ósea del cráneo juega un papel especial por su proximidad al cerebro y su conexión directa con las meninges a través de canales microscópicos”, explica Mathias Nahrendorf, del Hospital General de Massachusetts (EE UU). Este científico, con su equipo, ha presentado el hallazgo de los canales craneales en la revista Nature Neuroscience. Las meninges son las membranas que recubren el cerebro y la médula ósea es lo que se conoce popularmente como tuétano.

Este papel de la médula ósea craneal ante una inflamación cerebral puede resultar dañino porque exporta unos glóbulos blancos que pueden llegar a atacar tejidos sanos. De ahí el interés actual en estudiar las funciones de la médula ósea, en general, en las enfermedades en las que la inflamación parece jugar un papel importante, que son muchas. Un ejemplo es la esclerosis múltiple.

Al mirar con las técnicas más avanzadas en microscopía la parte del cráneo que separa la médula de las meninges, los investigadores descubrieron canales vasculares microscópicos en esta densa capa ósea por los que circulaban neutrófilos (un tipo de glóbulos blancos), incluso contra la corriente normal de la sangre hacia la médula ósea.

Aunque los experimentos se han hecho en ratones, la existencia de los canales se ha comprobado en cráneos humanos, pero todavía está por confirmar que el tráfico celular es similar. “Dado que muchos trastornos cerebrales tienen componentes inflamatorios”, añade Nahrendorf, sería interesante comprender cómo contribuyen estos canales al infarto cerebral, la hipertensión o incluso la enfermedad de Alzheimer y otras demencias. Otra idea que se plantea es utilizar los canales para el suministro de medicamentos a las meninges, lo que abre una vía nueva y posiblemente importante, de acceso al cerebro.

No es esta la única novedad respecto al cerebro, un órgano todavía poco conocido en el que conviven muchos tipos de células, siendo las neuronas las más importantes. Se ha descubierto un nuevo tipo de neurona, que han bautizado con el nombre de las rosas silvestres (rosehip) por su forma de arbusto con botones en los extremos, pero cuya función es por ahora un enigma.

El hallazgo es el fruto de un nuevo inventario de las células del cerebro humano que combina el estudio microscópico con el análisis genético. Este último indica que estas células no existen en los roedores, el modelo animal más utilizado, lo que puede indicar que son únicamente humanas, aunque todavía no se han buscado en los primates. Lo poco que han conseguido saber hasta ahora sus descubridores, de Hungría y de Estados Unidos, es que son escasas en la primera capa de la corteza cerebral y probablemente todavía más escasas en el resto del cerebro, pero que por su situación pueden desempeñar un papel importante en el tráfico de señales, en la excitación de circuitos neuronales complejos. Los resultados se publican igualmente en la revista Nature Neuroscience.


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