DiarioMedico 14 agosto, 2018
Un trabajo estadounidense, publicado en JAMA y realizado
sobre población danesa, relaciona los traumatismos cerebrales graves con un
mayor riesgo de suicidio en los primeros seis meses tras abandonar el hospital.
Un estudio estadounidense sobre población danesa ha puesto
sobre la mesa la posibilidad de que sufrir un traumatismo cerebral esté
relacionado con un mayor riesgo de suicidio. El trabajo observacional, que se
publica en JAMA, ha trabajado sobre 35.000 muertes por suicidio en Dinamarca a
lo largo de 35 años y admite diversas limitaciones.
De estos 35.000 fallecimientos, más de 3.500 (algo más de un
10 por ciento) habían sufrido algún tipo de traumatismo cerebral o fractura
craneal, desde sus vertientes más leves hasta las más graves.
El riesgo de daño autoinfligido, suicidio y fallecimiento
parece mayor en la población tratada por traumatismo ceberal en comparación con
la población sana, apunta el trabajo, que está coordinado por Lee Goldstein, de
la Universidad de Boston y que se basa en datos de diversos registros daneses.
Los autores observan un mayor riesgo de suicidio en los
primeros seis meses tras salir del hospital entre los afectados de traumatismos
cerebrales graves, las personas diagnosticadas y tratadas por especialistas debido
a estos daños y los pacientes con estancias hospitalarias más largas.
Entre las limitaciones que reconoce el trabajo se encuentran
la falta de información sobre las terapias recibidas por los afectados y el
hecho de que algunos casos no llegaran a recibir tratamiento.
DiarioMedico 14 agosto, 2018
Un trabajo estadounidense, publicado en JAMA y realizado
sobre población danesa, relaciona los traumatismos cerebrales graves con un
mayor riesgo de suicidio en los primeros seis meses tras abandonar el hospital.
Un estudio estadounidense sobre población danesa ha puesto
sobre la mesa la posibilidad de que sufrir un traumatismo cerebral esté
relacionado con un mayor riesgo de suicidio. El trabajo observacional, que se
publica en JAMA, ha trabajado sobre 35.000 muertes por suicidio en Dinamarca a
lo largo de 35 años y admite diversas limitaciones.
De estos 35.000 fallecimientos, más de 3.500 (algo más de un
10 por ciento) habían sufrido algún tipo de traumatismo cerebral o fractura
craneal, desde sus vertientes más leves hasta las más graves.
El riesgo de daño autoinfligido, suicidio y fallecimiento
parece mayor en la población tratada por traumatismo ceberal en comparación con
la población sana, apunta el trabajo, que está coordinado por Lee Goldstein, de
la Universidad de Boston y que se basa en datos de diversos registros daneses.
Los autores observan un mayor riesgo de suicidio en los
primeros seis meses tras salir del hospital entre los afectados de traumatismos
cerebrales graves, las personas diagnosticadas y tratadas por especialistas debido
a estos daños y los pacientes con estancias hospitalarias más largas.
Entre las limitaciones que reconoce el trabajo se encuentran
la falta de información sobre las terapias recibidas por los afectados y el
hecho de que algunos casos no llegaran a recibir tratamiento.
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