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miércoles, 29 de agosto de 2018

Trastornos sexuales y espasticidad


Son muchas las consultas que nos llegan a la Asociación de personas con Espasticidad e incluso cuidadores sobre sexualidad. A través de esta entrevista al Dr. Darío Fernández intentamos dar respuesta a algunas de ellas.

¿Qué se entiende por trastorno sexual?

Simplificando mucho podríamos agrupar los problemas de la sexualidad en un ANTES-DURANTE Y AL FINALIZAR la relación sexual.

En el ANTES nos estamos refiriendo a trastornos del deseo: inapetencia sexual o hipersexualidad. En el durante, a la disfunción eréctil y la eyaculación precoz en el hombre, al vaginismo y coito doloroso en la mujer. Y al finalizar la relación, hablamos de anorgasmia, es decir, la incapacidad de alcanzar el orgasmo.

¿Qué trastornos sexuales pueden tener las personas con espasticidad?

Los derivados de tres orígenes:

–De los prejuicios que tiene la sociedad sobre su sexualidad y que estas personas han hecho suyos: son mirados como niños, carentes de sexualidad. Cuerpos asexuados y como que no pueden despertar atracción sexual nada más que con personas de su misma discapacidad.

Estas creencias son erróneas ¡Nada más lejos de la realidad!¡Una persona con discapacidad puede atraer el deseo de otra persona con o sin discapacidad! Ahora bien, esta creencia suele limitar mucho la posibilidad de tener contactos sexuales. Ni siquiera muchos de los médicos se plantean que puedan tener vida sexual y no lo preguntan en las visitas. Y no saben que las personas con espasticidad tal vez estén deseando ser preguntados, informados y asesorados sobre la sexualidad

–De la baja autoestima sexual que se tienen que les hace creerse cuerpos no deseados e incapaces de seducir a otras personas y mucho menos a los que no tienen espasticidad. Lo que les lleva a situaciones de ansiedad anticipatoria ante la posibilidad de una relación sexual, y si la llegan a tener, en lugar de “abandonarse”, concentrarse y dejarse llevar por las sensaciones placenteras, tactos, caricias, vibraciones, presiones, olores, sabores se instalan en el “rol del espectador” en el que se dedican a vigilar su “rendimiento” sexual durante el acto o si son los suficientemente  expertos  para excitar al compañero/a. Se están hipervigilando su rendimiento sexual. Y esta conducta es un gran distractor y destructor de la relación sexual satisfactoria. El fracaso anticipado y cumplido, la “autoprofecía cumplida” se concreta más adelante en conductas de evitación: evitan relacionarse, pedir citas, hacer insinuaciones … y de este modo se evitan enfrentarse al fracaso.

-De los problemas motores derivados de la misma espasticidad. La dificultad de relajar músculos abductores de las piernas que permitan abrirlas y la espasticidad de la musculatura pélvica que interfiere en el balanceo de la pelvis. La contracción involuntaria del detrusor de la vejiga que pueda  provocar escapes de orina en le cito. Oras dificultades motoras o contracturas  que dificulten a masturbación o las posturas en la cama. Y cuando el control sobre la movilidad es muy reducida, la necesidad de contar con la ayuda de otra tercera persona,

¿Cómo podemos saber si sufrimos algún tipo de trastorno de este tipo?

-Preguntándose si está bajo algún prejuicio o creencia errónea sobre el derecho a tener una vida sexual satisfactoria.

-Analizando su actitud ante el sexo: si lo evita, si se anticipa y autoconfigura el fracaso.

–Hay disfunción eréctil si no se da suficiente erección en duración y rigidez del pene como para conseguir una penetración que satisfaga al compañero/a. Por lo general la disfunción eréctil es de origen psicológico si hay erecciones nocturnas o se consigue suficiente erección por la masturbación. Sería de causa orgánica, por problemas vasculares, neurológicos o farmacológicos, en los demás casos.

Si la eyaculación se produce “ante portas” o nada mas introducir el pene en la vagina o antes de que lo desee el varón, se trataría de un caso de eyaculación precoz.

-Cuando las molestias y el dolor se producen por una contracción de la musculatura de la pared vaginal, cuando se produce la penetración o incluso antes, la disfunción sexual en este caso es el vaginismo.

-En la anorgasmia, nunca se llega al orgasmo por mucho que dure la estimulación

En caso de tener algún problema,  ¿a qué especialista o especialistas debemos acudir?

Son varios los profesionales preparados para tratar estos problemas: un médico experto en medicina sexual o un psicólogo, o un sexólogo.

¿Cuál es el abordaje que se suele realizar en estos casos (psicológico, médico etc?

El tratamiento médico con fármacos  puede ser a veces soslayado, pero nunca el abordaje psicológico.

El sexo muchas veces es cosa de dos ¿Cómo puede ayudar la pareja en estos casos?

El papel de la pareja es fundamental, de hecho estos problemas se abordan desde la terapia de pareja.

 Se puede afirmar que la pareja es un coterapéuta clave. El hablar con sinceridad del tema con la pareja, sin culpabilidades y sin prejuicios es decisivo.

En el caso de los hombres se suelen dar problemas de disfunción eréctil por diversos motivos: edad, trastornos neurológicos. ¿Tú como experto que pautas generales puedes dar en estos casos?

Es fundamental consultar estos problemas lo más pronto posible. Si se deja pasar el tiempo, cuando acuden a la consulta vienen contaminados de otros problemas de relación entre la pareja que dificultan mucho a relación sexual: suspicacia de  uno de los miembros, sentimientos de culpabilidad del otro, infidelidad como errónea búsqueda alternativa de solución o directamente evitar la relación. 

Para los profesionales de la sexología no hay tabús. No les dé vergüenza.

En la disfunción eréctil es imprescindible evitar los factores de riesgo: obesidad,  colesterol elevado, tabaco, alcohol, cocaína y  otros tóxicos.

Controlar y seguir el tratamiento propuesto de enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión  bronquitis crónica, es fundamental.

A veces la toma de algunos medicamentos puede ser la causa. Consultar al médico. Puede sustituirlo por otros, cambiar dosis u hora de las tomas.

Aún en  los casos de disfunción eréctil por causas orgánicas, aunque se tomen medicamentos que estimulan la erección,  es imprescindible cuidar mucho la relación y comunicación sexual de la pareja. La preparación del momento, la seducción, las fantasías sexuales y el conocer muy bien los gustos, modos, maneras, posturas y el ritmo del otro es fundamental. No es bueno dejar a la improvisación estos momentos.

Y por encima de todo, concebir la relación sexual como algo más que el coito. Evitar el coitocentrismo. Una flexibilidad en la relación en la que la única norma es que no hay normas. Solo el violentar  al otro a hacer aquello que su ideología, valor o religión no le permite. Esa es el único límite. En las relaciones sexuales no hay guión.

Y por último evitar obsesionarse con el “sincronismo”: el tener que llegar los dos al mismo tiempo al orgasmo. La finalidad en una relación sexual no es necesariamente esta. Puede conseguirlo uno primero de una forma “clásica”  y el otro llegar con la ayuda de la masturbación o no llegar. Lo importante es que la relación sea satisfactoria y no siempre tiene que terminar en orgasmo.

Y por supuesto añadir siempre un toque de romanticismo, por mucho tiempo que lleve la pareja juntos. El peor enemigo es la rutina.

¿Algo más que quieras comentar?

Sí, que los problemas sexuales bien enfocados y en manos de expertos tienen muy buen pronóstico. 

Que la sexualidad es un derecho de todo ser humano tenga o no espasticidad. Qué en estos casos, dependiendo del grado de afectación, hay una solución. Que el mayor órgano sexual es el cerebro que es el generador de la estrategia sexual más poderosa: la seducción, la fantasía, el lenguaje de la mirada. Todo lo cual está por encima de lo muscular y del movimiento.


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