Son muchas las consultas que nos llegan a la Asociación de
personas con Espasticidad e incluso cuidadores sobre sexualidad. A través de
esta entrevista al Dr. Darío Fernández intentamos dar respuesta a algunas de
ellas.
¿Qué se entiende por trastorno sexual?
Simplificando mucho podríamos agrupar los problemas de la
sexualidad en un ANTES-DURANTE Y AL FINALIZAR la relación sexual.
En el ANTES nos estamos refiriendo a trastornos del deseo:
inapetencia sexual o hipersexualidad. En el durante, a la disfunción eréctil y
la eyaculación precoz en el hombre, al vaginismo y coito doloroso en la mujer.
Y al finalizar la relación, hablamos de anorgasmia, es decir, la incapacidad de
alcanzar el orgasmo.
¿Qué trastornos sexuales pueden tener
las personas con espasticidad?
Los derivados de tres orígenes:
–De los prejuicios que tiene la sociedad sobre su sexualidad
y que estas personas han hecho suyos: son mirados como niños, carentes de
sexualidad. Cuerpos asexuados y como que no pueden despertar atracción sexual
nada más que con personas de su misma discapacidad.
Estas creencias son erróneas ¡Nada más lejos de la
realidad!¡Una persona con discapacidad puede atraer el deseo de otra persona
con o sin discapacidad! Ahora bien, esta creencia suele limitar mucho la
posibilidad de tener contactos sexuales. Ni siquiera muchos de los médicos se
plantean que puedan tener vida sexual y no lo preguntan en las visitas. Y no
saben que las personas con espasticidad tal vez estén deseando ser preguntados,
informados y asesorados sobre la sexualidad
–De la baja autoestima sexual que se tienen que les hace
creerse cuerpos no deseados e incapaces de seducir a otras personas y mucho
menos a los que no tienen espasticidad. Lo que les lleva a situaciones de
ansiedad anticipatoria ante la posibilidad de una relación sexual, y si la
llegan a tener, en lugar de “abandonarse”, concentrarse y dejarse llevar por
las sensaciones placenteras, tactos, caricias, vibraciones, presiones, olores,
sabores se instalan en el “rol del espectador” en el que se dedican a vigilar
su “rendimiento” sexual durante el acto o si son los suficientemente expertos
para excitar al compañero/a. Se están hipervigilando su rendimiento
sexual. Y esta conducta es un gran distractor y destructor de la relación
sexual satisfactoria. El fracaso anticipado y cumplido, la “autoprofecía
cumplida” se concreta más adelante en conductas de evitación: evitan
relacionarse, pedir citas, hacer insinuaciones … y de este modo se evitan
enfrentarse al fracaso.
-De los problemas motores derivados de la misma
espasticidad. La dificultad de relajar músculos abductores de las piernas que
permitan abrirlas y la espasticidad de la musculatura pélvica que interfiere en
el balanceo de la pelvis. La contracción involuntaria del detrusor de la vejiga
que pueda provocar escapes de orina en
le cito. Oras dificultades motoras o contracturas que dificulten a masturbación o las posturas
en la cama. Y cuando el control sobre la movilidad es muy reducida, la
necesidad de contar con la ayuda de otra tercera persona,
¿Cómo podemos saber si sufrimos algún
tipo de trastorno de este tipo?
-Preguntándose si está bajo algún
prejuicio o creencia errónea sobre el derecho a tener una vida sexual
satisfactoria.
-Analizando su actitud ante el sexo:
si lo evita, si se anticipa y autoconfigura el fracaso.
–Hay disfunción eréctil si no se da
suficiente erección en duración y rigidez del pene como para
conseguir una penetración que satisfaga al compañero/a. Por lo general la
disfunción eréctil es de origen psicológico si hay erecciones nocturnas o se
consigue suficiente erección por la masturbación. Sería de causa orgánica, por
problemas vasculares, neurológicos o farmacológicos, en los demás casos.
–Si la eyaculación se produce “ante
portas” o nada mas introducir el pene en la vagina o antes de que lo desee el
varón, se trataría de un caso de eyaculación precoz.
-Cuando las molestias y el dolor se
producen por una contracción de la musculatura de la pared vaginal, cuando se
produce la penetración o incluso antes, la disfunción sexual en este caso es el
vaginismo.
-En la anorgasmia, nunca se llega al
orgasmo por mucho que dure la estimulación
En caso de tener algún problema, ¿a qué especialista o especialistas debemos acudir?
Son varios los profesionales preparados para tratar estos
problemas: un médico experto en medicina sexual o un psicólogo, o un sexólogo.
¿Cuál es el abordaje que se suele
realizar en estos casos (psicológico, médico etc?
El tratamiento médico con fármacos puede ser a veces soslayado, pero nunca el
abordaje psicológico.
El sexo muchas veces es cosa de dos
¿Cómo puede ayudar la pareja en estos casos?
El papel de la pareja es fundamental, de hecho estos
problemas se abordan desde la terapia de pareja.
Se puede afirmar que la pareja
es un coterapéuta clave. El hablar con sinceridad del tema con la pareja, sin
culpabilidades y sin prejuicios es decisivo.
En el caso de los hombres se suelen dar problemas de
disfunción eréctil por diversos motivos: edad, trastornos neurológicos. ¿Tú
como experto que pautas generales puedes dar en estos casos?
Es fundamental consultar estos problemas lo más pronto
posible. Si se deja pasar el tiempo, cuando acuden a la consulta vienen
contaminados de otros problemas de relación entre la pareja que dificultan
mucho a relación sexual: suspicacia de
uno de los miembros, sentimientos de culpabilidad del otro, infidelidad
como errónea búsqueda alternativa de solución o directamente evitar la
relación.
Para los profesionales de la sexología no hay tabús. No les dé vergüenza.
En la disfunción eréctil es
imprescindible evitar los factores de riesgo: obesidad, colesterol elevado, tabaco, alcohol, cocaína
y otros tóxicos.
Controlar y seguir el tratamiento propuesto de enfermedades
crónicas como diabetes, hipertensión
bronquitis crónica, es fundamental.
A veces la toma de algunos medicamentos puede ser la causa.
Consultar al médico. Puede sustituirlo por otros, cambiar dosis u hora de las
tomas.
Aún en los casos de
disfunción eréctil por causas orgánicas, aunque se tomen medicamentos que
estimulan la erección, es imprescindible
cuidar mucho la relación y comunicación sexual de la pareja. La preparación del
momento, la seducción, las fantasías sexuales y el conocer muy bien los gustos,
modos, maneras, posturas y el ritmo del otro es fundamental. No es bueno dejar
a la improvisación estos momentos.
Y por encima de todo, concebir la relación sexual como algo
más que el coito. Evitar el coitocentrismo. Una flexibilidad en la relación en
la que la única norma es que no hay normas. Solo el violentar al otro a hacer aquello que su ideología,
valor o religión no le permite. Esa es el único límite. En las relaciones
sexuales no hay guión.
Y por último evitar obsesionarse con el “sincronismo”: el
tener que llegar los dos al mismo tiempo al orgasmo. La finalidad en una
relación sexual no es necesariamente esta. Puede conseguirlo uno primero de una
forma “clásica” y el otro llegar con la
ayuda de la masturbación o no llegar. Lo importante es que la relación sea
satisfactoria y no siempre tiene que terminar en orgasmo.
Y por supuesto añadir siempre un toque de romanticismo, por
mucho tiempo que lleve la pareja juntos. El peor enemigo es la rutina.
¿Algo más que quieras comentar?
Sí, que los problemas sexuales bien enfocados y en manos de
expertos tienen muy buen pronóstico.
Que la sexualidad es un derecho de todo
ser humano tenga o no espasticidad. Qué en estos casos, dependiendo del grado
de afectación, hay una solución. Que el mayor órgano sexual es el cerebro que
es el generador de la estrategia sexual más poderosa: la seducción, la
fantasía, el lenguaje de la mirada. Todo lo cual está por encima de lo muscular
y del movimiento.
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