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sábado, 28 de julio de 2018

Describen infecciones microbianas en pacientes fallecidos por esclerosis múltiple

Diferentes estructuras fúngicas en el tejido nervioso de enfermos
 con esclerosis múltiple. Se observan formas levaduriformes
e hifas que reaccionan específicamente con anticuerpos
que reconocen los hongos /UAM

Tras analizar el sistema nervioso central de pacientes fallecidos con esclerosis múltiple, investigadores del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, centro mixto de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y el CSIC, han identificado distintas especies de hongos y bacterias en el tejido nervioso de estos pacientes. Los resultados son importantes para comprender la etiología de la esclerosis múltiple y desarrollar futuros tratamientos.
Un grupo del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, centro mixto de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y el CSIC, liderado por Luis Carrasco, catedrático de microbiología de la UAM, ha descrito la presencia de infecciones polimicrobianas en el sistema nervioso central (SNC) de pacientes fallecidos por esclerosis múltiple.
Este grupo viene estudiando durante los últimos años la implicación de infecciones microbianas en distintas enfermedades neurodegenerativas, encontrando diversas infecciones en el SNC de pacientes fallecidos con la enfermedad de Alzheimer o con esclerosis lateral amiotrófica (ELA). En cada uno de estos pacientes han observado que las especies microbianas presentes en el tejido nervioso varían, y así algunas son más prevalentes en enfermos de Alzheimer y otras en enfermos de ELA.
“La diversidad de síntomas clínicos entre las dos enfermedades puede deberse a las distintas especies microbianas que infectan a cada paciente, así como las regiones del SNC que están infectadas. Las principales infecciones microbianas son micosis producidas por una variedad de hongos y están acompañadas por infecciones bacterianas oportunistas, dando lugar al concepto de infecciones polimicrobianas”, aseguran los investigadores.
Los nuevos resultados del grupo, publicados en Neurobiology of Disease, apuntan a que diversas enfermedades neurodegenerativas pueden estar causadas por estas infecciones, y que en función de las especies microbianas, la región concreta del SNC infectada, la respuesta inmune de cada paciente, el ‘background’ genético, el modo de vida, etc., van a dar lugar a distintas enfermedades. Dentro de cada enfermedad, estos diversos factores serían los responsables de la variedad en la evolución y severidad de los síntomas clínicos en cada paciente.

Infecciones mixtas
La identificación de los hongos y las bacterias que están presentes en cada paciente analizado se llevó a cabo utilizando técnicas de PCR anidada y de secuenciación de siguiente generación. Así, uno de los hongos que más llamaron la atención de los investigadores es el género Trichosporon, ya que solo está presente en pacientes con EM y no se le había detectado anteriormente en pacientes con Alzheimer ó con ELA.
La infección fúngica también fue estudiada mediante técnicas de inmunofluorescencia, utilizando anticuerpos que específicamente reconocen a los hongos. De esta forma, los investigadores observaron la distinta variedad morfológica de hongos en el tejido nervioso de pacientes con EM.
“Algunas de estas formas son levaduriformes, mientras que en otros casos se detecta la presencia de hifas de claro origen fúngico, no sólo por su morfología, sino también por su reactividad con los anticuerpos antifúngicos”, detallan los autores.
Además, y de acuerdo con trabajos recientes de otros grupos, observaron la presencia de células procarióticas (bacterias) en el tejido nervioso usando anticuerpos contra el peptidoglicano, que es un componente específico de la pared bacteriana.
“La conclusión de nuestros estudios –declara Luis Carrasco– es la existencia de infecciones mixtas, tanto fúngicas como bacterianas, que han colonizado el tejido nervioso de estos pacientes. Estos hallazgos darían la clave de la existencia de neuroinflamación en el desarrollo de la EM”.
“Además –añade el investigador– la existencia de infecciones fúngicas en el SNC daría una explicación lógica a los resultados obtenidos por otros grupos de investigación que han publicado altos niveles del enzima quitinasa en el líquido cefalorraquídeo de estos pacientes”.
Las enzimas quitinasas están sintetizadas por macrófagos y son inducidas por la presencia de quitina, que es un componente típico de la pared de las células fúngicas. De acuerdo con el trabajo, estas enzimas también explicarían por qué un compuesto como el metil-fumarato es uno de los más eficaces en cambiar el curso de la enfermedad, ya que este compuesto tiene cierta actividad antifúngica.
“Lógicamente, deberían de utilizarse compuestos antifúngicos menos tóxicos que el metil-fumarato como son el fluconazol, voriconazol, caspofungina, etc., que ya han sido aprobados hace muchos años en numerosos países y que se utilizan a diario en el tratamiento de las micosis”, concluye Carrasco.
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Referencia bibliográfica:

Alonso R, Fernández-Fernández AM, Pisa D, Carrasco L. Multiple sclerosis and mixed microbial infections. Direct identification of fungi and bacteria in nervous tissue. Neurobiol Dis. 2018 Jun 1;117:42-61. doi: 10.1016/j.nbd.2018.05.022.


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