Un estudio del Dr. Eshaghi, becario de McDonald MSIF, ha
demostrado que la pérdida de tejido cerebral, o la atrofia, tiene lugar en
«fases» y sigue un orden predecible.
Last updated: 30th July 2018
El Dr. Arman Eshaghi recibió una beca de la Federación
Internacional McDonald de EM para viajar desde Irán y dirigir un proyecto de
investigación en Queen Square, Londres, en el que se investiga la pérdida de
volumen cerebral en la EM.
La pérdida de tejido cerebral, conocida como atrofia, sucede
de forma más rápida en personas con EM y parece estar relacionada más
estrechamente con la acumulación de la discapacidad que con las recaídas y las
lesiones.
En un estudio nuevo, el Dr. Eshaghi ha demostrado que hay
zonas específicas del cerebro afectadas por la atrofia y que éstas están
afectadas en un orden específico a medida que pasa el tiempo.
Este tipo de investigación podría plantear la posibilidad de
determinar la «fase» de daños en el cerebro por causa de la EM y un
planteamiento terapéutico más personalizado.
La EM se desencadena porque el sistema inmunológico ataca
por error al cerebro y la médula espinal. La mayoría de los tratamientos para
la EM disponible en estos momentos tienen como objetivo reducir esos ataques
para prevenir que se produzcan más daños.
No obstante, hay también otro componente de la EM: la
pérdida de tejido cerebral a medida que pasa el tiempo. La pérdida de volumen
cerebral, o atrofia cerebral, nos ocurre a todos a medida que envejecemos, pero
sucede de forma más rápida en personas con EM. Estudios anteriores han
demostrado además que, en la EM, esta pérdida de volumen cerebral puede ser un
rasgo temprano de la enfermedad y parece estar relacionada con la acumulación
de discapacidad a medida que pasa el tiempo, más que con la cantidad de
recaídas o lesiones en el cerebro.
A causa de esta relación con la discapacidad, hay mucho
interés en este proceso de pérdida de volumen cerebral. Parece que ciertas
partes del cerebro son más propensas a la atrofia que otras.
La nueva investigación dirigida por el Dr. Arman Eshaghi en
el grupo de investigación de EM de Queen Square de Londres ha demostrado que la
atrofia tiene lugar en una secuencia específica. El Dr. Eshaghi es iraní y en
estos momentos ocupa un puesto de becario en MSIF McDonald.
Estas becas permiten a los investigadores jóvenes de países
emergentes trabajar en una institución de investigación fuera de su país. Al
final de la beca, los investigadores vuelven a casa para utilizar sus nuevas
capacidades y redes de contactos para mejorar la investigación y el cuidado de
la EM en sus propios países.
El Dr. Eshaghi investigó la pérdida de volumen cerebral en
personas con tipos diferentes de EM, personas con síndrome clínico aislado (un
posible precursor de la EM) y personas sin EM. En el estudio, que investigaba
las zonas con pérdida de volumen cerebral utilizando resonancia magnética (RM),
participaron 1424 personas. Estudiando a la totalidad de la población, el Dr.
Eshaghi pudo determinar las zonas afectadas por la pérdida de volumen cerebral
y, por primera vez, identificó el orden en el que las regiones se veían
afectadas.
El Dr. Eshaghi sospechó que el patrón de perdida de tejido
cerebral podría ser diferente en las personas que comenzaban con EM recurrente
en comparación con las personas con EM primaria progresiva. De hecho, la
secuencia de pérdida de volumen cerebral fue razonablemente coherente entre los
diversos tipos de EM. Las zonas del cerebro conocidas como corteza cingular
posterior, precuña, tálamo y tallo cerebral se veían afectadas en fases más
tempranas de EM, independientemente del tipo de EM que tenía la persona. El
vínculo común entre todas esas zonas es que son partes del cerebro con muchas
conexiones nerviosas, lo que quizá sugiere que este tipo de zonas, que consumen
mucha energía y están conectadas a muchas otras zonas del cerebro, podrían ser
más vulnerables en la EM.
Otros resultados
Análisis adicionales de personas con EM en el estudio
demostraron que otras regiones del cerebro conocidas como ínsula, accumbens y
caudado también eran propensas a sufrir pérdidas de tejido en las etapas
iniciales de la enfermedad. Estas regiones podrían formar parte de las vías
cerebrales que participan en la fatiga y en la función cognitiva, que con
frecuencia son los síntomas más tempranos que las personas con EM dan a
conocer.
Además, el Dr. Eshaghi investigó los cambios del volumen
cerebral a medida que pasaba el tiempo en los individuos. Descubrió que la tasa
de pérdida de volumen cerebral estaba relacionada con el periodo de tiempo que
el individuo había vivido con EM, independientemente del tipo de EM que
tuvieran. En las personas con EM recurrente-remitente, la pérdida de volumen
cerebral estaba independientemente relacionada
con el nivel de discapacidad.
Esta investigación constituye un gran avance en la mejora de
nuestra comprensión de la EM. Si bien este estudio es solo el primer paso, la
futura investigación en este ámbito podría hacer posible la categorización de
la «fase» de pérdida de volumen cerebral de un individuo. Esto podría ayudar a
identificar a grupos de personas que podrían beneficiarse de tipos específicos
de terapias según la fase de la enfermedad en la que se encuentren o
identificar a personas para ensayos clínicos. Esto, a su vez, podría traducirse
en resultados de ensayos clínicos mejores y más significativos y, con el
tiempo, podría mejorar las decisiones de tratamientos para personas con EM en
su clínica.
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