Científicos evalúan si reducir
drásticamente las calorías dos veces por semana cambia el entorno inmune del
cuerpo.
REDACCIÓN Miércoles, 11 de julio de 2018
Un equipo de científicos estadounidenses ha puesto en marcha
una investigación para evaluar si reducir drásticamente las calorías dos veces
a la semana puede cambiar el entorno inmune del cuerpo y el microbioma
intestinal y, así, potencialmente cambiar el curso de la esclerosis múltiple
(EM) aliviando sus síntomas.
"Las personas con esclerosis múltiple pueden encontrar
una gran cantidad de consejos contradictorios que sugieren que distintos tipos
de dietas especiales, que recomiendan evitar los alimentos procesados o bajar
el consumo de carbohidratos, aliviarán sus síntomas. Pero la evidencia de que
los cambios en la dieta pueden mejorar la fatiga u otros síntomas de la EM es
escasa. Todo lo que tenemos ahora son anécdotas. El hecho es que la dieta puede
ayudar con los síntomas de la EM, pero los estudios no se han realizado",
explica Laura Piccio, principal impulsora del estudio y profesora asociada de
Neurología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St.
Louis (Estados Unidos).
Piccio y su equipo están reclutando pacientes con EM
remitente-recurrente para un estudio de 12 semanas. La mitad mantendrá su dieta
habitual de estilo occidental los siete días de la semana, mientras que la otra
mitad mantendrá esa dieta cinco días a la semana, pero se limitará a 500
calorías de vegetales los dos días restantes.
Basado en un estudio que ya mostró su
éxito en ratones
El ensayo se basa en los hallazgos de un estudio con ratones
de la propia Piccio y Yanjiao Zhou, profesora
asistente en la Universidad de Connecticut (Estados Unidos) que mostró
que el ayuno intermitente reduce los síntomas similares a la EM. A los ratones
se les permitió comer libremente durante cuatro semanas antes de recibir una
inmunización para desencadenar síntomas parecidos a los de la EM. Ambos grupos
de ratones continuaron con sus mismas dietas durante otras siete semanas.
Los ratones que ayunaron cada dos días presentaron menos
probabilidades de desarrollar signos de daño neurológico, como dificultad para
caminar, debilidad en las extremidades y parálisis. Algunos de los ratones en
ayunas desarrollaron síntomas similares a la EM, pero aparecieron más tarde y
fueron menos graves que en los ratones que se comieron todos los días.
Además, el sistema inmunológico de los ratones en ayunas
pareció controlarse. En comparación con los ratones que tomaron comidas
diarias, los que ayunaron tenían menos células inmunes proinflamatorias y más
de un tipo de célula inmunitaria que mantiene la respuesta inmune bajo control.
"Hay varias formas posibles en que el ayuno puede
afectar la inflamación y la respuesta inmune. Uno es cambiando los niveles de
hormonas. Encontramos que los niveles de la hormona antiinflamatoria
corticosterona eran casi dos veces más altos en los ratones en ayunas, pero
también podían actuar a través del microbioma intestinal", ha remarcado
Piccio.
Después de cuatro semanas, los ratones que ayunaron tenían
un ecosistema más diverso en sus entrañas que los ratones que comían todos los
días. En particular, los ratones en ayunas tenían más bacterias probióticas
Lactobacillus, mientras que los ratones en otros estudios fueron relacionados
con síntomas más leves similares a la EM.
Además, la transferencia de bacterias intestinales de
ratones en ayunas a ratones que no estaban en ayunas hizo que los receptores
fueran menos susceptibles a desarrollar síntomas similares a la EM, lo que
sugiere que algo en la comunidad microbiana estaba protegiendo a los ratones.
Ahora en decenas de humanos
Estos resultados fueron lo suficientemente alentadores para
Piccio y sus colegas para lanzar un estudio humano en 40 a 60 personas. Cada
participante se someterá a una evaluación neurológica y proporcionará muestras
de sangre y heces al inicio, a la mitad y al final del estudio. Los
participantes que ya tomen medicamentos inyectables para la EM continuarán sus
regímenes de medicamentos recetados, y cualquier persona que recaiga durante el
estudio recibirá el tratamiento adecuado.
"No estamos buscando beneficios clínicos, aunque ciertamente
esperamos ver una mejoría. Debido a que la esclerosis múltiple es tan variable
y las personas con EM remitente-recidivante pueden estar estables y casi sin
síntomas durante largos períodos, sería necesario un gran estudio para
comprobar cualquier beneficio. Lo que queremos saber es si las personas con
ayunos sufren cambios en su metabolismo, respuesta inmune y microbioma similar
a lo que hemos visto en los ratones", ha remarcado Piccio.
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