La ansiedad es un problema de salud relativamente común, ya
que puede afectar a un tercio de las personas con esclerosis múltiple (e
incluso a cerca de la mitad de todos ellos según algunos estudios).
Dado que la enfermedad es impredecible, no es sorprendente
que los pacientes experimenten inquietud e incluso ansiedad tras el
diagnóstico.
Muchos expertos consideran que la ansiedad es probablemente
una de las consecuencias menos identificadas y tratadas de todos los efectos
psicológicos que puede tener vivir con esclerosis múltiple.
No parece que la ansiedad sea resultado de la enfermedad en
sí (por el daño que ésta implica en el sistema nervioso), sino más bien una
consecuencia de la realidad a la que se tienen que enfrentar los pacientes.
La bibliografía científica en general sugiere que los
niveles de ansiedad son más altos en el momento de presentarse la enfermedad,
inmediatamente después del diagnóstico, y que tienden a presentarse junto con
depresión, que puede ser entre moderada y severa.
Si la ansiedad no se diagnostica y se trata, puede empeorar
y deteriorar en gran medida la calidad de vida, además de comprometer el
cumplimiento de la terapia de la esclerosis múltiple. Por poner un ejemplo, un
estudio en este campo mostró que solo un tercio de las personas con esclerosis
múltiple y ansiedad son debidamente diagnosticadas y tratadas por un
psiquiatra.
Síntomas de ansiedad
El espectro de trastornos por ansiedad puede incluir ataques
de pánico, fobias, trastorno obsesivo-compulsivo, y trastorno por ansiedad
generalizada. Este último es más prevalente en los pacientes con esclerosis
múltiple, seguido por el trastorno por pánico y el trastorno
obsesivo-compulsivo. Las personas con mayor riesgo de sufrir ansiedad son las
mujeres, particularmente las que tengan una historia clínica previa de
depresión, abuso de sustancias o aquellas que viven en un entorno social con
factores estresantes.
Ejemplos de síntomas físicos de ansiedad:
Temblores
Palpitaciones o incremento del ritmo de los latidos del
corazón
Sequedad de boca
Falta de aliento
Náuseas
Sensación de frío o calor
Hormigueo en los dedos de las manos o los pies
Confusión
Fatiga/mareos
Tensión muscular
Inquietud
Insomnio
Aumento de la frecuencia en la micción
Ejemplos de síntomas psicológicos de ansiedad
Infelicidad crónica
Tendencia a la preocupación, la culpa o la sensación de no
tener el control
Indecisión
Sentimiento de ser criticado o tendencia a sentirse
avergonzado
Rigidez, inflexibilidad respecto a los cambios
Hostilidad e ira
Repetición de conductas o pensamientos
Excesiva preocupación respecto a la salud
Pesimismo en cuanto a lo que depara el futuro
Evaluación y tratamiento de la ansiedad
Existen diversos instrumentos clínicos útiles para medir con
objetividad los niveles de ansiedad que padecen todos los pacientes, incluidas
las personas con esclerosis múltiple:
La escala de Hamilton (HAS)
La escala hospitalaria de depresión y ansiedad (HAD)
El cuestionario STAI
La ansiedad puede abordarse de diferentes formas. Tras la
evaluación de un profesional de la salud, se puede ofrecer psicoterapia, o un
abordaje cognitivo-conductual, así como técnicas de relajación o farmacoterapia
(medicamentos).
Un psicólogo, un profesional especializado en el tratamiento
de la esclerosis múltiple (que puede ser un consejero o personal de enfermería)
pueden ayudar a hacer frente a la ansiedad relacionada con la enfermedad.
La ansiedad no es un síntoma menor y, como todos los
síntomas de la esclerosis múltiple, debe ser evaluado por un profesional y
abordado de la mejor manera para facilitar la mejor calidad de vida posible
para el paciente.
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